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Taehyung

Bueno, no soy de venir a estos lugares, pero Uff, trabajo es trabajo.

Ingresé a ese club.
Sabía que mi encargue lo frecuentaba y sabía que hoy estaría aquí. Sólo tenía que ir por él y llevarlo a casa.
Claro que no podía hacerlo de inmediato, así que llegué a la barra y pedí una cerveza. No me gusta la cerveza, pero algo tenía que pedir y estaba seguro que no tenían chocolatada.

Busqué a mi objetivo con la mirada. ¡Oh! Ahí está, perfecto. Ahora no debo perderlo de vista.
Aprovecharía cuando saliera a fuera a fumar o cuando esté listo para dejar el club. Si salía con alguien, sólo debía noquear al mal tercio y llevarme al hombre conmigo.

No es que me guste la idea de lastimarlo, pero es mi trabajo. A demás, ese hombre lo hizo muy mal.
Mirá que robarle dinero a su jefe, qué traición a la confianza.

Pero algo me incomoda. Me enteré de que el jefe no tiene pruebas de que haya sido él, por eso simplemente quiere que yo averigüe si lo hizo o no y, en todo caso, que lo lleve ante él.
Según, le preguntó como una persona civilizada y el muchacho lo negó. Entonces, recurrió a esto, ya que no logró convencerce.

Veremos si yo logro convencerme.

De pronto, dejó de bailar con una chica para posar su interés en un pelirrojo.
El chico se veía incomodo, se ve que no quiere estar ahí, me reí por lo bajo. ¿Es que ese hombre no se daba cuenta que se lo estaba pasando mal? Se ve que no, porque él sonreía como si todo marchara bien.

¿No es increíble lo despreocupada que luce la gente cuando no ve el peligro que se le avecina? Digo, él está ahí hablando como si nada, mientras que yo estoy esperando a que se quede solo para llevarlo a la bodega y comenzar con su interrogatorio y, si el destino lo dicta, terminar en su muerte.

Mi mirada se desvío.
—¡Oh, es Rin! — Lee Chae Rin, una vieja amiga, hacía años no la veía. Voy a aprovechar la ocasión para saludarla.

Me separé de la barra, pero a penas di un paso, choqué contra alguien, derramando mi cerveza sobre ambos.
Él era más pequeño, así que cayó por el impulso.
¡Caramba, Taehyung, tienes que fijarte! Mira si lo llegas a dañar.

Empezó a decir muchos insultos.

Extendí mi mano.

— P-Perdón, lo siento — me puse nervioso, no sabía si ayudarlo o no, es que incluso me había llamado débil del cerebro. — Toma mi mano p-por favor, dejame ayudarte. — ¿lo tomaría, o me daría un manotazo? No, él tomó mi mano y lo levanté.

Me miró y noté que sus ojos viajaban por todo mi rostro. Lo sé, porque los mios viajaban por todo el suyo. Su cabello negro, que se veía más negro gracias al color palido de su piel, la que parecía no tener imperfecciones, esos ojos que me recordaban a los de un gatito y esa boquita diminuta y bonita que parecía cargar con unos suaves labios, me pusieron nervioso. — Ah... Ehm..Soy Kim Taehyung y.. Lo siento por derramar la cerveza y tirarte al suelo.— él me miró algo dudoso.

— Oh.. Eh.. Min Yoongi y.. No te preocupes, y-yo no veía por donde venía.

Ay, no. También se disculpó, se me hizo tan tierno.
Caray, si me hubieran dicho que Lee estaría en el mismo lugar que este gatito, hubiera aceptado el trabajo mucho antes.

Mi novio es un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora