aftertaste

02 | primed

[ Capitulo dos ]
Imprimado

—Si no quieres salir volando otra vez, apártate—No pudo reconocer a la dueña de esa voz, pero noto la preocupación en la mirada de Esme.

—No les tengo miedo—le da una mirada desafiante a Edward—¿Quieres morir?—la falta de tacto en su voz hizo cristalizarse los ojos de la humana bajando la mirada a sus mano, avergonzada de si misma.

—Jacob—susurra por lo bajo.

  El moreno avanza decidido hacia Bella, dispuesto a hacerla entrar en razón, decir lo que sea necesario para abrir sus ojos y hacerle ver su estado físico.

—Te lo dijo Esme—una mujer castaña pasa junto a él, haciendo resonar sus tacones con cada paso que daba, rodeando el sillón hasta quedar tras Bella, apoyando sus manos en los bordes del mueble, levantando la vista hacia el.

  Las ondas de su cabello castaño caían sobre sus hombros, haciendo resaltar sus ojos avellana con bordes dorados, su mirada desafiante analizaba con detenimiento cada movimiento que hacía, inquietando a su lobo interior, sintiendo su cuerpo comenzar a temblar, perdiendo el control de su cuerpo.

   Su piel blanca, fina como porcelana, igual a la de un vampiro, pero con el rubor de un humano, crearon una oleada de emociones en su cuerpo, provocando que sus piernas se debiliten y caiga de rodillas frente a ella.

   Y en ese momento todos los presentes lo supieron; Jacob Black se había imprimado de Emma Wilson.

   Rodea el sillón hasta colocarse frente a Bella, sin apartar la mirada de él, confundida de lo que estaba sucediendo, pensando que era una distracción antes de hacer alguna locura que lastime a su protegida.

—Jacob— La voy de Edward interrumpe el momento, divertido de lo que estaba sucediendo en ese momento y los pensamientos que tenía el moreno.

—Sal de mi cabeza chupasangre—le gruñe antes de regresar la vista a la chica y levantarse con rapidez, quedando a escasos centímetros del otro, la cual seguía con su dura expresión.

—¿Podemos hablar?—había regresado a su postura afligida, sus segundos de tranquilidad y diversión se habían esfumado.

  Porque su esposa estaba muriendo.

   El lobo sale no sin antes darle una última mirada a su impronta, pero esta vez no era de enojo, dio una pequeña sonrisa, incrédulo al saber que después de tanto tiempo había encontrado a su compañera en el último lugar que imaginaba.

   Se alejan unos metros de la casa y el vampiro lo mira son suplica y desesperación, en ese momento por primera vez, Jacob vio como Edward de verdad estaba sufriendo.

— Jacob, mi esposa esta muriendo.

—No me digas—dice irónico para voltear a ver al vampiro—¿Y porque no le han sacado esa cosa? Eso es lo que la esta matando.