❛Son cincuenta momentos, cincuenta sensaciones, que comprueban que ambos son el ejemplo de que una relación no necesita ser 'normal' para ser increíble.❜
[🌻] Un reto que con solo hallarlo, pues me dio la motivación necesaria para participar, cincue...
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▶N/A: OKNO JAJAJA 💚 De todos modos no sirvo para escribir estas cosas :^)
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El tic tac del odioso reloj pasó a segundo plano, al suelo fueron a parar sus lapiceros y el libro que traía en la mano.
Suelta un quejido al sentir como su espalda golpea de lleno el librero, intenta calmar su respiración, la sorpresa generada por aquel golpe es grande, su vista enfoca con dificultad parte del lugar.
Seguía en la biblioteca, el informe que le habían ordenado hacer también estaba en su lugar.
Fija su vista hacia adelante hasta que choca con dos iris de distinto color que lo miran con duda.
Todoroki desde la primera vez que vino era a los ojos de Katsuki la definición perfecta de "rareza". Sabía que ese bastardo siempre se quedaba embobado mirándole desde distintos lugares, varias veces le había regresado la mirada en un intento de que entendiera que era una advertencia por su parte; pero nunca pasaba eso. Siempre que lo hacía el otro salía corriendo con el rostro completamente rojo. Como una patética chica avergonzada de primero.
La mente de Bakugō se pone en alerta al observar cómo se acerca, puede verlo en la manera en que su cuerpo tiembla o en como su vista de duda pasa a un ligero temor. Va a hacer algo.
—Escúchame jodido imbécil— habla dejando resaltar su ira —¡¿Te crees gracioso empujando a los demás?! ¡¿Eh?!
El bicolor solo atina a posar un dedo sobre sus labios cuando su compañero está a punto de soltar otra sarta de gritos. Katsuki está a punto de explotar, literalmente.
—Me...— calla, sus dedos nerviosos se entrelazan, hay algo malo en todo esto —Me gustaría...probar algo...
Katsuki no repara en lo último que dijo su compañero en un muy bajo susurro porque este acaba de caer de rodillas frente a él.
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Katsuki cubre su boca rápidamente al escuchar susurros cerca a donde están.
Está jodido. Está MUY jodido.
Logra calmar un poco su respiración y su mano pasa a cubrir parte de su cara intentando no bajar la mirada y ver lo que está pasando allí abajo.
Sus hormonas están a tope y él está llegando a su límite. Debió haber evitado que el maldito de Todoroki le bajara los pantalones y la ropa interior.
Nunca había imaginado poder sentir algo como lo que está sintiendo ahora, sus piernas se ponen casi de gelatina y de su boca salen suspiros y algunos gruñidos.
¡Porque, joder, le estan dando la mamada de su vida!
Gruñe nuevamente y apega más su mano, la otra yace agarrando con fuerza los cabellos del bicolor quien ha dejado de quejarse por el agarre brusco y continua con su trabajo como si la vida se le fuera en ello.
Escucha el sonido obsceno de su boca al chupar por completo su miembro. Esto es malo.
Katsuki despega un poco su mano, la curiosidad de repente ha ganado al ya no sentir aquella prisión caliente albergarle.
Siente por un momento que ha dejado de respirar, Todoroki esta masajeando su pene con una de sus manos, el maldito tiene los labios hinchados, hay un hilo de saliva bajando por su barbilla, sus ojos están más que inundados de placer y, él se está masturbando.
Santa mierda.
Bakugō echa la cabeza hacia atrás murmurando una obscenidad al golpearsela con parte del librero. Oye al bicolor reírse y no piensa quejarse al sentir como ha reemplazado su mano nuevamente con su boca para continuar su trabajo.
Los dedos de sus pies se contraen, ahora sus dos manos están posados sobre la cabellera ajena.
No importa, nada de esto importa, si alguien los descubre le importa en lo más mínimo.
Prácticamente ha empezado a follarse la boca de su compañero quien le mira de forma "inocente" aumentando su vaivén.
Es cuando Katsuki lo siente masajeando sus testículos que finalmente estalla y después de hacer uso de todo su autocontrol murmura y se corre.
Su pecho sube y baja, toda la adrenalina de verse descubierto está desapareciendo mientras él deja que su cuerpo se deslice hasta tocar el suelo.
—...Maldita sea...— murmura acomodándose su ropa interior, correa y pantalones —...Maldita sea...— vuelve a pronunciar.
Observa al heterocromático y siente que va a tener una erección nuevamente. Este está chupando sus dedos embarrados de su semen y le mira con una sonrisa.
—¿Qué coño contigo?— logra preguntar tras salir de su trance.
Shotō ríe antes de responderle:
—Beep beep, Katsuki.
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Katsuki observa la mancha en sus sábanas y se queda mirando el techo como si fuera la cosa más interesante del mundo.
Gira el rostro lentamente como si su mente le rogara que no hiciera aquello.
Y es cuando entiende la situación en la que se encuentra que su cuerpo se vuelve frío.
Los beep beep eran por su alarma. Todo fue un sueño. Un sueño demasiado bueno.
