Liam sintió calor. Mucho calor. No sentía ese cosquilleo desde que estaba vivo.
Comprendió muy tarde lo que había sucedido. Casey lo estaba matando, su mejor amiga lo estaba quemando.
-¡¿Por qué me haces esto?! ¡Creí que éramos amigos! -le gritó él, llorando por primera vez como un fantasma. El calor subió por su cuerpo y comenzó a extinguirse como humo por el aire, ya no podía ver ni sentir sus pies, la mitad de su cuerpo estaba flotando en el aire.
-¡Tú lo has dicho! ¡Éramos! -y esas fueron las últimas palabras que Liam escuchó salir de la boca de Casey. Las últimas palabras que lo llevarían definitivamente a la tumba.
Cuando los gritos cesaron, Casey ignoró el gran incendio que provocó el haber quemado el árbol. Con eso daba por cerrado ese período de oscuridad en su vida, ese árbol había representado la muerte en vida que tuvo durante tres años. Y al fin había acabado con él, aunque a un costo demasiado alto.
Cuando reaccionó y recordó lo que le dijo Liam antes de incendiarlo, corrió adentro de la casa y se encontró con Niall tirado en el piso. Tenía una gran mancha de sangre en el hombro y un pedazo ensangrentado del florero estaba al lado de su cuerpo. Se agachó y le tomó el pulso, aguantando la respiración y con todas las esperanzas de un milagro.
Contó. Uno, dos... tres.
Niall estaba vivo, Liam no lo había matado.
Casey intentó sonreír, la pesadilla había terminado.
(...)
El funeral de los padres de Niall fue lento y casi tormentoso. Niall no parecía tener expresión facial, se había quedado sentado mirando el suelo todo el tiempo en que las demás personas hablaban sobre su familia y le daban el pésame.
Casey estaba a su lado, tomando su mano y dándole ánimos. Pero ella más que nadie sabía que eso no servía de nada.
El funeral de Dylan sería en la tarde, Casey tenía pensado ir, aunque Niall no. Él le había dicho que tenía que conversar con sus tíos y atender al resto de sus parientes lejanos. Ella no protestó, si eso era lo que él deseaba, no le llevaría la contraria.
Antes de partir al funeral de Dylan, besó en los labios a Niall y lo abrazó con fuerza, con miedo de que le sucediera algo malo mientras ella no estuviera a su lado.
-Niall, te amo -le susurró en el oído y lo volvió a besar. Niall arregló un poco su cabello y le dijo que se veía bien.
En el funeral, se encontró con Brad. El chico la miró con rabia, casi con odio. Mas no se acercó a ella ni le dirigió la palabra, sólo se limitó a observarla. Casey no le prestó mucha atención, seguía preocupada por Niall y sus heridas, al final había terminado con el hombro dañado y un fuerte golpe en la cabeza por la caída, cosa que lo tenía un poco aturdido todavía.
Explicarle a la policía lo que había sucedido fue un problema, no era fácil decir que un asesino mató a todos sin dejar rastro. Las autoridades habían dado aviso por la ciudad de que fueran precavidos para que no ocurrieran más accidentes. Al principio creyeron que había sido el mismo chico que mató a Katty, pero lo descartaron ya que él seguía encarcelado injustamente.
Pero Casey sabía que no habría más muertes, Liam se había ido para siempre.
Después de todo lo que pasó, Casey comenzó a culparse, se decía que si no hubiese sido por sus constantes lamentos nada de esto hubiera ocurrido. Aunque después recordaba lo que Liam le había dicho, aquello de estar encerrado en la casa y que sólo cuando ella puso un pie allí fue liberado. Aunque, claro, sólo era una mentira. Quemar el árbol en que Liam se suicidó era el ritual para acabar con su espíritu.