•|Capítulo 10|•

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—Esta es la habitación de huéspedes, se quedará aquí hasta que pase la tormenta.

¿Por qué no hice la tarea mejor solo? Ahora los comentarios que me tuve la obligación de leerlos me han dejado “traumado”. Siento que no será para nada bonito estar en una mansión con vampiros chupa sangre porque sí.

Reiji-san me había enseñado la habitación, después se fue a quien-sabe-donde, tal vez a arreglar unos asuntos; no lo sé. Era casi identifica a la de Yui-san, quitando sólo el color rosa por supuesto.

Me quité la sudadera negra que tengo puesta, quedando solamente en una polera blanca con un símbolo de una cruz roja en el centro, la doblé poniéndola encima de la mesita de noche. Me saqué los zapatos menos los calcetines, acto seguido sentándome en la cama, desabroché el botón y cierre de mi pantalón escolar, sintiendo la “libertad” por fin. Después de armarme para dormir, saqué mi teléfono del maletín, poniendo una alarma a las 5:30 p. m., ya que se supone que los vampiros andan activos en la noche que en el día. Tal vez yo lo sea al sufrir de insomnio, quien sabe.

Ya acostado en posición fetal, dando la espalda a la puerta, me quité la liga dejándolo en la otra mesita de noche, soltando mi cabellos por encima de mis hombros, que es hasta allí donde llega. Antes de que cerrara los párpados, sentí un peso de en el otro extremo de la cama. No abrí los ojos.

—Ahh~, creo que intentas provocarme. Tat-su-mi-kun.— Rió pervertidamente, sintiendo como su mirada recorría por todo mi cuerpo, siquiera me inmuté. —Nfu~.. Al parecer ya se durmió~.

Ahora siento su aliento en mi nariz, deslizándose hasta mi mejilla, después siento su respiración en mi oreja, susurrándome el pervertido.

—Hueles muy bien, Bitch-kun.— ¿Nande? Una mano fría desliza lentamente mi polera blanca hacia arriba, tocando mi torso con suavidad y provocativamente. —Desde que llegaste, me has llamado mucho la atención~, mi perrito, nfu~.— Mientras seguía tocando mi torso, lamía el lóbulo de mi oreja con lentitud, hasta lamerlo desde abajo para el cuello, donde estaba el cuello. —Tu piel blanca sin marcas de mis demás hermanos, me hacen querer... ser el primero en probarte.— Siento como me sujeta los brazos aprisionándome con fuerza, dejándome a mí abajo y él arriba.

La pierna de Laito-san frotaba mi hombría con lentitud, provocándome sin éxito alguno, mantenía mi cara relajada y al mismo tiempo que fingía estar verdaderamente dormido, ya que no sentía esas sensaciones de las que se llaman “placer”. Porque nunca había sentido eso. Sólo esa vez fui violado y maltratado. Su respiración chocaba con mi cuello, estaba a punto de morderme, hasta que abrí los ojos con tranquilidad diciendo.

—¿Vas a frotar mi miembro hasta que me corra, o vas a morderme hasta dejarme inválido?—. Se separa de mí sin quitar la posición en la que estábamos, mirándome con una notable sorpresa. Sonríe de seductor mirándome lujuriosamente, con un notable sonrojo en sus mejillas.

—Mooh~, le quitaste diversión a la escena, eres un aguafiestas.— No dije nada, lo miré sin entender sus indirectas. —Bitch-kun, ¿no me digas que te estabas dejando sólo para sentirte bien? Eres un pervertido~.

Él seguía frotando mi pierna, no reaccioné ante eso, sólo lo miré inexpresivo, éste se sorprendió.

—Are~, creí que te pondrías excitado, pero veo que no funciona. Nfu~, sin duda eres muy interesante.

—¿Por qué lo dices?—. Ríe por lo bajo, hasta acercarse cara a cara a mí. Hablándome con seducción, otra vez :V.

—Jeje, por nada.— Lame mi mejilla derecha, bajó rápidamente hacia mi cuello y...

*PUM*

Lo golpeé tan fuerte que hasta se rompió la puerta del baño, mandándolo hacia allí en la tina acostado, suerte que solamente fue la puerta y no la pared. Oía quejidos de parte suya, viendo entre el polvo que provocó mediante el golpe, se iba reincorporando lentamente pero se caía de nuevo.

Se oyó la puerta abrirse de golpe, para ver el problema. Me senté al estilo indio con aburrimiento mientras bostezaba fatigado, en serio
no quería que interrumpieran en mi siesta. La voz preocupada de Yui-san les hizo reaccionar.

—¡La-Laito-kun!

Yui-san y Ayato-san acudieron a su ayuda, con notable preocupación. Lo ayudaron a reincorporarse hasta quedar de pie, pero al final caminó cojeado. Yo miraba la escena neutro.

—¿Se puede saber... qué sucedió?—. Pregunta el segundo Sakamaki de la familia, mirándome filosamente con disimulo.

—Laito-san estaba a punto de morderme.— Respondí directo.

—¡Pero no debiste golpearlo, idiota!—. Umh, tiene razón. Tal vez me excedí un poco. —Mira como lo dejaste.

—Jeh, no pasa nada.— Bueno, al menos el pelimarrón es consciente.

—Sólo me defendí de una mordida, no es nada del otro mundo.— respondí con neutralidad, mirando seriamente a los otros hermanos.

—Tch.— Ignoré su chasquido molesto, para después acomodarme nuevamente para dormir, dándoles la espalda.

—Aún así lo estamos dejando quedarse en la mansión, debería de comportarse como huésped.— Claramente era “Mamá Reiji”, no le queda mal el apodo. —Tendrá que pagar la puerta del sanitario.

—Okey.— Ya no oí nada más de su parte, sólo quería dormir.

—Nee~Teddy, Tatsumi-kun es muy inexpresivo con nosotros, ¿verdad?—. Olvidé por completo que él vive aquí.

—¡Ore-Sama no te perdonará por lo que le has hecho a mi hermano, Ba~ka!

—Cállense, no dejan dormir.

—Ta-Tatsumi-kun.— El trueno se oyó tan fuerte, que hasta la pelirrubia saltó de su lugar. Solamente faltaba que...

Suspiré con flojera, sentándome nuevamente a la orilla de la cama, viendo directamente a cada uno de los Sakamakis, excepto el pelirrubio dormilón quien estaba “durmiendo” plácidamente en mi cama, aclaré la garganta para levantarse con la poca dignidad que me queda.

Quedé frente a frente con un Laito-san todo lastimado, hasta tenía un leve corte en su labio; lo miraba sin emoción alguna, pero en el fondo me siento un poco afligido a la situación. Me agacho hasta quedar de rodillas frente a él, tenía las miradas curiosas de sus hermanos por mis movimientos, bajé la cabeza hasta apoyarme con mis manos en la frente del suelo, solté un suspiro cansado.

—Gomen'nasai.— Me reincorporé de nueva cuenta, viendo las expresiones de sus hermanos en shock, e incluyendo a Shū.

Después de que me disculpara de rodillas a lo viejo, me fui a acostar dándoles nuevamente la espalda, sin decir nada más. Sentí que como sus presencias se iban de uno por uno, hasta dejarme solo en aquella habitación.

Por fin no hice algo tan cliché como en las demás historias. (:V)

Inexpresivo. (Diabolik Lovers)(Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora