♥ 42.

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Día 42: Haciendo la limpieza.
N/A: creo que hay algunos temas delicados que se tocan aquí, yo me estoy dejando llevar y mira, oh, god.

—¿Podrías pasarme el balde con agua?

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—¿Podrías pasarme el balde con agua?

Camie le ha preguntado algo y Shotō se congela cuando ve a la muchacha acercándose a donde él está. Ella es amiga de Inasa, un muchacho que por alguna razón ve divertido el pasar tiempo con él; pero nunca le habló lo suficiente de esta chica para que se pudiera sentir a gusto de tenerla cerca.

Quiere que se vaya. Shotō necesita que se aleje de él, sabe que le ha pedido algo y que si le da lo que quiere ella se irá; pero su cuerpo se niega a obedecer.

—¿Te ocurre algo?— vuelve a preguntar —Yo...

Camie es interrumpida por el sonido de algo siendo estampado con fuerza en el suelo a su lado.

—Toma el balde, fea— le dice entonces Katsuki y Shotō casi podría echarse a llorar del alivio.

—¡Hola y gracias, Bakugō!

Ambos chicos observan a la joven irse, posiblemente a limpiar el salón del frente. Normalmente los de ciencias no miden sus límites al momento de usar los productos.

—¿Te encuentras bien?

Shotō entrelaza sus dedos y agacha la cabeza, asintiendo. Escucha a Katsuki suspirar segundos después.

—¿Quieres ir a comer después de esto?— pregunta y Shotō está listo para asentir de nuevo, pero se ve obligado a negar a último momento.

—Mi padre me espera en casa— responde, en un tono de voz tan bajo que el rubio solo puede escucharlo por estar cerca a él.

Shotō es un niño especial, con problemas a la hora de socializar, con problemas a la hora de estar frente a alguien que recién conoce y con quién se ve en la obligación de dialogar.

Él solo conversa con tres personas. Y una de ellas parece poner más de su parte en el diálogo que él.

Izuku lo ayuda con sus tareas. Inasa suele invitarlo a pasear y Katsuki lo defiende en la mayoría de problemas que tiene.

—¿A quién le importa que tu viejo esté en casa?— le pregunta esta vez con un tono molesto —¿Tu hermana está también allí? Ella lo retendrá el tiempo suficiente. Quiero llevarte a comer, hemos estado limpiando por horas.

Shotō puede sentir sus manos sudar y se muerde el labio inferior para evitar temblar. Hay libertades que se permite tomar cuando está cerca a Katsuki. A veces el sentido de libertad y rebeldía del joven rubio se contagia a él y lo impulsa a hacer cosas que no se imagina capaz de hacer.

Pero su padre, ese es otro tema. Algo lo suficientemente alejado de aquello que alguna vez se atrevería a juzgar y tratar de cambiar. No puede desobedecer a Enji, ese hombre representa demasiadas cosas que lo han marcado a lo largo de los doce años que lleva viviendo.

Muy pocas veces Shotō se pregunta si es la falta de un padre en la vida de Katsuki el motivo por el que este puede llegar a ser tan rebelde y creerse capaz de comerse el mundo de un bocado.

—¿Y bien?— pregunta el ojirubí, riendo al ver como su compañero brinca por la sorpresa —¿Vamos o no?

—Pero, ¿qué hago si...?

—Voy a acompañarte hasta tu casa después de esto— responde rápidamente el rubio, rascándose la nuca —, inventaremos una escusa después de eso. Ahora, terminemos con esta estupidez de limpieza y nos vamos a por unas hamburguesas.

Todoroki suspira, este chico es increíble.

—Estás pagando mi porción— susurra, tratando de hacer una broma aún cuando se siente tan extraño para él.

Sin embargo Katsuki levanta su dedo pulgar antes de llevarse la escoba y el recogedor. Sale del salón después de eso y Shotō continúa con su deber de limpiar los muebles.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2020 ⏰

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