Si tú no existieras

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Luego de que la relación entre Paola y Lucas terminase de la peor manera posible, ambos continuaron con sus respectivas vidas por diferentes caminos.

Ella comenzó la carrera de médico en la Univerdad Kalip en la ciudad de Berlín, Alemania. Se mudó a dicho país el mismo día en que se graduó de la secundaria, junto a su amiga de toda la vida, su hermana y su fiel compañera Jenny, pero conllevando consigo la divertida compañía de Emmanuel junto con ella.

Él comenzó incluso la misma carrera que ella,  solo que en un distinto país.  Se mudó a España apenas terminó el secundario. Con el terrible pasado aún persiguiéndolo, logró encontrar en Bianca un dulce y compasivo consuelo, una cura para esa terrible enfermedad llamada Paola. Pero aunque el amor que ésta la proporcionaba era sumamente apasionado y puro, cada vez que cerraba los ojos para dormir, o cuando escuchaba esas dos palabras de amor auténtico que su acutal novia le decía todas las mañanas antes de irse a trabajar, no lograba evitar pensar en ella una vez más, en su olor, en sus ojos, en sus caricias, en su cuerpo, en ella. Era un tormento, un terrible tormento vivir de esa manera, y aunque varios psicólogos trataron de ayudarlo, y en parte lo hicieron estupendamente, el vago recuerdo de su figura lo condenaba a no poder nunca olvidarla y, finalmente, entregarse a Bianca en cuerpo y alma.

En medio del embrollo ocurrido, el amor de Emmanuel y Jenny salió a flote durante los últimos años. Desde que había cumplido la mayoría de edad, ella había decidido entregarse por siempre y para siempre a él, ambos se amaron profundamente durante el tiempo que estuvieron juntos. Pero la aparición de Ezequiel en la vida de Jenny empeoró la tranquilidad con la que ambos vivían en el departamento compartido con Paola. Su sonrisa, sus ojos, su forma de hablar y de pensar, su inteligencia, su calmada necesidad de siempre hacer sentir mejor a las personas que lo rodeaban, volvían frenéticamente desquiciada a Jenny, que aunque amaba locamente a Emmanuel, no podía rechazar esa atracción que sentía con Ezequiel cada vez que se veía, y peor aún, que él también sentía. Y aunque el miedo de perder a su amado era profundamente doloroso, el hecho de tener la necesidad de estar cerca de Ezequiel era irresistible.

Reanudando la continuación de Déjame amarte, esta nueva aventura de Paola y Jenny conllevara grandes sorpresas y decepciones, desiluciones y recompensas, amor y odio, celos y principalmente una pasión característica de los personajes. ¿Acaso Lucas podrá olvidar a Paola y llevar acabo su relación con Bianca? ¿Y será posible que el amor de Emmanuel y Jenny se marchite? Cada pregunta y más podrán ser respondidas en la segunda parte de Déjame amarte, donde la lujuria, la pasión, el amor y el sexo se manifestarán de forma vigorosa y ardiente.

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