aftertaste

21 | Sorry

[ Capítulo veintiuno ]
Lo siento.

   Escucha la puerta del auto abrirse junto a ella, Jacob toma sus manos con delicadeza y la ayuda a bajar del auto.

—¿Llegamos?—las fuertes manos de su novio en su cintura, avanzando unos pasos más hasta detenerse.
   Se detiene tras ella, quitando la venda que cubría sus ojos.

  Rodea su cintura, apoyando su mentón en su hombro, sonriendo ante la confusión de su novia al ver la casa, ahora de un color blanco, reemplazando su tono rojizo.
   Y la entrada, habían adaptado una terraza, que cubría una sala de jardín, rodeado de una cerca blanca y flores en el exterior

—Jake—susurra sorprendida, solo se habían ausentado siete horas, después de ir con los Cullen había insistido en ir a comer y al centro a comprar una botella de vino y una vajilla, para hacer una reunión con Seth y Leah.

  Ahora entendía el motivo.

—Ven conmigo—entrelaza su mano con la suya y avanzan hacia la puerta blanca.

  Le extiende la llave viendo sus ojos brillar.

   Habían criado los muebles, ahora las paredes blancas resaltaban con la sala color verde olivo, acompañado de una mesa de centro de cristal, habían quitado la pared que dividía la cocina, en su lugar había una barra movible junto a cuatro bancos.

—¿Cuando hiciste todo esto?

—No eres la única que desaparece de repente—se acerca al comedor de seis personas y observa las ventanas, las cortinas habían Sido reemplazadas por persianas blancas que daba más elegancia al lugar.

   En la pared pudo ver una fotografía de ellos dos juntos, estaban de perfil, Jacob rodeaba su cintura y ella tenía los brazos cruzados, ambos tenían su atención en algo, o alguien que no salía en la foto.

—Esto tiene el nombre de Alice Cullen por todos lados—Pasa sus dedos sobre el marco de la fotografía.

—Fueron Esme, Rose y Emmett —volteo sorprendida a verlo—A los dos días que comenzamos a vivir juntos, Alice me pidió vernos en el centro, me sorprendió, pero fuí con ella—rodea su cintura—Me llevó a muchas tiendas, y compramos los muebles, hace unos días Esme hablo conmigo, para recordarme que los muebles llegaban hoy.

—¿Dónde estuvieron guardando lo demás?

— Sorpresa—le roba un beso—Deje la llave escondida y ellos se encargaron de todo, cómo regalo para nosotros.

—Es muy lindo—entrelaza sus manos y continúan avanzando por el pasillo hacia el baño de invitados.
   Habían remodelado los muebles.

—¿Hicieron esto en menos de un día?