"No entiendo por qué me has pedido que salgamos hoy" habló Syd mientras mirábamos las telas de la ropa detalladamente. "Es decir, es muy raro que yo te saque de tu casa."
"Quería salir a dar la vuelta por ahí. Además, estamos de vacaciones, debemos de aprovechar ¿no?"
Con una prenda en la mano me miró y frunció el ceño. "No sé qué has hecho con la Libra que conozco, pero me agrada un poco más esta."
Reímos. "Tonta." Solté al parar de reír.
Y seguimos pasando entre los pasillos abarrotados de ropa. Generalmente no compraba nada, siempre acompañaba a Sydney a comprar lo que ella quisiese y si daba alguna casualidad de que algo me gustase, lo compraba.
Después de algún par de horas desperdiciados o como Sydney suele llamar "productividad femenina" terminamos caminando por aquella linda plaza dando vueltas mientras hablábamos.
Odiaba venir los Domingos, siempre hay demasiada gente, niños llorando y haciendo berrinches, parejas felices, familias completas; mucha gente.
Pero después de haber vuelto al Dairy Queen el Miércoles y no haberle visto, decidí hablarlo con Michael.
Al decírselo pegó un grito tremendo y después solamente me atascó de preguntas mientras sonreía y me hacía sentir avergonzada.
Después de decirle que el Lunes cuando salimos no lo vi y que volví los dos días siguientes, llegamos a la conclusión de que posiblemente sólo trabajaba los fines de semana. Lamentablemente este fin Michael no podía acompañarme pero me deseó la mejor suerte del mundo seguido de un "pídele su número."
Y sinceramente no sabía si era lo correcto puesto que no nos conocíamos y sería demasiado extraño.Fue una buena idea traer a Sydney supongo.
"¿Qué te parece si vamos a por un helado Syd?" Era ahora o nunca.
"Me agrada la idea, pero mejor vámonos porque te juro que mis piernas ya me duelen de tanto caminar."
"Oh vamos Sydney, has caminado por más horas en los Black Fridays de ropa y permaneces entera. No nos llevará más de 20 minutos." Supliqué.
Me dio una mirada de lado y lo pensó por al menos unos segundos. "Bien, vayamos por tu helado." Sonreí.
Plan Chico del Dairy Queen activado.
Llegamos a la entrada del local y comencé con mis malditos nervios. No ahora Libra, tranquilízate.
Entramos por aquellas puertas de cristal con el logo pintadas y ahí estaba, el chico con el cabello color Sol. Haciendo feliz al mundo con su linda y blanca sonrisa.
No me lo podía creer.
Llegamos directamente a la caja y a diferencia del Domingo pasado le miré directamente a los ojos.
Vio a Syd y después a mí. Me sonrió.
"¿Qué van a pedir?" Dijo mientras nos acercábamos un poco más y mirábamos la cartelera de diferentes sabores.
"Un Blizzard de Oreo por favor." Dije sin siquiera tartamudear.
"¿Deseas algún ingrediente extra?" Mordió su labio inferior.
"Si, brownie por favor." Dirigió su mirada hacia la caja registradora digital y tecleó mi pedido.
"¿Algo más?" Volvió a hablar.
"No, nada más." Esperamos unos segundos hasta que el ticket salió de aquella máquina y me lo tendió.
"Aquí tienes tu ticket y al final de la barra te entregan tu pedido." Tomé el papel blanco sin que nuestros dedos se tocaran y me dirigí con la mirada y pensamientos perdidos hacia el final de la barra.
Esperamos alrededor de 3 minutos en los cuales Sydney se percató de algo; mi nerviosismo. Me miró con suspicacia. Pero antes de que hablara gritaron mi pedido y entonces di un paso adelante para después tomarlo e irnos.
Pero antes, tenía que hacer algo.
Volteé y como la primera vez, él también volteó a verme.
Esta vez le sonreí y antes de que pudiese corresponder a mi sonrisa o no, me volteé y seguí mi camino con Sydney a mi lado.
¿De dónde sacaba aquella poca audacia?
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Dairy Queen [l.r.h]
Fiksi PenggemarEn donde Libra llega a pedir un Blizzard de oreo a DQ y se enamora del chico que la atendió.