❛Son cincuenta momentos, cincuenta sensaciones, que comprueban que ambos son el ejemplo de que una relación no necesita ser 'normal' para ser increíble.❜
[🌻] Un reto que con solo hallarlo, pues me dio la motivación necesaria para participar, cincue...
▶Día 31: En cuatro. ▶N/A: AU donde Katsuki es un universitario estresado y Shotō hizo algo "malo". Saben, ni sé porque lo escribí así. Tendrá segunda parte definitivamente:(.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🌸 Maratón improvisada III (9/?) 🌸
Su apartamento siempre había tenido esa sensación asquerosa de soledad, no importaba cuántas cosas trajera para tratar de rellenar hasta la última esquina de las habitaciones, no servía.
Katsuki estaba buscando un nuevo lugar para mudarse, pero hasta entonces tenía que aguantarse.
Recostado sobre su cama, viendo el sucio techo decorado con viejos y rasgados posters del anterior dueño, que tuvo que cubrir con algunos suyos, suspira con aburrimiento.
En esta zona nunca pasa algo interesante, y eso en un principio era lo que necesitaba. Ingresar a la universidad que quería no fue algo precisamente sencillo, había necesitado aislarse por mucho tiempo con el fin de evitar distractores.
Y ahora todos parecían haber desaparecido, los demás tenían cosas que hacer, no existían las fiestas o "reuniones de estudio". Todos parecían haber sucumbido al único deseo de hacer algo con sus vidas.
Él mantenía contacto con algunos de sus compañeros, incluso lo agregaron a un grupo. Pero, no era lo mismo, y tampoco era como si pudiese responder tantos mensajes a la vez. La universidad se estaba volviendo pesada, más de lo que acostumbraba. Todos los mensajes que leía reflejaban lo desesperados que algunos lucían por los trabajos a última hora.
Katsuki refunfuñó, todos sus deberes estaban listos desde hace días, decidió abrir el grupo que mantenía silenciado, y ver si alguno de sus compañeros hizo algo interesante. Agarró sus audífonos que yacían sobre el cúmulo de ropa en la silla al lado suyo y los conectó. Abrió la aplicación luego de poner a un volumen elevado una de sus canciones favoritas.
Al parecer querían aliviar la tensión generada por los exámenes a la vuelta de la esquina y habían iniciado con las confesiones. Comenzó a bajar, sus expresiones cambiaban levemente ante alguna experiencia desagradable o demasiado caliente (para ser verdad) que iban contando. Una en particular le llamó la atención, y no fue el único pues varias de las respuestas tenían caras de asombro, algunas de repulsión y otras que exigían se le mandaran pruebas.
