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Siete día, estuve encerrado.
No lo pude evitar y tuve que hacerlo.
Tuve que tocarme.

Y cada vez que llegaba el celo la imagen de ese chico venía a mi mente y todo se hacía peor.

Hoy por fin, pude estar mejor y he logrado comer mejor y me he puesto  día en la escuela gracias a los apuntes que Ayano me presto en esta semana.

Hoy era sábado de nuevo y me tocaba ir al café, pero en turno de 12:00 m.m a 6:00 p.m, así que me encontraba haciendo unos deberes que me faltaban mientras escuchaba algo de música.

Mi celular empezó a sonar y mire la pantalla para ver el nombre de Ayano.

- Ey, idiota, vamos a comer algo! Tienes trabajo a las 12 aún podemos ir a comer antes de tu trabajo!

Suspire y mire el reloj, eran las 10 a.m

- Esta bien, ¿Adónde?

- ¡SI!, quiero Tonkatsu*!

- Bueno... te veo en la estación.

- ¡Vale!

Cerró la llamada y termine el problema para levantarme, arreglar todo y vestirme para el clima frío de afuera.

Agarre mi mochila y mire el papel en la mesa.
No lo he contactado desde entonces.

Agarre el papel y lo metí en el bolsillo de la chaqueta sin más.

..

Llegué a la estación y mire a Ayano alzando la mano mientras sonreía.

- Hola -dije al estar a su lado-

- ¡Hello! hoy comeré como puerco.

De verdad está emocionado.

Tomamos el tren y llegamos a nuestro destino, dos paradas después.

- Tonkatsu, tonkatsu, tonka-
Se detuvo de golpe y lo miré extrañado.

Se encogió y se empezó a poner rojo.

Entro en celo.

Mire la dirección es la que miraba y había un chico que trabajaba en el local mirandolo y estaba igual de rojo.

¡¿El alma gemela de Ayano?!

Mire alrededor como algunos se tapaban la nariz y de verdad que este no es un buen lugar para entrar en celo.

El chico se acercó y agarro a Ayano por el brazo y se lo llevo, lo seguí y agarre su brazo.

- ¡Hey¡ ¡SUELTALO!

Se giró bruscamente haciendo que soltara su agarre.

- No le haré daño. Aquí no está seguro.

Mire a Ayano cerrar los ojos con fuerza y entendía perfectamente el dolor que tenía ahora mismo.

- Lo llevaré a la parte de arriba, está cerrada al público y así no lo oleran tan fuerte como ahora.

Mire a Ayano que me miró asintiendo y entendí a lo que se refería. Él lo haría.

Sin más subieron cerrando la puerta con fuerza, poco a poco el olor de Ayano fue casi imperceptible.

De verdad lo hizo.

Bajé la mirada y me acerqué a unos de los dueños del local.

- Podría decirle al chico que subió que lo veo luego? -el dueño del local entendía asi que asintió sin más.

Salí del local y mire la hora para ponerme en marcha al trabajo.

..

Al llegar al trabajo me coloque el uniforme y me cambié de turno con la chica que se encontraba ahí.

Déjame AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora