31. Dementor.

237 20 0
                                    

Hermione me despierta, para que bajemos a desayunar antes de partir.
Comemos en medio de una ruidosa charla, aunque noto bastante taciturno a Harry.

Todos están muy ocupados bajando los baúles por la estrecha escalera del Caldero Chorreante y apilándolos en la puerta, con Hedwig y Hermes, la lechuza de Percy, encaramadas en sus jaulas. Al lado de los baúles hay un pequeño cesto de mimbre que bufa ruidosamente.

—Vale, Crookshanks — susurra Hermione a través del mimbre —, te dejaré salir en el tren.

—No lo harás — dice Ron terminantemente —. ¿Y la pobre Scabbers?

Se señala el bolsillo del pecho, donde un bulto revela que Scabbers esta allí acurrucada.

El señor Weasley, que ha aguardado fuera a los coches del Ministerio, se asoma al interior.

—Aquí están — anuncia —. Vamos, Harry.

- Hannah, nosotros también tenemos que ir yendo - dice papá.

- Bien, nos vemos en la estación - les digo, antes de irme con mis padres.

- Te vamos a extrañar mucho amor - me dice mamá, en el auto.

- Y yo a ustedes.

- ¿Ocurre algo, Hannah? - pregunta papá.

- Sí, es sobre Sirius Black - le suelto de repente - He leído la noticia en el diario.

- ¿Qué piensas al respecto?

- Qué él es tu amigo que te ha estado preocupando y creo al igual que tú que puede ser inocente, solo se conoce un lado de la historia - mi respuesta parece dejarlos sin habla - Sin embargo, anoche con Harry bajamos a buscar la medicina de la rata de Ron y escuchamos a sus padres discutir al respecto. El señor Weasley quiere que Harry sepa que Sirius Black, lo busca para matarlo y terminar el trabajo de Voldemort y la señora Weasley, le pedía que no lo hiciera para no preocuparlo.

El silencio invade dentro del auto. Mamá se ve un poco pálida y papá aprieta el volante con más fuerza.

- Me niego a creer eso de Sirius, él no es ningún asesino - dice en tono firme y seguro, para luego suspirar - Hannah, sé que es mucho pedirte pero no puedes contarle esto a Harry. Se dicen muchas cosas horribles acerca de Sirius y la muerte de James y Lily. No creo ninguno de esos rumores, conozco al verdadero Sirius y no es un mal hombre. Estoy intentando encontrarlo para escuchar su versión y ayudarlo, es lo mínimo que puedo ser por él -  agrega - He hablado con unos viejos conocidos de confianza que trabajan en el Ministerio y por lo visto a Sirius lo encarcelaron sin un juicio, él jamás ha tenido la oportunidad de decir la verdad y no quiero imaginar lo horrible que lo ha pasado en Azkaban.

- Eso es horrible y poniéndome en tu lugar, haría lo mismo por mis amigos. Prometo no decirle nada a Harry - le digo.

- Gracias hija.

- ¿Te han dicho que los Guardias de Azkaban vigilarán el colegio?

- Dumbledore me ha omitido esa información - dice un poco molesto - No me agradan esas cosas, ten cuidado.

- Lo tendré - le aseguro -  Si te hace sentir mejor, Godric me enseñó el hechizo para protegerme de ellos.

- Sí, eso me relaja un poco más.

Llegamos a King's Cross con veinte minutos de adelanto; justo cuando los conductores del Ministerio les consiguieron carritos, descargan los baúles, saludan al señor Weasley y se alejan, poniéndose, sin que se supiera cómo, en cabeza de una hilera de coches parados en el semáforo.

Harry Potter, una historia diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora