ღJaneth The Killerღ {TERMINADA}

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Narrador/a

4 de la mañana, se estaban acercando al final del bosque, debía hacerlo rápido y volver antes que Jeff.

-En serio Janeth, no estoy segura de esto- comentó Sally corriendo junto a ella.

-Jeff puede llegar en cualquier momento- esta vez habló Ben quien levitaba junto a ellas.

-Siempre tarda mucho cuando se va, aveces llega cuando comienza a salir el sol.

-Janeth, estamos hablando de Jeff, es impredecible- volvió a comentar Ben con cierto tono de preocupación.

Después de un largo rato los tres se encontraban en el limite del bosque observando a lo lejos pero no mucho, aquel gran vecindario.

-Sigo sin entender ¿por qué vinimos hasta aquí?- Mirando a las chicas.

-Quería ver, Jeff no me deja alejarme de la casa.

-Estamos arriesgando nuestras almas, ¿solo porque querías ver? Sabes que Jeff es unos de los pocos asesinos que sabe acabar completamente con los fantasmas.

Ante aquel comentario de Ben, Janeth se preocupo y ya se arrepintió de haberles pedido ayuda para llegar al limite del bosque.

-Ben basta- le regaño Sally- No te preocupes Janeth, él no hará nada, pero creo que debemos volver, es verdad que Jeff es impredecible, volvamos rápido.

La menor asintió, dándole un ultimo vistazo a aquel vecindario y se alejaron del limite al paso más rápido de Janeth para no dejarla atrás.

Ya al estar cerca de la casa se detuvieron unos metros antes, Ben fue a asegurarse de que Jeff no estuviera, al revisar de forma rápida el lugar les hizo señas a las chicas para que se acercaran, ayudaron a Janeth a entrar por la ventana del sótano y Sally la acompaño hasta su habitación.

-Gracias y perdón por molestarlos.

-No digas eso, no fue ninguna molestia, sabes que cuentas conmigo y aveces con Ben en lo que no hace nada, nos vemos luego, descansa.

-Adiós Sally.

Ella salió de la casa atravesando la ventana y se fue con Ben, el cual le reclamaba por si Jeff se enteraba de que la acompañaron al limite del territorio.

Janeth se metió a su cama y se cubrió con las sabanas, a los minutos se escucharon pasos y la puerta abrirse, ella aun no lograba dormirse, pero fingió estarlo. Solo pasos y respiración pesada, era lo único que se escuchaba, a los segundos sin más él sale de la habitación, cuando se escucho la puerta cerrarse la menor se relajó, volteó lentamente asegurándose de que se había ido, así era pero le quedó el miedo de que se hubiese enterado de lo que hizo, si no hizo nada ahora, lo hará mañana, solo esperemos que no le ponga una mano encima.

A la mañana siguiente

La mañana comienza silenciosa, normalmente se suele escuchar el televisor pero esta vez no, Janeth bajó con cuidado, se sentía nerviosa.

Iba a ir a la cocina cuando escucho el rito de Jeff llamándola, con algo de temor fue a la sala donde siempre estaba él, al estar a metros del sofá donde estaba sentado, esperó en silencio a que el hablará ya que ella no se animaba.

-¿Porqué saliste?- le habló serio mirando la tele con estática.

-No Jeff yo- es interrumpida

-¡TE DIJE QUE NO SALIERAS!- se levantó enojado y estrelló la botella de cerveza contra el piso.

La pequeña dio un salto del susto y se encogió cerrando los ojos con fuerza, ahora temblaba de miedo.

-Y no solo saliste TE FUISTE AL LIMITE ¿QUIERE ACABAR MUERTA? DESTRIPADA, DECAPITADA ¿QUÉ MIERDA SE TE CRUZÓ POR LA PUTA CABEZA NIÑA?

No iba a obtener respuesta de ella, estaba completamente asustada, por sus gritos se cubrió los oídos y se encogía más, abrió un poco los ojos para querer verlo, pero los nervios y el miedo se lo impedían, así que solo su mirada se fijo el los pies del mayor.

-¡RESPONDE!- dio un paso más hacia ella e hizo un movimiento con la mano, pero no con intenciones de golpearla, pero la pequeña lo malinterpretó.

Ella se arrodillo y grito "NO" para que no le hiciese nada, él solo se le quedó viendo y retrocedió, Janeth se alejó, se puso de pie y se fue corriendo a encerrarse en su habitación dando un fuerte golpe al cerrar la puerta y la trabó.

Se fue a esconder detrás de la cama abrazando la almohada y agarrando con fuerza su tesoro, hundiendo su rostro en la almohada para llorar aterrada.