;;☁Ángel; Qian Kun

Dormir

Kun nuevamente se ve en el espejo. Ojos hinchados de tanto llorar, su rostro más delgado. Su piel más pálida.

La luz flaquea, se apaga lento.
Se acabaron las lágrimas.
Los sentimientos.
Su vida.

—Hyung.— y Xiao aparece. Ya no decía Gegē, estaba en Corea debía adaptarse.

—Dime.— Sin mirarlo Kun suspira.

—¿Saldrás con nosotros está noche?.— le sonríe amplio.

Kun no puede evitar sonreír también.

—Estaré ahí. — afirmo.

La tarde llegó, un mensaje de YukHei le llego, la salida se había cancelado. Para Kun no había problema, ir a un parque de atracciones no estaba en sus planes.

Mirándose al espejo se dijo a sí mismo algo horrible.

—Te odio.— y así las lágrimas volvieron a él.
—Ojala nunca hubieras nacido. —

Sus ojos viajaron a otro lugar. El botiquín de su madre, llena de pastillas. No lo dudo mucho y tomando varias cajas de esta se sentó en su cama.

Comenzando a tomarlas.

Varios recuerdos le vienen a la mente; el conserje consolándolo después de ser violado, su violador besando su cuello mientras el rogaba por sí mismo, lo brusco que era, lo mucho que lo lastimó. La inocencia se fue.

—Ven acá Kun, vamos a jugar.— al menor no le gustaba como su primo le tocaba.

La presciencia de su madre le salvo, el menor corrió a sus brazos.

Kun se sentía jodido. Tan manchado, tan corrompido. Su corazón dolía, dolía verse al espejo. Dolía respirar. Lloró hasta dormir.

Kun brillaba tanto que no se apagaría tan fácil. Sin embargo, Lo hizo.

—¡Por Dios Kun!.— su madre corrió al ver al cuerpo de su hijo en la cama, tendido, con frascos y cajas de pastillas al rededor. Obviamente vacías.

Lo encontró gracias a que JaeHyun y DoYoung, habían ido a buscar a Kun para ir al parque de atracciones aunque sea ellos tres. Habían prometido cuidarlo y compensar el mal trato. Su madre iba a avisarle.

Pero vio la peor escena de su vida.