Capitulo 3

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Hubo silenció en la cocina luego de las ultimas palabras dichas por Joel, el castaño se deslizó por la puerta hasta llegar al suelo, Joel se fue acercando a él a paso lento y vio el refrigerio servido en la mesa.

Luego observó como él castaño formaba una figura de hielo en su mano, un muñeco de nieve para ser mas precisos, asombrado se agacho para quedar a su altura viendo la figura.

-¿Como puedes hacer eso?-

-¿Acaso no sabes la historia del castillo?- Le preguntó con la voz suave sin apartar los ojos de su creación, soltó un suspiro como si detras de este se escondiera un lamentable recuerdo -A veces las cosas que estan fuera de la realidad no son buenas-

-¿Hablas del ataque de la bruja?- le preguntó ignorando sus ultimas palabras -¿Te contaron esa história?-

El castaño volteo a verlo con reproche, escondiendo tristeza detras de esos ojos mieles, Joel empezó a analizar esa mirada llegando a una conclusión.

-¿Acaso tu eres...?-

-Un príncipe sin sentimientos-

La habitación comenzó a ponerse mas fria, Joel buscó el calor del horno buscando madera para que éste siguiera caliente

-¿No sientes frio?- le preguntó con una ligera sonrisa.

-Siempre es asi- dirigió su mirada hacia Joel, miró en el rizado algo que le recordó a él hace años -¿Cómo supiste de este lugar?-

-Escuché la historia de una antigua cocinera que trabajaba aqui- le respondió concentrándose en mantener vivas las llamas del horno -Escapó cuando ocurrio el accidente-

-Entiendo-

El silencio se hizo presente en la sala, lo unico que se escuchaba era el sonido de la madera que se estaba quemando, Joel queria hacerle varias preguntas al castaño pero lo veia tan sumido en sus pensamientos o recuerdos que prefirió no interrumpirle.

-Me iré a mi habitación- informó el castaño, juntando sus manos desapareciendo al muñeco de hielo.

-Pero... ¿La comida?-

-Me la llevare a mi habitación, prefiero comer ahi- tomo la bandeja y se dirigio a la puerta -Tu, pueblerino- se volteo para verlo -Te vere luego-

[...]

El día siguiente todos siguieron con sus actividades normales como si no hubiera alguien nuevo en el castillo.

Chris salió de su habitación y dió un recorrido por el salón principal, aquella habitación que antaño solia recibir miles de personas para las fiestas y banquetes que solían ofrecer ahora se encontraba vacia. Sin embargo siempre estaba ordenada y limpia esperando para que en cualquier momento las puertas se abrieran para recibir invitados de nuevo.

Por las puertas del costado logró salir al jardín, un panorama triste de describir, el lugar en el que antes habia vida y color por las distintas flores, plantas y árboles que ahi habían ahora se encontraba seco y marchito, él había intentado copiar las figuras de las plantas usando su magia pero le habia sido inutil.

-Señor, le recomiendo que cierre las puertas, podria venir una ventisca que empeoraría su situación- le recomendó su antiguo sirviente como siempre.

-No te preocupes Joseph, eso no pasará le dijo suavemente y volvió a entrar cerrando las puertas.

Decidió ir hacia la cocina porque no podía sacarse de la cabeza al chico rizado que habia visto, ademas de que no le agradaba la idea de tener a alguien desconocido dentro del castillo.

Primero mandó a Joseph a que le avisara a las cocineras para que salieran de la cocina, Mary esperó que él príncipe no se molestara por haber traído ahi a chico, vio entrar al castaño y rogó por que nada malo pasara.

-Se que estas aqui pueblerino- Le llamo.

Lo vio detrás del sofá, envuelto en la misma cobija leyendo un libro, vio una timida sonrisa por parte del rizado y eso le hizo sentir diferente, no podia pasar otra vez.

-Estoy solo asi que deja de esconderte, sal y hablemos- al ver que el rizado no tenia intensión de responder se acomodo en el sofá aunque batallaba por sentarse, pensó en conseguir nuevos cogines -Y dime ¿Estarias dispuesto a ser mi sirviente?- volteo su rostro encontrándose con el rizado.

-No-

-¿Por que no?- le quitó la cobija mirandole a los ojos -No es nada complicado-

-Aunque no fuera complicado yo no se hacer nada de eso- le respondió Joel apartando su mirada -¿Su excelencia?- completó dudoso. El castaño soltó una ligera risa.

-Me estas diciendo que te quedarás aqui sin hacer nada- apoyo su brazo en el respaldar -Él único que puede hacer eso soy yo pueblerino-

Se acomodó en el sillón de forma que pudiera recargar sus dos brazos en el respaldar mientras observaba a Joel, tenia confianza en que todo saldria según lo planeado.

-Me llamo Joel-

-¿Acaso te lo pregunté?-

-No, pero es para que me dejes de llamar pueblerino-

-¿Te gustan los libros?- preguntó al ver el libro en las manos del rizado.

-Si- murmuró él rizado intentándo volver a su lectura.

-Por eso buscas salir de la realidad- él castaño sonrió al recordarse a si mismo atrapado varias horas en la biblioteca que tenian todo para adentrarse en una aventura entre cada linea, cada pagina, cada letra.

Joel cerró su libro dejándolo a un lado y se levantó para afrontar los ojos al príncipe, tenia miedo pero decidió afrontar todo.

-Acepto- le dijo dudando -Pero tardaré en aprender un poco-

-Soy Christopher- le dijo el castaño viéndolo con una sonrisa -Joseph te explicará tus funciones- se acercó a la puerta pero antes de salir volteó a verlo -te veré mañana, Joel-

Debajo del Hielo || Virgato || TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora