18 | Do not leave Me.

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[ Capítulo dieciocho ]No me dejes

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[ Capítulo dieciocho ]
No me dejes.


   Mantiene sus ojos cerrados, llevando la mano a su pecho al sentir una fuerte opresión en su pecho.

— Emma—voltea hacia el vampiro—Podemos regresar a Forks, aún falta por llegar—dice al ver cómo las ojeras de la híbrida aún más notorias.

— Estoy bien Edward, descuida—da una pequeña sonrisa a su amigo, y regresa la mirada al frente.

   A pesar de solo llevar cinco horas en el auto, Edward pudo ver con más frecuencia a Emma hacer un gesto de dolor y tocar su marca, a pesar de intentar ser discreta para no preocupar a Reneesme, el vampiro estaba atento.

— Conocerás a unas personas, hija. ¿Estas lista?

—¿Les caeré bien?

— Desde luego—Emma sonríe al verla juntar sus manos con nerviosismo.
   Le parecía admirable a Edward como a pesar de encontrarse en ese estado le sonreía a su hija y fingía que nada estaba pasando.

   Detiene el auto a unos metros de la lujosa mansión de Los Denali y da unos minutos a su amiga para aplicar brillo en sus labios.

—Vamos Ness—dice la castaña bajando del auto, abriendo la puerta de la menor.

— Tía—se agacha a la altura de Ness—Estoy preocupada por ti—acaricia su mejilla con delicadeza.

   Pudo ver a través de sus ojos los recuerdos que Ness tenía de ella, cuando la cargó por primera vez, cuando jugaba con ella, incluso cuando la llevo junto a Jacob al claro a pescar copos de nieve.
  Inicialmente no entendía el por qué le compartía eso, pero al ver el recuerdo de ese momento... Pudo ver su aspecto a través de los ojos de la niña, y aceptar que realmente se veía mal.

   Se aleja lentamente y da una tierna sonrisa a la niña, intentando eliminar el nudo que se comenzaba a formar en su garganta.

— Te ves enferma—besa su frente y toma su manos entre las suyas

— Estaré bien, al volver a casa me dormiré todo un día.

—De acuerdo—Edward entrelaza sus manos y da una mirada rápida a la castaña.

   En verdad se veía fatal, se veía como Bella durante el embarazo, sus ojos estaban apagados, sin su peculiar brillo y su rostro de un tono grisáceo, había perdido aquel rubor natural en sus mejillas y el volumen en su cabello.

   Ahora parecía que moriría en cualquier momento.

   Y sobre todo... ese intenso dolor en su pecho aumentaba con el pasar de cada segundo, sentía una fuerte opresión que le impedía respirar con normalidad.
  Tenía la sensación que se desmayaría en cualquier momento.

   En el fondo estaba asombrada del impacto que tenía la conexión con Jacob, los seis días que estuvieron lejos adelgazo y sus ojos perdieron cierto brillo, pero en estas cinco horas, en las cuales la distancia era mayor, estar lejos de él realmente la estaba matando, no podía con el dolor de su pecho.

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