Deranged. (Larry Stylinson.)

Capítulo uno.

Punto de vista Louis.

Forcejeé su agarre, dejando escapar un quejido de dolor tan pronto como él empezó a gruñir en mi oído.

- ¿Tu papá y tu mamá nunca te dijeron que no entraras al túnel? -me estremecí tan pronto como su agarre en mi cintura se apretó aún más. Miré abajo hacia mi linterna que se encontraba en mi mano, y una idea se apareció en mi mente. Comencé a patearle y gritar aunque éste se ahogaba en su mano-. Si sigues forcejeando tendré que atarte.

Mis ojos se abrieron, pero no podía dejar de intentar liberarme de su agarre. Levanté mi pierna izquierda pateándolo de nuevo, golpeando al hombre en la ingle.

Él se retiró, gimiendo de dolor, finalmente permitiéndome escapar. Encontré el camino por el cual había llegado. Nunca miré atrás, porque seguramente no podría ver nada en este oscuro túnel.

Finalmente salí de allí, esperando encontrar a mis amigos riendo, pero no estaban. Dejé a un lado la confusión, continué caminando en la sucia carretera que llevaba a mi vecindario. Con el viento recorriendo mi cabello y la adrenalina bombeando en mis venas, estaba cerca de casa. Pasé unas casas las cuales sus luces estaban apagadas ya que seguramente los dueños estaban ya en cama. Era de madrugada y yo tenía que estar en mi cama también.

Llegué a casa, corrí sin aliento hacia ella. No vi el carro en la entrada, significando que mis padres no estaban en casa aún. Pero ¿es madrugada? Ellos solo fueron a una subasta por el trabajo de mi madre. Ella me dijo que estarían de vuelta en casa alrededor de las once, y si no, una hora más tarde.

Sacudí mi cabeza, sacando una llave del bolsillo de atrás. Coloqué la llave en la cerradura girándola antes de abrir la puerta. La cerré e inmediatamente le coloqué el seguro, apoyé mi espalda contra esta. Dejé salir un gran suspiro, finalmente capaz de recuperar el aliento. Mi corazón estaba aun erráticamente latiendo en mi pecho, subí las escaleras y caminé hasta mi cuarto.

Decidí tomar una ducha caliente para dejar que mi mente se olvidara lo que acababa de encontrar. Agarré una toalla y la pijama antes de caminar dentro del vestíbulo del baño. Cerré la puerta y la aseguré antes de prender la ducha. Mirando en el espejo, mis ojos se abrieron y mi boca se abrió ligeramente. Esto no puede estar pasando.
Una huella ensangrentada se marcaba en mi boca extendiéndose a mis mejillas.

-Oh mi Dios - Susurré, sacudí mi cabeza y tomé una toalla oscura. Me senté en el mesón del lavamanos y traté de quitar la sangre de mi cara. Lo conseguí solo un poco, tiré la toalla en el cesto de ropa sucia. Me desvestí y entré a la ducha dejando el agua caliente recorriera mi cuerpo. En realidad me estaba relajando.

Dejé que mis pensamientos drenaran mi mente mientras me lavaba el cabello. ¿Qué buenos amigos tengo, no es así? Traidores. Les gusta aprovecharse de mí porque yo soy un año menor que ellos, creo que se fueron muy lejos esta vez. No quiero ver o hablar con alguno de ellos, me asustaron seriamente.

Ese hombre en el túnel. Él no sonó como un adulto. Él sonó un poco a Ryder pero esta voz era incluso más profunda. Voto por no volver a ir nunca para ese terrible túnel. No quiero ver ese lugar o a mis amigos en absoluto.

Suspiré y cerré el agua, saliendo y enrollando la toalla alrededor de mi cuerpo. Me sequé antes de vestirme con un negro pantalón de chándal y una camisa blanca. Coloqué mis otras prendas en la ropa sucia antes de salir del baño. Me puse mi sudadera sintiendo la piel de gallina subir por mi piel. Tomé el teléfono de la mesilla de noche y lo desbloqueé.

Había recibido un mensaje de texto hace unos diez minutos aproximadamente. Abrí el mensaje y lo leí.

Para: Louis, De: Mamá.
Estaremos en casa tarde. Tu papá comió algo malo y ahora estamos en el hospital, pero él se encuentra bien. Ten cuidado y cierra con seguro todas las puertas antes de ir a la cama.