XI

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Casey esperó a que Niall le contestara, que le dijera algo, algún comentario, alguna expresión de asombro o al menos un desprecio, pero no recibió nada por parte del rubio, ya que yacía inconsciente sobre la camilla. Otra vez.

—¡Liam! —exclamó enojada. Le había costado reunir bastante valor para hacer esa confesión y una pizca de impulsividad, e iba Liam y dejaba inconsciente a Niall.

Liam tenía su dedo –un solo dedo- sobre el brazo de Niall, lo rozaba y el tacto era casi imperceptible, aunque eso fue suficiente para que él volviera a caer desmayado.

—¿Por qué lo hiciste? ¡Y justo ahora! —se quejó Casey. Su amigo siguió con el semblante sombrío y culpable, ella aún no comprendía que lo hacía por su propio bien.

—Tú no entiendes, al final te ibas a arrepentir, estoy seguro —le explicó de la forma más tranquilizadora que pudo, pero su voz denotaba que estaba exaltado y nervioso por la posible catástrofe que pudo haber ocurrido si no se apresuraba en tomar medidas. Fue un alivio que leyó el pensamiento de Casey antes de que ella hablara.

—Pero no es tú asunto —le replicó ella.

—Claro que lo es, eres mi mejor amiga y debo velar por tu futuro —Casey pensó que era hipócrita por parte de Liam decirle eso, pero se ahorró el mal rato y se tragó el comentario, terminarían peleados y cabía la posibilidad de que Liam se fuera. Esta vez para siempre.

Sin embargo, y para su mala suerte, Liam escuchó cada una de las palabras que pensó. Tampoco dijo nada al respecto, era mejor dejar las cosas así.

—Bueno… ¿en cuánto tiempo despertara? 

—¿Quién despertara? —escuchó de pronto. La pregunta se había respondido sola con esas palabras.

“No fue demasiado tiempo” Pensó Casey.

—Sólo lo roce con un dedo, tampoco exageres —le dijo Liam, recalcando el hecho que Niall era un debilucho, desde su perspectiva.

—Tú, te desmayaste de nuevo —le contestó ella a Niall, en un tono suave y dulce que a Liam se le hizo empalagoso. De repente podía imaginárselos como pareja y era la peor visión del mundo.

—Es que… —Niall no sabía porque se había desmayado otra vez, pero se hacía una pequeña idea del por qué, aunque le daba vergüenza decirla en voz alta.

—No importa, seguro te bajó la presión una vez más y como todavía estás débil…

—Dijiste que yo te gustaba —y la interrupción de Niall hizo que hasta Liam se sorprendiera. 

¿Cómo era posible? Él vio como se desmayaba en el preciso momento en que Casey habría la boca para hablar.

—Eso… —murmuró Casey. Sintió como las mejillas se le teñían de rojo, no le sucedía eso desde que tenía ocho años.

“Oh por Dios” Pensó.

—¿Quieres que lo duerma otra vez? —inquirió Liam, reprochándole con la voz en la cual se podía descifrar lo que en realidad quería decirle: “Te dije que te ibas a arrepentir”.

“No, yo me las arreglo”

—¡Dije que me gustaba el chocolate! —exclamó, con una risa histérica que delataba la mentira.

Niall habría jurado que se le confesó, pero sería mejor creer que su mente le jugó una mala pasada, de lo contrario, si insistía, Casey lo golpearía y ahí de verdad quedaría inconsciente.

—Oh, era eso… —murmuró el rubio, decepcionado. Casey lo notó y se mordió el labio con nerviosismo, sentía las ganas de gritarlo pero tenía que contenerse. Liam estaba en lo correcto, al final acabaría por arrepentirse.

I Love You {Casey Whitmore}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora