5

514 81 6
                                    

Min Yoongi

— Ah.. Mh.. Ah~ T-Ta... Tae-hyung, ¡joder! — ¡ah! Dio en el punto justo. Este hombre estaba acabandome debajo de él. Llevábamos casi una hora así. Por Dios, mis piernas estaban empezando a doler por la incomoda posición, pero maldita sea, este hombre era un maestro en esto. — Oh~ Mal-Maldita sea..— caramba, estaba disfrutando de lo lindo.

— Gime más fuerte, precioso.. ~ — Y eso hice, ¿cómo no hacerlo si con cada dura y rápida estocada que él me daba, golpeaba ese dulce punto sencible mío. Sin mencionar esa mirada devoradora que me daba.

— T-ta.. ¡Taehyung! ¡Ah, para, para, para! — lo empujé por los hombros y quedó sentado en el sillón, mientras yo caía al suelo, sujetando mi muslo.

— ¡¿Que?! ¿Qué pasó? ¡¿Te herí?! Perdoname por favor. — se acercó a mi con cara preocupada, volvía a ser ese Kim sumiso de siempre, por dios, hombre ¡cuánta dualidad!.
Ah, sí, en fin. Yo sujetaba mi muslo en el suelo, pues sufrí un calambre por la posición. Es que, rara vez yo era el pasivo y nunca lo había hecho en un lugar tan incomodo.

— ¡No! No fuiste tú, me dio un calambre.

— Oh. No te preocupes, dejame masajear la zona. — empezó a hacerlo.

Joder, no me puedo creer que los mismos dedos que hace 45 minutos estaban moviéndose tortuosamenre dentro de mi ano, ahora me estaban dando el masaje más relajante que hubiera tenido.

Lo volveré a decir, Kim Taehyung, me mata tu dualidad.

Oh, en fin, esperen, estoy seguro de que ustedes desean saber cómo llegué a esta situación. Pues... En los próximos capítulos, lo verán.

Mi novio es un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora