Louis era solicitado en diferentes salas, no sabía que hacer, su mente no estaba concentrada en el trabajo, solo en Harry. Al finalizar el día, el castaño se dirigió a la habitación del rizado, abrió la puerta con mucho cuidado y para su sorpresa, no estaba durmiendo, estaba en su ventana, con unas pastillas en mano.
- Genial, me descubriste - Dijo Harry
El ojiazul cerró la puerta, estaba confundido ¿por qué el ojiverde no había tomado sus pastillas para dormir?
- ¿Por qué estás despierto? - Preguntó Louis
- Solo no me mandes a dormir tan temprano
- ¿Qué te pasa Hazza?
- Estoy triste
- Siempre lo estás
- No me hagas sentir peor
- Lo siento ¿Por qué estás triste?
- Por mí mismo
- A ver Hazza, habla con voz suave para que los doctores no nos escuchen ¿si?
- De acuerdo
- Y ven aquí
El ojiazul abrió los brazos para que Harry se arrecueste en su pecho. No supo porque dijo eso, pero antes de que lo piense mejor, Harry ya estaba entre sus brazos.
- ¿Por qué estás triste de ti mismo? - Preguntó el rizado
- Porque soy un estúpido bipolar, que anda llorando todo el tiempo
- No eres un "estúpido bipolar" - Dijo haciendo la señal de comillas con sus dedos
- Si lo soy, esta mañana cuando estuve en la otra sala me sentí muy mal, creo que me odio
- No deberías odiarte, eres genial
- ¿Genial? ¿Después de como te traté esta mañana?
- Yo sé lo que tienes, es algo serio; cuando estás tranquilo, como ahora, eres genial
- ¿Cuando fui tu mejor amigo, también lo era?
- Bueno, por algo lo fuiste ¿no?
- Cuéntame más sobre mí
- Eras muy bueno con la gente, con tus fans, con tu familia, con tus amigos...
- ¿En serio? ¿Qué más?
- Tus fans te protegían mucho porque salías con mujeres mayores, te querían mucho, en serio