•|Capítulo 14|•

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Estaba en mi departamento, hablando por teléfono con mis padres, especialmente con mamá, quien está muy preocupada por mí. Claro, ¿quién no se preocupa por su hijo después de no haberle llamado unas semanas y que ellos estén en otro país?

¿Has comido bien, Tatsu-chan? ¿No te has enfermado? ¿Cómo vas en los estudios? ¿Ya tienes amigos?

—Mamá, sabes que no puedo responderte todas esas preguntas a la vez. No te preocupes.— Respondía de lo más tranquilo y neutral, por dentro sentía un poco de alegría en que ellos por fin me llamaran. —¿Y papá?

¡Ah, acá está! Déjame lo llamo... ¡Izayoi, Tatsu-chan quiere hablar contigo!

Me quedé estático en mi sitio, esperando por lo menos un saludo de mi padre. Al cabo de un minuto exacto, se escucha la voz alegre de mi progenitor a través del teléfono.

¡Tatsumi-kun, qué alegría oírte y apreciar tu normal voz!—. Eso me sacó una gota en la sien, manteniéndome inexpresivo a la situación. —¡¿Cómo va todo allá en Tokyo!?

—Bien, papá. Gracias por preguntar.

¿Has hecho amigos?

Dudé en contestarle, decidí hacerlo, siéndole sincero. —Sí, uno que otro conocido. Ahí vamos de a poco...

¡Ese es mi muchacho! Siempre hay que juntarse con la gente que sepa valorarte, hijo.

—“Ajá.”— Pensé sarcástico, recordando todo en estas últimas semanas. —¿Cómo han estado ustedes allá en Estados Unidos?

Hemos estado bien, cariño, gracias por preguntar.— Ahora era mi madre quien tenía el teléfono. —¡Tu padre y yo queremos ir a visitarte para la próxima semana! ¡¿No será genial!?

—Yeiii~.— No pude fingir felicidad, haciendo ese sonido un tanto apagado.

Ohh, hijito. No te esfuerces en expresarte, recuerda que las emociones no son algo que lo tomes con tanta ligereza. Las emociones salen por sí solas cuando el momento lo requiere.— Sentía mis ojos brillar, admiro a mi madre, es tan sabia...

—¡Claro!

Bien, tenemos que colgar Tatsumi, queríamos hablar más tiempo pero... Ya sabés...

Es el puto trabajo que nos mantiene lejos...— La voz de mi padre se hizo escuchar por la vía telefónica.

Después de decir aquello con una mala palabra mi madre le reprime.

¡Izayoi!

¡Ay, Gomen'!

Escucho un suspiro frustrado de mamá. —Te queremos mucho, Tatsumi, nunca olvides eso. ¡Hasta la otra semana!

¡Sayōnara!

Ambos se despiden, el sonido seco de la llamada acabarse se hunde en un silencio sepulcral. Dejé mi teléfono frente a una pequeña mesa que se encontraba, estaba sentado en el sillón. Justamente cuando lo había dejado, tocan la puerta.

Fui a atender quien era; la abrí completamente, me sorprendió un poco al ver quien era. ¿Ya me estarán acusando?

—¿Qué hacen aquí, Sakamakis?

Inexpresivo. (Diabolik Lovers)(Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora