Capítulo seis.

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Y por fin las confeciones, los recuerdos y los sentimientos escondidos de un amor pasado volvieron para completar su vida en una fugaz llamarada de pasión. Tenía la oportunidad de acercarse a ella, volver a verla, una última vez. Estaban tan cerca el uno del otro, se amaban de la misma forma, con la misma intensidad. Pero el daño, la espina, el dolor aún seguían intacto, Lucas no podía olvidarlo, se odiaba a sí mismo por no haberla amado lo suficiente, por dejarla abandonada. Se odiaba hasta tal punto de despreciarse, de no entender porqué tuvo la desgracia de ser maldecido en el amor.

Jennifer se quedó en el departamento de su amigo. Hacía años que no miraban una película juntos, no se reían juntos ni tampoco se contaban anécdotas. Por dios santo, la había extrañado sobremanera. Ella lo había extrañado como nunca, ya se había olvidado lo que era estar a su lado y poder ser ella misma.

Federico no se negó para nada a que ella durmiese bajo el mismo techo que él, tendría la oportunidad de conocerla mejor, apreciarla mejor y poder acercarse aún más.

-¡No me digas que te convertiste en abogado!- exclamó asombrada entrando estrepitosamente en el departamento. Era amplio en todas sus dimensiones, tenía tres baños, dos en cada habitación y uno en el pasillo que conducía a la habitación de huéspedes. La cocina estaba junto a la puerta de entrada, era grande y tenía abstante comida. Los sillones eran negros y cómodos, la pantalla plana sobre la pared iluminaba el lujo del lugar, y luego el ventanal desde el techo hasta el suelo era el toque de gracia.

-¡Para nada, estás loca!- respondió Lucas arrojando las llaves sobre la mesita junto a la puerta.

-Está estudiando sociología el marica.- respondió Federico riendo, luego se acercó a Jenny y la llevó hasta las habitaciones. Lucas notó al instante la forma en que la tocó y las miradas que le lanzaba.

-No se te ocurra, tiene novio.- le murmuró enojado una vez que lo metió dentro de la cocina y lo empujó contra la heladera.

-¡Va, no es para tanto! Si su novio se entera cuál hay...- contestó restándole importancia. Lucas lo fulminó con la mirada y lo golpeó en el estómago.

-Parece que quieres besarme, ven marica celoso...- se acercó a él e imitó besarlo apasionadamente. Lucas trataba de zafarse de sus manos pero era imposible. Federico reía mientras que lo observaba resistirse.

Hasta que Lucas lo empujó y lo pulverizó con la mirada.

-Hablo enserio.- repuso luego señalándolo con el dedo.

A la mierda sus advertencias, estaba loco por esa mujer y la tendría cueste lo que cueste. El novio podía desaparecer por minutos, mierda que lo haría, estaba decidido. Si esa noche no tenía a esa chica en la mañana estaría arrepentido y odiándose por ser tan marica como su amigo. Pero sus fuerzas de seducción caían rendidos ante la temerida dulzura de Jenny. Era preciosa.

Jenny caminaba, analizaba cada cuadro, cada detalle, cómo lo extrañaba, era su alma gemela, su otra mitad, era parte de ella. Y cuando se fue, esa noche de diciembre,lo odio, sintió que una parte de su infancia se iba con él.

-¿Por qué te fuiste? Podias negarte a tus padres, decirles que no y quedarte conmigo, con Paola.- apoyó una mano sobre la pared y lo observó. Lucas se apoyó sobre el marco del baño, cruzó los brazos y se quedó en silencio; pensando capáz, recordando posiblemente.

-No quiero hablar de ella, no sabes lo que pasó esa noche.- respondió con un nudo en la garganta. Los recuerdo volvían a atormentarlo, lo destruían salvajemente, era una bomba de tiempo, iba a explotar, lo sabía.

-Está bien.- se rindió ella cuando notó su reacción ante la mención del nombre de su amiga. Vió sus ojos humedecerse y sus pies inquietarse, estaba nervioso, parecía que algo realmente grave había sucedido aquella noche, pero cada vez que le preguntaba a Paola ella era reticente a contestarle y cambiaba de tema. Lo único que sabía era que habían acabado su relación de una manera desastrosa, y que volverse a ver sería como colocar un explosivo y una cuenta regresiva junta, iba a estallar, eso era seguro.- Sólo decime que tenés comida y que podemos ver una película cuanto antes, la última semana fue horrible.- se acercó a él y lo abrazó, arrojando sus brazos sobre su cuello.

Si tú no existierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora