Marea Alta

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Intentando imitar a su padre, un pequeño niño de diez años practicaba en la pequeña tabla que le había sido regalada.

Pasaba horas y horas practicando sobre las olas. Nadando e intentando surfear de manera decente.

Ese niño de diez años se convirtió en un joven de casi veinte años.
Amante de las olas, y de la playa.
Aún cuando la vida lo destrozó de diferentes formas, arrebatandole de manera cruel a sus confidentes, a las personas que lo cuidaron y educaron por dieciesete años, a esas personas que lo amaron desde que supieron de su existencia.

Aún cuando los perdió, recordaba las palabras de su madre.

"No dejes de sonreír...incluso cuando muera quiero que me despidas con una sonrisa, parece que veo las olas en tus sonrisas..."

Y le cumplió.
Le cumplió a su madre.
El día del funeral, se despidió de ambos con una sonrisa, con las lagrimas cayendo de sus ojos, pero con una sonrisa en sus labios. Una sonrisa rota fue lo que le pudo afrecer a sus padres...
Con el dolor corriendo por sus venas y la tristeza impregnada en su piel, ese día se metió al mar dejando que sus lagrimas saladas formaran parte de este.

Cada que mira esa playa, ve los momentos que vivió junto a sus padres.

Cada que camina por las arenas de esa playa, recuerda cada castillo que construyó junto a sus padres.

Cada vez que surfea en esas aguas, siente cerca a sus padres.

Aún cuando sus parientes recomendaron que saliera de ese lugar por el amargo recuerdo de la pérdida, no se fue.
Aún vive en esa casa donde estan sus primeros dibujos en la pared, donde pasó las tardes leyendo junto a su madre, aunque la habitación que era de sus padres la redemoledó para su propio uso como salón de baile.
Siente que si se va perderá lo que poco que le queda...el amor que se refleja en cada fotografía y cuadro pintado que él junto a su padre hizo...
Cree que lo perderá...
La poca escencia a hogar que le invade al cruzar por esa puerta...

🌊

Miraba las fotos.

Recordaba las sensaciones que no pudieron ser fotografiadas.
Había llegado del instituto y se encontraba en la playa.

Tal vez le hacía daño estar allí, pero no quería irse.
Las olas siempre fueron su consuelo. Cada vez que no sabía que hacer, las olas lo recibieron siempre; cuando todo lo abrumaba y se sentía perdido, las olas de esa playa, que guarda sus secretos, lágrimas y sonrisas, lo acogieron para hacerlo sentir mejor.

Corrió a su casa para cambiarse y sacar su tabla.
Aun había sol...
Tenía oportunidad para montar un par de olas...

Regresó agitado.
Con su tabla y con su traje para surfear.
Listo para entrar al agua.

- Podemos una vez más...- sonrió y caminó hasta llegar al agua y sentir esta misma mojar su piel.

Se adentró en el mar y esperó la llegada de las olas.
Sintiendo la brisa salada, no pudo evitar relajarse, cerró sus ojos un momento disfrutando de la sensación de tranquilidad que le embargaba.

Recordó cuando su padre lo llevó a nadar la primera vez.
Cuando casi se ahoga por intentar surfear la primera vez.

Abrió los ojos y notó que una ola se acercaba. Se puso en posición y comenzó a nadar delante de ella.
Y el momento llegó.
Se puso en pie y dejó que la ola llevara el rumbo de su tabla.
Repitió la acción un par de veces.
Con cada movimiento recordaba a sus padres.
La primera vez que le felicitaron por nadar bien sin ayuda.
Como cuando le recibían recién llegaba de la escuela...

Estaba dentro de su ensoñación que no notaba la mirada de un chico que le veía desde la orilla de la playa, asombrado.

🌊

El verano iniciaba.
La playa cada vez se encontraba mas poblada y la competencia de surf estaba a la vuelta de la esquina.

Era ya la tercera vez que participaba.
No por las medallas o por los reconocimientos que daban, simple y sencillamente por que amaba las olas.
Era todo lo que le quedaba,  después de la muerte de sus padres, era lo único que le hacía sentirlos cerca...

- ¡Hey! ¡¡JiMin!!- una voz se escuchó.

- ¡¡ChanYeol!!- dijo agitando su brazo libre, al parecer sus primos ya estaban listos para el verano y de paso visitalo. Llevaba entrenando toda la tarde.

- ¡Has crecido enano!- le dijo el mayor en cuanto estuvieron mas cerca- Te abrazaría pero estas lleno de agua salada y yo estoy seco... ademas Baek haría un escándalo...

Ríe por su comentario y se encogió de hombros.

- ¿Sabes si SeHun ya vino?- pregunté mientras se encaminaban a la casa del menor.

- No lo sé...- dijo vacilante- Sabes que ahora que tiene pareja le gusta estar siempre presentable, así que si querías que él jugara contigo no se va a poder...

- ¿Que demonios dices?- se hizo el ofendido entre risas- ¿Vino tía Jisoo?

- Sabes qué aún le es un poco díficil de asimilar... y si viene va a tratar de convencerte de que vayas con ella...- menciona ChanYeol un poco incómodo.

- Es el único lugar que me queda... es todo lo que me queda de ellos...- suspiró y abrió la puerta principal para que pudieran entrar.

- Lo sé JiMin, por eso hablé con mi padre para que no insistiera, sé lo díficil que a sido para ti todo este tiempo...- dijo dejando su mochila a un costado del sofá individual que adornaba la sala.

- A veces quisiera que solo fuera una pesadilla, Yeol...- sonrió y guardó la tabla en el armario que su padre solía usar y que estaba cerca de la puerta de entrada- Pero no es así...

- Ellos creen que sería mas facil si vas a Seúl... conmigo...- dijo algo tenso y le sonrió para que se relajara.

- Lo sé, pero aquí me siento en mi hogar... he crecido en Busan, aquí están todos y cada uno de los momentos que me hicieron feliz... no quiero abandonar todo esto... ademas ya inscribí mis papeles para la Universidad...- dijo con voz calma. Aunque su corazón pesara al saber que sus padres ya no estaba con él.

- ¿Por qué no me habías dicho eso?!- exclamó- ¡Me dueles JiMin! ¡Yo te vi crecer! ¡Yo te eduqué!- dijo haciendose el ofendido y levantandose del sofá donde había estado sentado.

- ¡Solo eres mayor por un año, no exageres!- le respondió igual.

Rieron por la actitud infantil y decidieron cenar, conversaron de diferentes cosas...

- ¿Baek vendrá?- preguntó distraído.

- Dijo que no quiere mas sol... aunque a mi me guste de cualquier forma...- negó- Ya verás que dentro de unos días aparecerá con una mochila...

Ríe por su comentario.

- ¿Y tú aún no tienes a nadie?.- dijo con los ojos entrecerrados- ¿Alguna chica? ¿Algún chico?

- No... al menos no he conocido a nadie interesante, he salido con algunas que solo buscan acostarse conmigo, no volví a hablarles luego de la primera cita- dije haciendo una mueca de asco y repugnacia.

- Tu siempre tan caballeroso. ¿Y chicos? No voy a juzgarte...- su voz era inquisitiva.

- Salí con uno pero las cosas no fueron bien, era muy celoso y bueno... tú sabes que no estoy para aguantar los celos de nadie- se cruzó de brazos.

- Cuando llegué la persona indicada le aguantaras todo, incluso romperá tu tabla favorita y lo perdonarás...-le dijo con burla.

- No seas ridículo...- JiMin frunce el ceño y ríen.

Se dieron las buenas noches, ChanYeol se dirigió al cuarto de invitados y JiMin a su habitación.


Mañana sería otro día...

Amor&MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora