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Los rayos de sol entraban a duras penas en la habitación, sonaban pajaros fuera... y olía a Jimin.

Me encontraba apoyada en su pecho, y rodeando su cuerpo con una pierna... Él; completamente dormido.

Acerqué mi mano a su cara... y empecé a acariciarla como si fuera una reliquia... Tan débil como el pan de oro y tan fuerte como el hierro a la vez.

La suavidad de su piel creó cierta armonia con mis dedos, que recorrieron toda su silueta... Era tal la paz que me daba... No podía ser tan perfecto...

--Buenos días...- susurró, al comprobar que estaba embobada con su piel como otras muchas veces...

--Hola...- susurré, y me acurruqué de nuevo en su pecho.

Él dejó un beso suave en mi frente, y puso su mano sobre sus perfectos abdominales... Yo, por pura tentación... Bajé la mía hasta la suya, y él sonrió pícaro...

Yo solté una pequeña risa, y cuando menos me lo esperaba, de un movimiento rápido me subió sobre su pelvis, dejando apoyar mis manos en su pecho y juntando nuestras intimidades, causando e un escalofrío...

--Eres preciosa.- me dijo.- Y tu cuerpo es aún más precioso...- se levantó para darme un beso en el cuello...
Yo me agaché para besar sus labios, y él colocó sus manos en mi cintura, haciendome mover mis caderas sobre su pelvis...

Cuando menos me dí cuenta, Jimin comenzo a gemir en pequeños suspiros, y yo estaba de camino a hacer lo mismo... Así que me reincorporé, y me reí con él...

--¿Te apetece una ducha?- me dijo con picardía.

Me quedé algo cortada... Pensando... Jamás había hecho eso con nadie... Pero nunca es tarde... Mientras pensaba qué contestarle, una sonrisa tonta se dibujó en mi cara, y él sonrió conmigo... Así que asentí con la cabeza.

¿Y cual fue su respuesta? Es sencillo. 

Me cogió en pesos, rodeando su cintura con mis piernas, hasta llevarme al cuarto de baño, donde me sentó en la peinadora, mientras ajustaba el agua para que estuviera caliente...

Se dio la vuelta... Ambos estábamos totalmente desnudos, y no podía dejar de mirar lo perfectamente esculpido que estaba su cuerpo...

 Las cicatrices dan igual... Es perfecto. Tanto por fuera, como por dentro...

--¿Qué prefieres?- me preguntó mientras se acercaba a mí- ¿Una ducha... ducha? ¿O una ducha/ excusa para poder follar contigo?- fue tan descarado, que me hizo gracia... Y le besé.

--¿Serías capaz de aguantar una ducha... ducha?- quise jugar con él.

--¿Y tú? ¿Serías capaz?- me la devolvió.

--Por supuesto.

Entonces, me levanté, lo esquivé, y andando de la manera más sexy que supe, me metí en la ducha y me coloqué bajo el curso del agua... Acaricié mi pelo a medida que el agua lo mojaba... Y miré a Jimin desde dentro...

--¿Vienes?- le dije

Y él, sin contestar, se metió conmigo en la ducha... Me miró. Fue acercándose hacia mí, hasta que mi espalda chocó contra la pared, húmeda por el vaho de la ducha... 

--Lo siento...- susurró a pocos centímetros de mí.

--¿Por qué?

--Porque no puedo aguantar una ducha entera contigo...

En ese instante, rodeó mi cuello con sus manos, y me besó. Yo comencé a acariciar su pelo, hasta bajar a su espalda, que cada vez se estaba mojando más... Sus heridas estaban prácticamente cicatrizadas, lo que era bastante bueno...

STALKER ●Jimin and You●+21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora