Dairy Queen [l.r.h]

2.4

Mientras seguíamos caminando, el fresco olor a bosque y el viento soplando con fuerza se hizo presente.

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y Luke se dio cuenta de ello.
"Permíteme" dijo para después quitar su chaqueta y pasarla por encima de mis hombros y seguido de esto susurrarle un tímido "gracias."

"Ya casi llegamos, lo prometo." Soltó y volteó para mirarme a los ojos.

Seguimos caminando por el largo pavimento hasta que dimos vuelta hacia la derecha adentrándonos al bosque, y a menos de 200 metros se encontraban unas rocas esparcidas en círculo y en el centro de todas estas se encontraba un quiosco abandonado pero igualmente hermoso.

Al rededor de todo este lugar habían pequeñas flores blancas, adornando esta noche.
Y mientras me adentre hacia el quiosco pude observar desde ahí arriba toda California a su máximo esplendor; con todas sus luces relucientes en forma de líneas paralelas. Esto era magnífico.

"¿Te gusta?" Dijo detrás mío mientras yo giraba para quedar frente a él.

"Es maravilloso" solté mirando sus orbes azules. "¿Cómo descubriste este lugar?"

"Hace algún tiempo viajaba por la misma ruta fuera de la ciudad y mi coche se detuvo, al parecer se le había pinchado la llanta. Así que llamé a la grúa y dijeron que llegarían en 5 horas. Por lo cual decidí explorar este bosque y aquí lo encontré sin esperarlo." Terminó de hablar y no sabía que decir, así que prosiguió con su charla. "Suelo venir cada que necesito un escape, de la ciudad, de los problemas, de mis pensamientos e incluso cuando necesito inspiración para componer. Es mí lugar especial."

En ningún momento quité mi mirada de su boca al hablar y contarme todo aquello. Me había parecido algo genial el hecho de que hubiese abierto sus pensamientos así conmigo, y por eso estaba agradecida con él.

"¿Compones?" Pregunté ya que la penúltima frase me había intrigado.

"Eh, supongo que sí. Me gusta mucho la guitarra y cantar. Cuando no tengo inspiración vengo aquí."

"Eso es increíble, algún día deberías mostrarme. Seguro eres muy bueno."  Solté sin siquiera pensarlo. Sin embargo me sonrió tímidamente y volvió a hablar.

"Claro que lo haré, será un gusto." Dijo mientras asentía levemente con la cabeza y me tendió la mano, la sostuve y caminamos fuera del quiosco rumbo a las grandes rocas cerca del acantilado que mostraba las luces brillantes de la ciudad. Nos sentamos sin decir ni una palabra y creo que no fue necesaria la charla en ese momento.

Juré que podía escuchar el latido de su corazón a pesar de que estuviese sentado a lado mío. Recargué mi cabeza sobre su hombro y pasó un brazo al rededor mío.

Suspiró y después habló. "¿Cuál es tu mayor sueño Li?" Soltó mientras veía hacia el frente.

"Mi sueño... Siempre he querido ser bailarina de ballet profesional e ir a una escuela igual de prestigiosa que el hermoso arte de bailar." Dije mientras la felicidad crecía en mi. "¿Y el tuyo?" Me giré a verlo y juré que a La Luz de la luna sus ojos eran más oscuros.

"Siempre he querido dedicarme a la música, he trabajado mucho en ello y solo espero poder lograrlo. Si me diesen alguna beca en algún colegio o simplemente me llamaran de una disquera, aceptaría sin pensármelo dos veces." Terminó de decir mientras retiraba su brazo de alrededor mío y se giraba a verme. Sus bonitos ojos sacaban chispas de felicidad después de hablar de lo que más amaba. "Pero siempre puede haber más de un sueño en tu vida." Susurró mientras se acercaba más a mi.

"¿A qué te refieres?" Susurré de vuelta mientras entornaba mis ojos para verle más de cerca.

"Que tú te estás volviendo mi sueño Li."

Puedo jurar que mi respiración se contuvo, mi corazón comenzó a latir a mil por hora y todo a nuestro alrededor se detuvo. Nunca signifique alguien importante para un chico, y que significara el sueño de alguien me volvía extrañamente feliz.

Mi cuerpo entero radiaba felicidad así que hice lo más sensato que supe en ese momento. Sin ninguna duda ni miedo.

Y lo besé.