Jisun apoya sus codos en la cerámica del lavabo, posando su vista indolentemente por su reflejo miserable, tiene lástima de sí misma.
Piensa que pudo haberle tirado las tontas flores en su cara, o despotricarle algo, pretender que no le importaba, que no lo amó.
Justo como él hizo.
Pero no pudo porque sostiene su corazón con sus ojos hipócritas, y se sintió como miles de rechazos en uno solo.
Su peor pesadilla sucedió en su realidad.
Es tan tonta porque estaba contenta durante todo ese tiempo, y ahora sus amigas la vieron ser rechazada cuando ni siquiera ella hizo la oferta, todos observaron la escena con desdén porque no les importan los sentimientos de Roh Jisun.
Desbloquea su celular pulsando las letras sobre la foto que adorna su pantalla, ahí está posando con Gyuri haciendo una v a su lado, ambas en los mismos pijamas grises.
Entonces recuerda el acto de Jang, pero no sabe cómo sentirse, porque no comprende por qué la mayor abrió la boca; así que prefiere dejarlo para un día distinto, no quiere saberlo, no todavía.
Abre las conversaciones con el chico que acaba de decepcionarla y las borra. Borra todo, incluso lo que le mandó a sus amigas.
Elimina cualquier reliquia de aquel sentimiento que ya no existe, cualquier cosa que pueda ser una marca de agua que de indicios de que hubo alguna vez algo.
Solo le queda imaginar cómo hubiera sido que Hwanhee le pidiera ser su novia.
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Gyuri estuvo congelada en el pasillo unos minutos, los cuerpos se desvanecieron con el avance de las manecillas hasta que solo ella permanecía estática en el medio.
Quiere ir al baño y consolar a Jisun; ella no va a decírselo, pero sabe que le han roto el corazón.
Mira por última vez los pocos pétalos que se han caído al suelo como último rastro de alguien que merecía algo mejor.
Se imaginó a sí misma tantas veces dirigiéndose a los baños, tanto que llegó a pensar que alguno de aquellos escenarios fue real. Sin embargo nunca lograba llegar verdaderamente.
Escucha sus voces uniéndose con sus pensamientos, pero no les respondería por ahora.
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