Sol

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YoonGi puede sentir el sol golpear su rostro, al invadir su habitación esa mañana.

Hace unos días estaba pensando lo increíble que fue para él llegar a enamorar a JiMin.
Lo ha dicho muchas veces... ha perdido la cuenta de las ocasiones en que se mira al espejo mientras recuerda estar casado con su deidad del mar. Y como plus, ser el afortunado de ser el padre de una pequeña que lleva su apellido y las mismas mejillas que cierto castaño tenía... y que de hecho se encontraba durmiendo a su lado.

YoonGi nunca se imaginó tener que recorrer tantos kilometros para ser feliz, no se arrepentía de los viajes de madrugada, ni de los desvelos, tampoco de los bronceados que poco a poco fue coleccionando en su piel...

Era feliz... no cambiaría nada de lo que hizo para poder estar con JiMin. Jully está en medio de ellos, durmiendo mientras sus manitas están a ambos lado de su cabecita.
Cómo padre primerizo hubieron muchas cosas que le asustaron, tenía miedo de cargar a su hija y lastimarla, de jugar con ella y lastimarla, de que llorara y no supiera como calmarla, de que tuviera hambre y no pudiera darle de comer adecuadamente. Ya que los primeros ocho meses, Jully solo lactaba y a veces le daban a probar papillas sin condimentos y poca sal.

Pero JiMin le recordaba que todo era parte del proceso...

JiMin tuvo la paciencia de enseñarle como dormirla, como jugar con ella, y ahora, YoonGi la tenía en su regazo mientras tocaba el piano pequeño que tenía en casa, JiMin bailaba con su hija cada vez que estaba en su estudio de baile o en la sala, se sentaban en el pórtico que daba al jardín interno y le hablaba de las flores.

JiMin había sido su sol...

Desde esas vacaciones, la vida de YoonGi cambió, la alegría parecía comenzar a fluir en su dirección. YoonGi a veces creía que todo era un sueño... tanta felicidad le parecía irreal...

Su vida era rutinaria y a veces eso le sofocaba, cuándo los chicos lo invitaron a la playa no esperaba más que calor, sal y sol... y así fue hasta que miró a JiMin surfear, su sonrisa, y su forma de ser. Era hermoso en toda la expresión de la palabra, su esposo era guapo y atractivo, dulce y amable, y un excelente padre con Jully...

JiMin solía trabajar con Jully en sus brazos, aunque su pequeña era celosa, no le gustaba que papi tocara la laptop mientras le cantaba. YoonGi a veces miraba a JiMin hablar con su niña y le explicaba que tenía que trabajar, Jully le respondía con balbuceos que enternecían a su pareja, haciendole besar la carita de su niña, dejando escuchar la risa de su bebé.

- Yoon...- JiMin le habla y YoonGi puede verlo con una sonrisa que brilla gracias a la luz que entra por la ventana. Mira como su pareja se estira lentamente.- Buenos días...

Y ambos miran como su pequeña también se estira de la misma forma que su papi, YoonGi ríe cuando nota como Jully estira sus piecitos tomandolos con dos manitas hasta llevarlos a su boca. Sus ojitos destellantes que le producen emoción en su corazón.

- Hoy será un buen día...- YoonGi comenta atrayendo a su bebé, besando su carita. Su niña ríe.

- Lo dices porque es domingo, ¿verdad?- JiMin cuestiona y YoonGi ríe.

- Nada mejor que quedarnos en la cama, mientras juego con mi bebé y mi lindo esposo me hace mimos en mi cabeza...- menciona con una sonrisa que casi logra convencer al menor.

- Lo siento mi amor, pero tus padres y mis primos vienen de visita y no podemos recibirlos en pijama- dice y se levanta, llevandose a Jully con él. YoonGi da vueltas por la cama, las cosas no debían ser así...

YoonGi luego de algunos minutos, decide levantarse, toma una ducha mientras escucha la música que suena en la planta baja y la voz de JiMin junto a los grititos emocionados de su hija.

Una vez baja, JiMin le entrega a una bebé limpia y juguetona.

- Tenla, iré a ducharme, le dije a TaeHyung que ordenara la comida del restaurante al que me llevaste, y compré el vino que te gusta- le dice mientras sirve la comida del mayor. YoonGi a veces se pregunta como JiMin logra tener tanta concentración al hacer varias cosas al mismo tiempo.

JiMin ordenaba mientras vigilaba a Jully, hacía su trabajo mientras amamantaba a Jully, y a veces veía que le dolía hacerlo, su niña era un poquito glotona, y notaba que quizás en ocasiones solo lo hacía para que JiMin le cantara y le prestara atención... bueno eso sí era culpa suya...

Para él, ese era un superpoder...

YoonGi era capaz de cuidar a su hija, pero solo eso...

A media mañana, la casa está llena, los amigos de los chicos, los primos de JiMin y los padres de YoonGi.
Todos miraban a la bebé, jugar e ir de un par de brazos a otros, mientras reía.

Están en la playa haciendo una parrilla contando historias. El hogar de JiMin vuelve a estar lleno... de risas, de historias, de música y de los rayos del sol...

- Entiendo porque mi hijo y tu decidieron vivir aquí...- la madre de YoonGi se acerca. JiMin la mira un poco sorprendido, a espaldas del sol, viendo a todos los chicos jugar y bromear.- La vista es hermosa...

- Mis padres amaban esta playa, aquí se conocieron y casualmente aquí conocí a YoonGi...- su timidez enternece a la señora Min.

- Lo sé... cuando te conocí estabas mirando de forma vacía... y ahora, tu sonrisa es como el sol- la mujer mayor le dice y le abraza.

JiMin agradece y mira al cielo, vuelve con sus amigos y carga a su pequeña, Jully le abraza y su vocecita sorprende a todos...

- Pa-pi...

Tenía un rayito de sol que cuidar. YoonGi los abraza y besa la frente de su hija, teniendo el sol a sus espaldas, las risas y gritos emocionados no se dejan de escuchar incluso a la hora de cenar...

Amor&MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora