Punto de vista de Louis.
Él miró la pared, mientras yo lo miraba a él. Vi cómo apretaba sus puños y mandíbula.
—Me estaban llevando a la cárcel —su voz se volvía más gruesa mientras hablaba—. Se llevaron algunas pruebas, ¿qué puedo decir?; yo era adicto a las putas drogas —una pequeña sonrisa empezó a tirar de sus labios cuando se me cayó la mirada—. Ahora, ahora —él susurró agarrando mi mandíbula y levantando mi cabeza.
Se inclinó hacia delante y tuve que más remedio que contemplar las chispas de fuego que poseían sus ojos oscuros.
—No hagas puchero, querido.
—Yo no estaba haciendo pucheros —murmuré. La vergüenza llegando a mí.
¿Estaba realmente haciéndolo? De repente se echó a reír y se acercó aún más, por lo que nuestras narices estaban casi tocándose.—Espero que no hayas olvidado la quemadura en tu mano —sus cejas se fruncieron mientras tomaba mi mano y tocó la quemadura. Hice una mueca, ya que esta escoció un poco.
—No lo haré —le susurré.
—Bien —dijo un poco áspero—. Ahora, no te olvides de que eres mío, ¿está bien? —gruñó.
—N-no —rápidamente hablé en un tartamudeo.
La sonrisa muy conocida apareció y tan extraño como suena, se dio la vuelta y se alejó. Me quedé allí, mis cejas se fruncieron que confusión. La pequeña bola de fuego que alumbraba la parte inferior de la pared, lentamente arrastró mi atención. Me acerqué a ésta, mis ojos parpadeando para encontrar a Harry, pero él había logrado desaparecer.
Me arrodillé, mirando cómo el fuego comenzaba a subir. Trayendo lágrimas a mis ojos, el calor irradiando mi cara. Extendí mi mano para tocarlo, queriendo extrañamente sentir el dolor que podría traer a mi temblorosa mano.
—No lo toques —oí un susurro—. ¿Crees que a él le gustaría regresar por un muerto chico acostado en el fuego?
—Hazlo —el tono me hizo estremecer. Pero, ¿a dónde fue Harry? Me estaba volviendo loco, y no habían pasado ni cinco minutos desde que él se había alejado—; termina tu vida y todo esto va a desaparecer. Estarás seguro en el cielo con Dios. Él te protegerá de ese horrible monstruo.
—Él no es un monstruo —susurré para mí mismo.
Una parte no muy fuerte trataba de convencerme de que lo que había dicho era cierto, una gran parte de mi instinto en que sí lo era. Los ojos negros, la marca en la mano, el edificio en llamas. Él crea fuego, encuentra diversión al dañar cosas.
—Acéptalo, tesoro —la voz enojada rió—. Él es un monstruo diabólico.
—No, no, no —apreté los dientes, mirando el fuego como si estuviera creando las voces.
—Adelante. Tócalo.
Las puntas de mis dedos quemaron mientras se movían centímetros más cerca del fuego. De repente, todo el brazo empezó a picar terriblemente. Di un grito ahogado y traté de apagar el fuego en mi brazo.
— ¡Ayuda! —grité al tope de mis pulmones, con la esperanza de que Harry oyera. Sacudí el brazo furiosamente hasta que empezó a extenderse por mi pecho—. Por favor —volví a gritar. Pánico reflejándose en mi voz.
—Vaya —oí la misma voz riendo mientras luchaba.
No podía sentir mi brazo, estaba tan entumecido. Y pronto, mis hombros se le unieron a él. Retrocedí tropezando con mis pies.
— ¡Harry!—grité una vez más. Mi aguda voz más chillona de lo normal. El fuego quemándome todo el cuerpo.
Justo antes de que sintiera mis ojos cerrarse, el fuego inmediatamente se desvaneció. Oí gritos mientras sentía cómo algo estaba moviendo mi cuerpo. Abrí ligeramente mis pesados ojos, logrando distinguir un sangriento cuerpo.Incliné mi cabeza una pulgada, dándome cuenta de quién me estaba sosteniendo. Su mirada se centró en frente de nosotros, pero su mirada se desviaba hacia mí por unos simples segundos. Mi cabeza se movió lentamente hasta que no pude moverla más del dolor. No estábamos en el túnel; estábamos rodeados de árboles.
A través de mi visión borrosa, pude ver una pequeña tierra de color azul. Luché por mantener los ojos abiertos, escuchando más gritos débiles. Pensé que todo había terminado para mí, mis diecinueve años de vida habían llegado a su final. Pero, la idea rápidamente se deslizó por mi mente cuando encontré mi cuerpo en una tina llena de hielo. Mis ojos se abrieron de golpe, mi cuerpo palpitante de dolor.
Mis ojos ardían mientras abría la boca para respirar, solo recibí agua para llenar mis pulmones. Algo me detuvo mientras jadeaba desesperadamente en busca de aire, tos continua. Estaba acostado en un pequeño río, Harry sentado junto a éste. No me resistí, pensamientos inundando mi mente por lo sucedido recientemente, lágrimas comenzaron a quemar mis mejillas.
—Iba a morir —lloré—. Yo no quiero morir, Harry —le dije con sinceridad.
—No ibas a morir —susurró, tirando de mí lentamente, alejándome del río.
Me llevó a un gran árbol, sentándome poco a poco hasta que mi espalda estaba contra éste. Negué con mi cabeza y lo miré fijamente.
—No puedo sentir mis brazos. N-no puedo sentir nada —dije en voz baja, mirando a sus negros ojos.
Mi barbilla temblaba mientras la sacudía furiosamente.
—Vas a estar bien, te lo prometo —murmuró, sentado a mi lado.
Tomó un largo silencio y algunos minutos para que mi corazón latiera uniformemente.
—No estamos en el túnel —le hablé en voz baja, mi cuerpo aún adolorido. Cada vez que me movía lo más mínimo, me traía más dolor del no deseado.
—Sí —suspiró pasándose una mano por el cuello—. ¿Te sientes mejor? —preguntó.
—Un poco —murmuré, levantando el brazo para mirar mi lado rojo y púrpura.
—Eso es bueno —dijo, mostrándose un poco incómodo mientras se sentaba tieso como una tabla.
— ¿Te sientes bien? —le pregunté. Se quedó en silencio dejando escapar un largo suspiro—. Harry.
—Quiero besarte —espetó. Mis ojos se abrieron en un arrebato de arrepentimiento. No era lo que yo esperaba oír de él—. Quiero besarte, Louis.
— ¿Están... Tienen los demonios permitido b-besar? —pregunté nervioso.
Mi corazón comenzó a latir más rápido una vez más. Sus puños se habían apretado hasta quedar blancos.
— ¿Los demonios tienen permitido tener sentimientos? —movió su espalda, mirando a los árboles repartidos delante de nosotros.
—No lo sé —susurré.
Volvió lentamente la cabeza hasta que finalmente miraba en la dirección donde yo estaba.
—Ni yo. Solo quiero besarte, joder.
Gruñó antes de tomar mi cara entre sus manos manchadas de sangre seca. Llevó mi rostro más cerca mientras yo ignoraba el dolor. Antes de que pudiera pensar en cualquier cosa, sus labios se estrellaron contra los míos, provocando que mis ojos revolotearan cerrados. Oí el sonido de una rama caer a mi lado, pero yo solo podía centrarme en el hecho de que estábamos besándonos. Me estaba besando.Él deslizó su lengua en mi boca, moviéndose rápidamente. El escozor en mi espalda apoyada en el árbol mientras él continuaba el beso hasta que nos quedamos sin oxígeno. Me aparté abriendo lentamente mis ojos, mientras él mantenía los suyos cerrados.
—Sabes —respiró pesadamente—, ese refrán de cuento de hadas de mierda, un simple beso puede romper una maldición.
—Sí —fruncí mis cejas—. ¿Tú la crees?
Mantuve mi mirada sobre él mientras lentamente abría los párpados. Miré fijamente a sus ojos verdes, fascinado por el color que ellos poseían, y por el hecho de que ya no estaban oscuros.
—Lo hago ahora.
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Deranged. (Larry Stylinson.)
Fanfiction" Un túnel misterioso se encuentra en la ciudad donde vive Louis, desde niño le dijeron que se mantuviera alejado de dicho túnel. El peligro acecha en el interior de éste mismo, y eso asusta a Louis. Nadie había sido capaz de ver el final del túnel...