Dairy Queen [l.r.h]

3.1

"Así que vernos ahí a tu novio y a Michael. ¿No crees acaso que esos dos pueden matarse entre sí?" Preguntó Sydney desde el asiento de copiloto mientras revisaba que su maquillaje estuviese intacto y perfecto.

"En primera, Luke y yo no somos novios; y segunda, dudo que esos dos se maten. Lo más probable es que Michael le cuente anécdotas vergonzosas en donde yo estoy incluida." Respondí mientras giraba el volante hacia la derecha para acercarnos a la próxima salida del freeway.

"Touché Lili." Me miró y después sonrió más.

"No hagas eso Syd, me das miedo." Dije mirándola por un lapso corto de tiempo.

"¿Hacer qué? ¿Sonreír?"

"Exacto. Me asusta." Le respondí regalándole una cara de horror.

Carcajeó y fue apagando dicho carcajeó hasta dejarlo en una pequeña risa. "Es sólo que me hace muy feliz que tú seas feliz Lili. Encontraste a quien siempre has estado buscando en aquel chico." Dio sus razones por su felicidad y fingió limpiarse una lagrima falsa que corría por su mejilla.

Negué, sonreí y seguí nuestro camino rumbo a la cafetería en donde nos reuniríamos.

+++

"Bueno pero nunca fuimos los mejores amigos. Odiaba con todo mi ser a estas dos." Mencionó Michael mirándonos a Syd y a mí mientras le decía al rubio sentado a mi lado.

"¿Por qué las odiabas?" Preguntó Luke mientras reía por tantas tonterías que había estado diciendo Michael en cuanto la morena y yo llegamos.

"En primera a Sydney la odiaba porque creí que era demasiado creída y mimada, cosa que sí es; y en segunda, a Libra porque era muy cohibida y seria. Ambas lograban desesperarme en el salón, sin embargo un día en química formaron equipos de tres y para la buena suerte que tuvimos en ese momento nos juntaron. Así que fue muy extraño el cómo empezó nuestra amistad. Fuimos a hacer el proyecto a casa de Libra, recuerdo que ese día ni Sydney ni yo llevábamos carro y la lluvia torrencial no tardó en llegar, en ese entonces Libra tampoco tenía auto así que nos invitó a quedarnos a dormir en su casa, y ahí surgió la magia o lo que sea que es esto." Terminó señalándonos a los tres. "Sin embargo fue una buena forma de juntarnos, ya que si no hubiese sucedido de esa forma pues nunca hubiésemos hablado ni mucho menos hubiésemos sido amigos. Resulta ser que no puedo vivir sin estas dos mujeres en mi vida."

Mi corazón se estrujó al recordar nuestro lindo pasado y sobre todo el cómo éramos tan importantes para el peli violeta como él lo era para ambas. Michael se encargó de cuidarnos, escucharnos, apoyarnos, regañarnos y sobre todo de amarnos tanto como si fuese nuestro hermano mayor, y jamás estuve tan agradecida con alguien por ser mi todo.

"Basta Michael o me harás llorar. También los amo mucho." Soltó Sydney sentada a un lado del próximo calvo mientras un par de lágrimas caían de sus ojos cafés.

La vida de ninguno de los tres fue fácil, Michael perdió a su hermana a los 3 días de nacimiento y los padres de Syd se habían divorciado haciendo que su padre se quedara con la custodia de su hermano menor. La vida de nadie es fácil, así de sencillo.

"Bueno ya, no quiero llorar." Terminé diciendo para acabar con aquel tema que me ponía tan feliz y sentimental al mismo tiempo. Jamás quería que se fuesen dos personas tan importantes de mi vida.

"En fin espero que te unas a esta familia rota Luke, le gustas demasiado a Lili como para que termines yéndote." Dijo Michael mientras tomaba una papa frita de su bolsita y se la metía a la boca.

Luke sonrió de lado y miró a Michael. Luego me miró a mi y me regaló una sonrisa que no supe descifrar pero decidí pasarle desapercibida. "Siempre estaré aquí." Terminó diciendo mientras me miraba directamente a los ojos. Pasó su brazo al rededor mío y me atrajo más hacia él. Besó mi coronilla y tomó una papa frita. "Espero siempre estarlo." Dijo y se comió la papa. Le sonreí y miré a mis dos mejores amigos regalándonos la misma sonrisa llena de alegría.

Rogaba al cielo que jamás desaparecieran estas tres personas de mi vida. Porque había caído en cuenta cuán importantes y esenciales eran para mí mientras reíamos hasta que nuestro estómago se entumiera y nuestras risas inundaran aquel lugar.