Capítulo cuatro.

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Punto de vista Louis

— Shh. ¿Escuchas eso?— Él me silenció, supliqué que no volteara. Pero él simplemente lo ignoró, claro.

— ¿Escuchar qué?— Pregunté nerviosamente.

— Suenan como pasos— Me dijo— Huelo fuego también.

— ¡Entonces tenemos que salir de aquí!— Traté de correr, pero de repente estaba en su pecho. Él incluso no hizo mueca de dolor una vez que mi espalda tocó sus profundas cortadas.

— No, nos quedaremos— Susurró en mi oído, solo causándome más pánico.

— ¿Por qué? ¡El túnel podría estar en llamas!

— Dejemos que se queme. Todos mueren en el final de todos modos— Afirmó, como si no fuera la gran cosa.

— Suéltame— Forcejeé en el amarre de sus brazos con la esperanza de liberarme así podría correr.

— A él no le va a gustar, Louis— Su advertencia fue por desgracia la menor de mis preocupaciones una vez que me soltó.

Corrí escapando de él, de la especie de diablo de la que Harry me estaba hablando. Corrí pasando los ruidosos murciélagos. Pero no había lobos aullando. Finalmente, vi la salida, lo que me hizo correr más rápido. De repente olía el humo, y mi corazón casi se fue al fondo de mi estómago.

— ¡Louis, para!— Escuché la gruesa voz de Harry mientras me acercaba a la salida.

Llevé la mirada detrás de mí y al igual que mi pie izquierdo aterrizó en la hierba, sentí como mi garganta se volvía más estrecha. Paré y aterricé en mis rodillas, jadeando por el aire.

Se sentía como si dos manos estuvieran apretando mi cuello, llevándome a la muerte. Alguien me agarró y me tiró hacia el túnel de nuevo, pero estaba empezando a perder el aire poco a poco.

— ¡Mierda! ¡Suelta su cuello! ¡Vas a matarlo, joder!— Escuché la voz de Harry resonar en el túnel, pero no tenía ninguna pista de a quién estaba hablando. No podía respirar el suficiente oxígeno. Harry continuó gritando blasfemias hasta que poco a poco empecé a ver pequeños puntos negros.

— ¡No puedes seguir matando a la gente que necesites, eres un pedazo de mierda!—
Fue la última cosa que Harry gritó antes de que pudiera respirar de nuevo. Rodé sobre mi estómago, respirando pesadamente mientras trataba de llenar mis pulmones con suficiente oxígeno. Harry me ayudó tranquilamente arrastrándome a la pared. Me senté, mi cuerpo aún temblaba de miedo. Sentí las lágrimas rodar por mis mejillas.

— ¿Qué fue eso?— Lloré, cubriendo mi boca para contener los sollozo.

— Te dije a la oscuridad le gustas— Fue todo lo que él pudo decir.

— Pero ¿por qué?— Pregunté tranquilamente después de un periodo de silencio.

— Es obvio, Louis. Caminaste dentro de tu propio infierno, y no hay manera de salir.

— Tiene que haber alguna manera de salir— Le susurré.

— No te molestes. He tratado todo, y aprendí mi lección— Dijo, para luego apuntar a las tres profundas cortadas. Mis ojos se abrieron mientras lentamente alzaba mi mano para delinear mis dedos sobre ellas. Aun así, no hizo ninguna mueca de dolor.

— ¿Por qué no están sangrando?— Pregunté, pero todo lo que él hizo fue reír—. ¿Por qué es tan gracioso?

Él sacudió su cabeza.

— Es gracioso como las personas no saben lo que el diablo es capaz de hacer. Solo vuelve a joderte el culo. Nunca lo vi venir.
Sentí como si sus palabras fueran dirigidas hacia mí, pero solo hice mi mejor intento de ignorarlo. Entonces pensé sobre lo que todos harían una vez que notaran que yo había desaparecido.

— ¿Y si alguien nota mi ausencia?

— Eso no va a cambiar nada— Se puso de pie y me arrastró con él— A tus amigos no les importa una mierda dónde estás ahora.

— A mis padres sí— Arrugué mis cejas ante él.

Él se rió de mí de nuevo.

— No, a ellos tampoco.

— ¿Disculpa?— Estaba absolutamente impactado por el hecho de que él tuviese el valor de decir lo que cruzaba por su cabeza— Tú ni siquiera conoces a mis padres.

— Lo hago, en realidad. Ellos conocían a mis padres. Y solía verte jugar en el patio del recreo durante los recesos de cada día— Se encogió de hombros.

— No recuerdo verte— Traté de recordar lo que él estaba diciendo, pero solo no podía imaginarlo en mi mente.

— Porque tú no sabías que yo existía— Rió, apoyando su hombro derecho sobre la pared.

—  ¿No te estás congelando?— Pregunté, ignorando su última declaración.

— ¿Qué te hace creer que me estoy congelando?

— Porque está realmente frío aquí y no llevas camisa— Temblé.

— ¡Está malditamente caliente aquí!— Exclamó, viéndome como si hubiera perdido la cabeza. Solo le di la misma mirada. Mis dientes empezaron a castañar y Harry se apartó de la pared mientras caminaba más cerca de mí. El calor estaba irradiando de su cuerpo y yo solo quería abrazarlo—. No podemos perder más tiempo aquí al aire libre. Debemos volver.

Asentí lentamente y lo seguí dentro del túnel. Todo se veía tranquilo. No gruñidos, no aullidos, no murciélagos, ni siquiera había visto el cadáver donde estaba acostado cuando lo vi la primera vez.

— ¿C-Crees que el cadáver sigue vivo realmente?— Pregunté tranquilamente a Harry.

— No seas tonto, Louis— Se burló.

— Pero, se ha ido.

— Probablemente ellos se deshicieron de él.

¿Ellos?

La linterna que llevaba Harry en su mano parpadeó y yo estaba asustado de que se apagara.

— ¿Por qué no estoy hambriento? No como desde hace horas— Todo era tan confuso, eso solo me asustaba más. Antes de que él respondiera, sentí un toque en mi hombro. Me congelé, mis ojos se abrieron mientras miraba fijamente a Harry parado frente a mí.

— Una verdadera obra de arte de los demonios— Comentó el rizado, mirando fijamente lo que sea que estaba detrás de mí. Lentamente me giré, mi quijada cayó en pura conmoción y terror.

— Oh mi Dios— Susurré, retrocediendo de la criatura frente a mí. Era el cuerpo de un humano, pero los ojos eran completamente blancos y la piel era de un verde claro. Abrió su boca, varias moscas volaron mientras observaba diminutas arañas salir de su negro cabello. De repente elevó sus brazos hacia mí.

— Quiere un abrazo tuyo— Harry ahogó una risa mientras yo sacudía mi cabeza.

— No, no gracias— Supongo que no le gustó el sonido de eso, porque su boca se amplió y dejó salir un ruidoso grito. Harry me puso detrás de él y de repente paró de gritar. Tomando distancia, desapareció en la oscuridad y dejé salir un frío suspiro de alivio.

— Me siento como si estuviera teniendo una pesadilla— Confesé, agarrando mi cabello fuertemente.

— Es así. Pero, este tiempo, es simplemente la realidad.

***
La escritora pide disculpas si es que este capítulo es aburrido o estúpido.

Deranged. (Larry Stylinson.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora