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Mabel y Dipper caminaban por el bosque, los gemelos estaban invitados a la boda para elegir a la reina de los gnomos, aunque ellos seguían un poco resentidos con Mabel.

Pequeñas hadas, un par de unicornios y hasta el multi-oso se encontraban ahí, sin contar a los miles de gnomos.

- Esto es raro - susurró Mabel viendo como la "futura esposa" era una figura de cartón de la escultural periodista Sandra Jiménez.

- Ni que lo digas.

La "ceremonia" concluyó de manera normal. Algunas criaturas saludaban a Mabel con agrado ya que hacía años que solo veían al gemelo de la chica. Diviso a Dipper hablando con el multi-oso.

- Felicidades por tu boda Jeff, tu esposa es... ¿hermosa? - dijo la castaña al Gnomo de cabello café que estaba junto a la figura de cartón.

- Oh vaya Mabel, esto es incómodo... - dijo el hombrecillo rascándose la nuca- Mi esposa agradece tus felicitaciones, pero no quiere que te me acerques... ya sabes, estuvimos comprometidos y todo eso.

- No hay problema, captado.

Mabel se fue de ahí a la mesa de postres con una sonrisa, le parecía gracioso como el creía que ellos si habían tenido "algo" y también como la figura de cartón supuestamente le hablaba. Comía dulces y un par de hadas peinaban su cabello. Se sentía de doce años nuevamente, pero por desgracia iba a cumplir 17 a final del verano.

Era irónico como pasaba el tiempo.

Mabel podía escuchar un extraño susurró a pesar de las voces que había cerca de ella, como si hubiese una voz en su cabeza pero no conseguía entender lo que decía. Miró a todas partes y podía ver un sendero brillante, a ella aún le gustaba lo brillante.

Siguió ese destello y llegó a esa parte que ella llamaba "parte mala del bosque" al ser más oscura y que generalmente había criaturas terroríficas, la castaña seguía el rastro de esa estela brillante con los colores del arcoíris hasta que llegó al final.

Estaba frente a la estatua de Bill.

Una estatua que parecía de concreto, llena de musgo y enterrada hasta la mitad con la mano extendida. Retrocedió dos pasos y sus ojos seguían en el estatua.

- Tonta de mi, por un momento creí que estaba vivo... tengo que dejar de comer tanta azúcar antes de dormir. - dijo sentándose en la tierra sin importarle que se ensuciara.

Miró la estatua por varios minutos, Bill seguía ahí y esa era la prueba, ella simplemente estaba enloqueciendo de a poco al soñar con el en aquella forma humana y malditamente sexi que el demonio de sueño le mostró cuando le regaló su burbuja de ensueño.

Se golpeó la frente al pensar en Bill como alguien atractivo.

Ella se desmayó cuando el abrió la grieta dimensional y le regaló la burbuja, tuvo la oportunidad de matarla y no lo hizo, por primera vez cumplió su parte del trato ¿por qué no acabó con ella? Esa pregunta resonaba en su cabeza.

- ¡Triangulo maldito! - gritó poniéndose de pie. Rodeó la estatua. - ¿por qué no me acabaste? - volvió a preguntar. Una parte de ella esperaba que el triángulo dorado le respondiera, a Mabel no le gustaban las incógnitas.

Golpeó la estatua con su puño y cayó de rodillas, todo era gris y su puño ahora estaba en el pecho de aquel rubio demonio, Mabel se sobresaltó alejándose.

- Parece que viste a un fantasma, Estrella fugaz. - dijo con una sonrisa que dejaba ver sus colmillos, la castaña tragó grueso y miró a su alrededor. El tiempo se había detenido y todo era gris como aquella vez que Gideon lo invocó.

- Estas vivo...

- Y coleando pequeña Estrella.

La castaña veía como el se acercaba y se sentó frente a ella, aún no podía creerlo, quizás se había desmayado y estaba alucinando.

- Esto es real Estrellita rota. - Mabel frunció el ceño, no le gustaba que Bill leyera su mente y tampoco ese apodo.

- No lo es.

- Claro que si. Hagamos un trato, ¿que es lo que quieres? - Preguntó y Mabel pudo ver como la pupila de Bill se afilaba aún más.

- Aléjate, no me dejare engañar por ti. - se puso de pie y cruzó los brazos - déjame salir.

- Solo toma mi mano. - susurró. Un escalofrío recorrió la espalda de Mabel.

Se giró y vio a Bill con la mano extendida y una llama de color azul que la envolvía, Mabel la golpeó con su palma y ahí los colores volvieron.

Tomaba la mano de la estatua que se hizo pedazos, haciéndola caer mientras que la risa de Bill resonaba en todo el lugar, lo vio emerger de los pedazos de la estatua con su forma triangular que luego se transformó en un chico rubio.

Ahora Bill estaba en el mundo material, fue liberado y ella fue quien lo liberó. Se puso de pie y le lanzó un golpe en el pecho que no provocó más que dolor en los nudillos de la chica.

- Vaya vaya, Estrella fugaz, aún sin pino a tu lado eres muy valiente. - Bill apartó la mano de Mabel empujándola con su bastón. - ¿que quieres? Aún tengo que cumplir mi parte del trato.

- ¡vuelve a tu estatua! - le gritó pero el ya no estaba al abrir los ojos.

Mabel se sostuvo la cabeza enredando sus dedos en su cabello. ¿Que iba a hacer?

Su gemelo y su tío abuelo iban a matarla.

Mabel regresó a la parte del bosque mágico donde se ejecutaba la fiesta de bodas. Dipper estaba loco buscándola.

- ¡Mabel! Algo ha ocurrido ¿sentiste eso? Una energía negativa se sintió en todo el bosque. - dijo tomándola de los hombros, el terror invadió a Mabel, no podía soportar otro raromagedon

Estrella Rota - Mabill Donde viven las historias. Descúbrelo ahora