dieciséis

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Pone un pie en la escuela, como si fuera la primera vez que lo hace.


Respira hasta que se evapora amargamente. Camina más adelante, Jiwon señala que Jisun no ha llegado.

Deja salir frustración en un suspiro. Se ve bonita hoy, ha notado como la miran, curiosos.



Pone sus audífonos en sus bolsillos, han sido suficientes canciones, las sintió todas como cacofonía sobre una penumbra incorpórea, que solo ella ve.


Escucha el rumor de los pasos aglomerarse en la entrada, quiere esconderse, escapar. De alguna manera no quiere que noten que se pintó los labios y los ojos para alguien.

Mira entrar a Seoyeon y Nakyung, llevan sus brazos entrelazados, parecen contentas, expectantes, justo como las otras cuatro que aguardan delante de ella.



Baja la mirada, tocaron el timbre y nunca vio a Roh Jisun cruzar la puerta de entrada.




El profesor ni siquiera llegó a la clase, no sabe si tomarlo como buen augurio, o como uno malo. Solo saca su celular, se toma una foto, le gusta como bajo sus ojos hay brillitos.


Entra a Wattpad, saluda a Jieun, aunque piensa que es tonto, porque la otra debe estar en clase.


Rueda los ojos ante su propia estupidez.


En lo que duró mirar hacia la pizarra vacía y de vuelta a su celular, la otra ya había respondido.


—¿Qué haces?

Le da igual dar pena.


—Me esfuerzo por no llorar.

Por qué harías eso?

Iba a declararme hoy, mhm.

Qué casualidad, yo también.


Gyuri le sonríe agriamente a la pantalla, qué tonto todo.


—Bueno, en mi caso ella no apareció.
—¿Qué hay de ti?

Me dio miedo.


Lee, aprecia que ni siquiera mencione el hecho de que Jang escribió "ella".
Por otro lado, piensa que Jisun pudo haberse sentido así, pero ella no tendría por qué saber qué día Gyuri se le confesaría.

Mira a Saerom a su lado, con hastío. La mayor dice "byongz byongz" al ritmo de una canción que cree no conocer. La contraria la observa también, la mira con algo a lo que no sabría nombrar.

—¿Qué?—Pregunta, algo suave. Gyuri niega con el mismo temple. No la mira.



Jieun vuelve a escribir.

Creo que debe odiarme ahora.
—Es mi mejor amiga.
—la quiero mucho.
—pero no sé si me gusta ella o la idea de estar enamorada.

Creo que también odio un poco a mi mejor amiga.

Lo lamento.
—Enserio lo hago.


Su perdón no es capaz de contrarrestar su tristeza.

Cree que la conversación continuará, pero no lo hace. Jieun no vuelve a contestar nada.

Se dirige a su perfil, a su historia, ya había llegado a los 263 leídos. Sonríe, porque le cae bien la gente que la lee y vota, a pesar de no conocerles.

Comienza a escribir el último capítulo.


Chanyeol le había propuesto irse, viajar lejos y ser felices, tener hijos y vivir perfectamente. Parecía una oferta demasiado tentadora.

Demasiado fantasiosa.≫

Se deja llevar, nunca planeó esa parte, nunca hizo un final y le pareció aburrido escribir uno feliz.


Después de todo la historia fue solo un revestimiento de sus sentimientos bajo identidades que no conoce. Solo los momentos tristes y la regularidad continua le pertenecían.


Entonces le parece tan irrealizable que lo deja, ignora su propia tristeza porque no ha sido lo que pensaba. Nunca lo fue.

Simplemente le gustaba la idea de estar enamorado de Park Chanyeol.

Pero nunca lo amó. Solo hizo lo que le parecía correcto, le gustaba la sensación dulce en el dorso de su boca cuando veía al menor sonreírle enamorado.

Piensa que finalmente las lágrimas caerán sin que pueda siquiera tratar de retenerlas.

Solo le desgarra el corazón, mientras traza figuras invisibles en su falda, trata de lucir ajena y a gusto. Derramando sus entrañas sobre su mesa, mientras su máscara de pestañas cae y el brillo en sus ojos son de tristeza y no un pedazo de plástico adherido a su iris.


Se limpia con el dorso de su mano vagamente y continúa arruinando su historia. Cree que no estuvo un mes escribiendo capítulos para terminar miserablemente. Pero sucede que así es finalmente.

Le regala una sonrisa brillante a Oh Sehun, quién le hizo sentir aves en su estómago, no solo simples insectos. Entrelaza sus dedos, lo besa y conduce hasta su lugar.

Mira las nubes más allá, cubre su cara del sol que amenaza con cegarlo. Y toca su puerta.

No lo abraza, no le da ni un beso, ni siquiera acerca algún dedo. Lo rechaza y al minuto siguiente vuelve a casa, pero ya no mira las nubes y el sol no parece golpear tan fuerte. Puede haberse equivocado. Pero le parece bien, se asegura de que ha hecho lo correcto.≫

Lo publica.

Quizás el mes que viene va a subir un final alternativo, que será feliz.

Apoya su cabeza en el hombro de Saerom y duerme. Se levantó en la madrugada para nada más que perder el tiempo.

—𝟠𝟚𝟙

Fanfic ᪥ gyulsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora