Capítulo Revisado:
Desperté de golpe, con la respiración agitada. Estaba tumbada en el piso, mareada, y todo me daba vueltas, así que aún no podía visualizar dónde me hallaba. Cuando mi vista se aclaró, no podía creer que estaba en esa maldita caja otra vez.
Intenté ponerme de pie, pero el mareo volvió a asaltarme. De repente, empecé a oír que alguien me hablaba, aunque no podía entender lo que decía ni sabía de dónde provenía la voz. Mi preocupación se centraba solo en la caja que seguía subiendo, y continuaba oyendo la voz, sin poder descifrarla.
Sentí que alguien me zarandeaba y decidí cerrar los ojos. Cuando los volví a abrir, me encontré con Aris frente a mí. Me di cuenta de que solo había sido un sueño, o mejor dicho, una pesadilla, porque al ver a mi alrededor, aún nos encontrábamos en el supuesto refugio donde nos habían traído después de salir del laberinto.
—Camille, ¿estás bien? No parabas de gritar.
—Eso creo —respondí, aún con la respiración agitada—. Solo fue...
—Una pesadilla, lo sé. Como cada noche, ¿no?
Cuando iba a responderle, escuchamos la alarma: ya era la hora de la cena, así que debíamos ir al comedor.
Mientras caminábamos por el pasillo, algo cabizbaja, pensaba que ya llevábamos cuatro días aquí. Aún había algo que no cuadraba; sentía que esto era demasiado bueno para ser real. Ese sujeto, el tal Jason, me ponía nerviosa y no confiaba en él, ni realmente en ninguno de ellos.
Iba detrás de Aris, alineándome para recibir la comida, cuando de repente choqué con alguien. Al alzar la mirada, me topé con un chico de rasgos asiáticos, un poco más alto que yo. Al parecer, tenía mi misma edad y un cuerpo fornido; debía reconocer que era muy atractivo.
Nuestras miradas se encontraron y ninguna de las dos se apartaba, hasta que su voz me sacó del trance.
—Lo, lo siento, no fue mi intención —me dijo, sin apartar la mirada.
—No hay ningún problema —respondí, sintiéndome hipnotizada. Pero él rompió el contacto visual y llamó a alguien detrás de mí.
—Hey, Thomas —lo escuché decir.
—Oye, Minho, ¿qué está pasando? —así que se llama Minho. Decidí voltear al escuchar al otro chico hablar. Cuando el que él llamó Thomas y yo cruzamos miradas, sentí algo extraño, pero no me hacía sentir incómoda. Al ver su cara, al parecer él también sintió lo mismo, ya que el chico asiático le hablaba mientras caminaba hacia una mesa, pero él parecía no escucharlo, aunque yo tampoco oía lo que decía.
—Camille, Camille —volteé a mi izquierda y encontré a Aris a mi lado—. Camille, ¡hey, reacciona! —aunque lo escuchaba hablar, aún no apartaba la mirada de ese chico ni él de mí—. Camille, vamos a hacer la fila —decidí hacerle caso mientras le seguía.
Decidí voltear otra vez, pero esta vez me encontré con la mirada de Minho. Me sentía atraída, hipnotizada; era algo electrizante al mirarlo. Pero en mi cabeza solo rondaba lo que acababa de suceder con el que se llama Thomas. Rompí el contacto visual para seguir a Aris. Fuimos por nuestros alimentos y nos sentamos donde siempre.
Mi mente daba vueltas en lo que había pasado, ya que no comprendía lo que sucedió al verlo. Fue tan distinto con uno que con el otro. Con Thomas, era como si lo... ¿conociera? Pero, ¿cómo?, si no recuerdo nada.
—Buenas noches, caballeros, señoritas —Janson, el encargado de este lugar, empezó a hablar, sacándome de mis pensamientos. Le presté atención, ya que sabía lo que venía—. Ya saben cómo es esto: si escuchan su nombre, levántense de manera ordenada y se pondrán al lado de mis colegas, que con gusto los llevarán al ala este. Sus nuevas vidas están por comenzar.
Lo vi abrir la misma carpeta de cada noche y comenzó a llamar. Todos nos quedamos en silencio, ya que todos querían ser elegidos, mientras Aris y yo solo rogábamos que nuestros nombres no fueran mencionados.
—Connor, Evelyn, Justin, Peter, Alyson, Squiggy —al mencionarse ese nombre, todos en el comedor empezaron a reír—. Silencio, señores —Janson llamó la atención y siguió con la lista—. Franklin, y... —hizo una pausa en el último nombre y mi corazón se aceleró—. Abigail —me tranquilicé, al igual que Aris, al no escuchar nuestros nombres—. No se desanimen. Si pudiera llevarme más, lo haría con gusto. Llegará su momento; ahora coman —y con eso se retiró.
Un momento después, Aris y yo nos miramos al ver a Thomas pararse y empezar a gritar.
—¡Hey, Teresa! —Thomas le gritaba a una chica del otro lado del cristal. Intentó pasar, pero los guardias lo detuvieron. No escuché lo que el guardia y él hablaban; Thomas no parecía muy conforme, pero aun así dejó de insistir. Mientras caminaba a su asiento, nos miramos. Él rompió el contacto visual y siguió su camino.

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Maze Runner a prueba de fuego |MINHO| Siempre fuiste tú ❤️
FanfictionEl laberinto fue solo el comienzo tendrán que enfrentar otros obstáculos y en el camino se darán cuenta que no pueden confiar en cualquier, porque quien menos espera te traiciona. Los asares de las vida son un poco extraño ya que puede reunirlos en...