•|Capítulo 6|•

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Toqué la puerta dos veces en la sala del director Atsushi, no podía dejar de mover mi pie con desesperación por querer irme de la escuela de una buena vez, hace unos tres minutos le había tocado la puerta, pero no abría. Bueno, dicen que: ‘Al mal tiempo, hay que darle buena cara.’ Así que... ¿de qué me preocupo? Total, después de las clases puedo venir pacíficamente a la dirección y, ¡tata! problema resuelto.

Di media vuelta girando mis talones dispuesto a irme, pero paré en seco al oír un...

—“¡¿Gemido!?”— ¿Qué carajos? No me diga que Atsushi-san es... Iugh, no quiero imaginarlo, a menos que se esté acostando con una maestra. ¡Hai! Debe de ser eso.

Me di la vuelta disponiéndome a irme al salón, extrañamente que está vez había un notable silencio que me tranquilizaba al no oír voces molestas de parte de los demás, en especial esa egocéntrica de ese Oreo-Baka. La razón por la que iba a ver el director Atsushi, es para pedir permiso de ya no asistir a esta escuela tan.. lacra, le hiciera dicho primero si daban clases que valían la pena. 7-7

(...)

—¡Oe, cerdo!—. Genial, tan tranquilito que estaba comiendo mi gelatina de vainilla, me viene a interrumpir el Jaianto*=Gigante.

—¿Nani?—. Digo desinteresado, agarró una cucharada de gelatina para llevármela a mi boca y degustar de ella.

El pelimarrón se me quedó mirando por varios segundos hasta chasquear la lengua y desviar la mirada cerrando sus ojos, se puso a mi lado para después sentarse sin dirigirme la mirada. Aún seguía comiendo mi gelatina tratando de ignorar su presencia.

—¿No dirás nada?—. Me quedé calladado por su repentina pregunta, límite a bajar los hombros desinteresado. —Tsk, como sea. Sólo vine aquí a disculparme.— Dejé de comer dejando mi cuchara con un pedazo de la gelatina al aire, esta vez lo miré confundido sin cambiar mi expresión.

—¿De qué te disculpas?

—¡Agh, del cómo te iba a golpear por haberle tronado la muñeca a mi hermano!—. Oh, lo recuerdo, no estaba enfadado con él ni nada parecido. —Fue solamente impulsivo lo que hice.

—Tranquilo, no estoy en contra de ti.— Desvíe la mirada a mi postre. Él suelta un gran suspiro cansado.

—Aún así, Kou te debe también una disculpa por confundirte a una chica, aunque ese movimiento tuyo se lo merecía.— Dijo con sorna cruzándose de brazos, mirándome travieso.

—Oh.— Niego con la cabeza. —No importa, tampoco estoy molesto con él, ya que no fue el único en confundirme con una chica.— El ojimarrón me mira asombrado, después calmándose.

—Que ciegos, yo al verte supe desde al principio que eres un hombre. Claro porque, mirate, no confundirían a una chica que está plana y sin trasero.— ¿Nande? Escucho unas leves risas de parte suya, lo miró directamente sin entender nada. Paró de reírse hasta que reacciona ante mi cara inexpresiva, seguido de aclararse la garganta.

—¿Fue un tipo de chiste?, porque no lo entendí.— Ladee la cabeza de un lado, él me hace ademanes.

—Nada, olvidalo.

El timbre de la Academia sonó, indicio de que van a comenzar las clases, ahh, y eso que no he terminado de comer mi postre favorito de tanto hablar con... etto.

—Oye, ¿cómo te llamas?—. Le pregunto sin titubear, esperando a que me diga su nombre.

—¿Ah? Me llamo Yūma Mukami. ¿Y el tuyo?

—Me llamo Tatsumi Toriyama, un gusto.

Me paro de mi asiento dispuesto a irme, hasta que oigo de nuevo la voz gruesa de Yūma-san.

—Sinceramente, nunca había hablado con alguien cómodamente, espero que hablemos para la próxima.

Asiento, dándole por fin la espalda encaminándome a mi aula, me despido con la mano derecha perdiéndolo de vista. Pasé mi mano por detrás de mi nuca sobándola con cuidado, sintiendo una sensación incómoda para mi gusto.

—“También me sentí cómodo hablando con él.

Llegué al salón de clases con la puerta deslizante abierta, me adentré y lo primero que vi fue...

—¿Eh...?—. Que no había nadie en el salón, eso hasta me dejó un poquís sorprendido que hasta abrí levemente mis ojos.

Alguien pasa de mi lado, una cabellera lila me hace reconocerlo, era el chico con su oso Teddy, ignoró mi presencia hasta ir a sentarse en su lugar. Fui a sentarme a su diestra con tranquilidad, él seguía ignorándome cómo siempre, escuchaba como el pelilila cuchicheaba con su oso de felpa de un parche, se nota que a millas que cualquiera que viera al oso con un parche, vería al chico con curiosidad y miedo por lo destacado que se veía.

—Deja de mirar a mí Teddy, onegaimasu.— No me había dado cuenta que miraba mucho (y no discretamente) a su osito, ¿pues quién no se fijaría en un oso con un parche a parte de su vestimenta?

—Gomen', es que, se me hizo muy peculiar tu ‘Teddy’.

Me habla con el mismo tono de seriedad, está vez más alzado.

—¡¡Entonces vete de aquí, no vuelvas a mirar a mi oso Teddy, es mío!!—. ¿Pero qué co...?

—Está bien, me iré a sentar más adelante si no te molesta, “Qué cambio.”— Él no dejaba de mirarme amenazadoramente mientras en sus brazos "abrazaba" protectoramente a su Teddy, me dio pena el oso.

Sentía su mirada clavada en mí, hasta que llegué a los primeros asientos disponibles, dejó de mirarme; lo miré de reojo cómo el ojilila volvía con su actitud de chico despreocupado hablando ahora sí normal con el osillo. Mis ojos quedaron en blanco al verlo tan natural después de que me echó de allí.

—“Quien lo entiende.”— En serio, ésta persona tiene bipolaridad nivel dios.

(...)

Melanny: Siento haber tardado en publicar, espero de que les haya gustado. 😊👍 ¡¡Sayōnara!! 👋

Inexpresivo. (Diabolik Lovers)(Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora