❛Son cincuenta momentos, cincuenta sensaciones, que comprueban que ambos son el ejemplo de que una relación no necesita ser 'normal' para ser increíble.❜
[🌻] Un reto que con solo hallarlo, pues me dio la motivación necesaria para participar, cincue...
▶N/A: He de admitir que a lo mejor esto no cuenta como cosplay. Pero bueno. Ah, Shotō es una chica y el resto tiene entre 9-10 años.
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Una manta con cuadrados blancos y rojos yacía sobre la colina, en esta, tres mujeres adultas tomaban el té y charlaban en medio de risas por lo que sus pequeños junto a sus amigos hacían.
—¡Somos los caballeros del desierto! ¡Exigimos que liberen a la princesa!
Cuatro espadas de cartón se alzaron seguidas de un coro de voces aguerridas, todas apuntando a la zona alejada del parque, lugar donde había un gran y frondoso árbol que le hacía de sombra a un "gran" castillo.
A ambos lados del lugar estaban otros dos niños vestidos como malvados guardianes y encima de este: dos niñas, una que destacaba por el tono rosado de su piel y otra por su peculiar color de cabello y los vestidos pomposos que traían puestos.
—¡Sobre nuestro cadáver se la llevarán!— gritaron entonces los guardianes de nombres Denki y Hanta —¡Ella es la prometida de nuestro poderoso rey! ¡Eijirō, protege a la princesa!
El grupo de héroes observó como un jovencito de cabellos rojizos y dientes afilados vestido con un par de cuernos del mismo tono rojizo se posicionaba al lado de la bicolor y abrazándola sin demasiada fuerza soltaba un "rawr" a modo de advertencia.
—¡Es el dragón del rey!— exclamó una asustada Uraraka, sin embargo no bajó su espada.
—¡K-Kacchan! ¿A-Ahora que haremos?— preguntó en medio de nervios Midoriya.
—Cuatro ojos, cara redonda, Deku.— llamó el rubio prosiguiendo una vez sus compañeros le prestaron atención —Nos enfrentaremos a los dos guardias, después ustedes.— señaló al pecoso y a la castaña que ya parecían de gelatina —Distraeran al dragón y a la duquesa para así poder rescatar a Shotō ¿Entendido?
El joven Iida asintió reiteradas veces pareciendo un robot mientras Ochaco e Izuku levantaban los pulgares sin dejar sus nervios.
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—Verlos en estos momentos me trae tanta nostalgia...— murmuró Inko mientras le daba un sorbo a su té —Pareciera que ayer apenas eran unos bebés y míralos ahora.
—He de admitir que todos han cambiado.— admitió Mitsuki —Quisiera decir lo mismo de mi mocoso, pero no se puede pedir peras al olmo.
Rei en tanto observaba embelesada a su pequeña y de vez en cuando sonreía por el esfuerzo de los caballeritos para rescatarla. Siendo destacado el del joven con ojos color rubí a quien su hija parecía lanzar palabras de aliento.
—¡Ríndanse! ¡No son rivales para nosotros!— gritaron los enemigos.
—¡Eso es lo que ustedes creen!— respondió Uraraka —¡V-Vengan si se atreven!— continuó siendo resguardada por sus amigos.
Kaminari y Sero se miraron unos segundos antes de encogerse de hombros, levantar sus lanzas e iniciar a paso veloz la persecución. Ochaco, Izuku e Iida huyeron despavoridos en medio de gritos y pronto los cinco se habían alejado.
Bakugō entonces salió de su escondite y procedió a entrar en la fortaleza siendo interceptado rápidamente por el dragón y la duquesa.
—Es muy peligroso andar en lugares desconocidos Sir Blasty.— Kirishima se puso delante de Mina listo para la pelea.
Katsuki suspiró, Shotō no se encontraba con ellos, posiblemente estaba en la parte de atrás. Rebuscando en los bolsillos del traje que su madre le había cosido, casi grita "Eureka" al encontrar lo que justo necesitaba.
Una sonrisa comenzó a formarse en su rostro, sus dos amigos tenían la vista pegada en los paquetes de galletas que extrajo. No tuvo ni siquiera que contar hasta tres una vez las extendió en frente suya pues estos salieron disparados y se las arrebataron huyendo de allí.
Con el rostro en alto, Katsuki continuó el recorrido. No estaba equivocado, en la parte trasera, rodeada de flores y sentada sobre una roca estaba Shotō quien al verlo se levantó rápidamente.
—Un honor princesa.— habló en un "tono formal" arrodillándose frente a ella.
—Mucho gusto, mi caballero.— respondió Shotō en el mismo tono con una ligera reverencia.
Después de aquello levantaron sus miradas y rompieron en carcajadas.
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—Les agradezco honorables caballeros del desierto el que hayan rescatado a mi pequeña.
Katsuki carraspeo levantando su mano entrelazada con la de la bicolor. Rei le acarició los cabellos.
Todos los demás niños estaban reunidos junto a las mujeres después de un juego de rol más que fructuoso, algunos tenían sus trajecitos llenos de hojas o con rasguños, al fondo Kirishima seguía persiguiendo a Ochaco y a Izuku e Inko salió por ellos pues ya era hora de partir.
Katsuki los ignoró y volteó a ver a su amiga, ambos se pusieron frente a frente y dieron una ligera y última reverencia.
—¿Vendrás mañana a jugar?— preguntó dudoso.
Shotō en respuesta se sacó su pequeña corona poniéndola sobre su rubia cabellera.
—Vendré por ella mañana.— susurró antes de darle un beso en la frente.
Katsuki se sintió como el caballero más afortunado del mundo.
