Capítulo 10. ¿Amigas?

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(NATALIA)
Me apetece matar a Julia, o sea, tiene la cara dura de pedirme que vaya a su habitación después de haberse liado con Alba ayer por la noche, manda huevos. Lo peor es que la tía me hablaba como si nada, yo no sé si es que me estaba vacilando o es que ella es así y se lo toma todo a cachondeo.
Llamo a la puerta arrepintiéndome de no haber pasado de ella e ignorarla, es lo que se merece.

— Anda ven aquí doña enfados, vamos a aclarar las cosas -dice Julia tomándome por la mano y metiéndome en la habitación.

— Ah, o sea que estabais las dos aquí de romantiqueo, qué bonito, yo casi que sobro -digo dándome la vuelta cuando veo a Alba sentada en la esquina de la cama- flipo con vosotras.

— Natalia por favor, déjame que lo explique -ruega Alba-.

— A ver, tranquilidad las dos, serenarse, yo os lo explico -dice Julia- resulta que ayer me pasé un pelin con el alcohol, vale, hasta ahí todo bien. El problema es que yo no sé qué me pasa que cada vez que bebo me entran ganas de besar a todo el mundo, bueno, a todas las chicas. Y esta vez pues le tocó a Alba, pero el otro día fue con la Marta, y no pasa nada! De colegueo.

— Vamos a ver que yo me aclare -estoy alucinando- o sea que te jalaste a Marta el otro día?

— Así fue hija. Pero bueno cuando estoy serena y no pruebo gota, le tiro la caña al Carlos, se me está resistiendo bastante pero yo creo que cae -dice toda seria-.

— Julia eres un caso -dice Alba reprimiendo una sonrisa-. Lo siento Nat, ya ves que no fue para tanto y que a las dos nos afectó demasiado el alcohol, además yo estaba enfadada por lo de tu novio y... lo siento mucho.

— Bueno yo os dejo solas. Por favor, decirme que sigo siendo la capitana del barco -dice poniéndose triste- perdóname Nat.

— Que si pesada, estás loca -le digo dándole un abrazo-.

Julia se va de la habitación y nos quedamos las dos solas en un incómodo silencio.

— Nat lo siento mucho, de verdad. No sé en qué coño estaba pensando. Yo no soy así... no voy pillándome a cualquiera por despecho ni por venganza.

— Vale Alba, no pasa nada, pero me jode -digo sentándome cerca de ella- Yo también siento lo de Mikel, solo quiero hacer las cosas bien, pero me lo estáis poniendo difícil.

— Nat yo te dejo todo el espacio del mundo y te prometo que no voy a volver a hacer ninguna tontería, pero por favor, perdóname -me dice Alba reprimiendo una lágrima.

— Albi no llores -digo abrazándola- eres un bebé muy malo, pero te quiero. Solo que, joder... las cosas son tan difíciles, a veces echo de menos tener mi vida de antes, sin cámaras persiguiéndome por la calle.

— Y sin mí... -dice Alba agachando la cabeza-.

— No cariño, yo ya no puedo estar sin ti. Pero sabes que si tuviésemos una vida normal, ahora mismo estaríamos subiendo mil fotos besándonos sin que nos importase nada más -le digo mientras le acaricio la cara-.

— Lo sé Nat... yo... estoy enamorada de ti -dice sonrojándose mientras me da un beso en la mejilla-.

— Y yo de ti... Solo tenemos que esperar un poco para hacer público lo nuestro, luego todo será más fácil , te lo prometo -digo mirándola a los ojos-.

— Vale... -dice mirando hacia abajo-.

— ¿Te puedo besar? -pregunto-.

— Si me besas, no voy a poder parar Nat, ya lo sabes -me dice-.

— ¿Y si yo tampoco quiero parar? -digo acercándome lentamente a sus labios-.

— Uf, qué calor -dice Alba mientras se acerca a mí rozando mis labios-.

Empezamos a besarnos lento mientras saboreamos nuestras lenguas y jugamos con ellas. Joder, cómo la echaba de menos, la necesito tanto. Enredo mis manos en su pelo atrayéndola hacia mí mientras ella apoya sus manos en mis caderas. Dios, me estoy poniendo tan cachonda, quiero arrancarle la ropa aquí mismo.
De repente me doy cuenta de que estamos en la habitación de Julia y Sabela y que pueden aparecer en cualquier momento.

— Albi vamos a nuestra habitación a ducharnos juntas, que pueden aparecer estas en cualquier momento -digo-.

— Vamos, corre -dice mordiéndome el lóbulo de la oreja-.

— Uf, te voy a hacer de todo -digo cogiéndola del culo-.

Salimos así de la habitación, sin preocuparnos por nada más, nuestra habitación está justo delante así que caminamos lentamente hacia ella mientras le agarro el culo y nos besamos con muchas ganas.

— Hala, lo que faltaba.

— Ehhhh, hola papá, hola Elena -JODER, nos acaban de pillar muy jarto mi padre y mi hermana-.

— Bueno yo me voy -dice Alba colorada como un tomate metiendo la tarjeta y huyendo hacia nuestra habitación-.

— Hija. Bueno, que me alegro eh, tu madre y yo somos felices si tú lo eres y Alba parece una buena chica, así que... -dice mi padre riéndose-.

— Dios papá, me voy, ya nos vemos luego -digo metiéndome rápido en la habitación-.

— Natalia me va a dar algo -dice Alba mojándose la cara- ¿puedo tener más mala suerte en mi vida?

— La madre que me parió... no voy a poder mirarlos a la cara nunca más -digo alterada-.

— Nada cariño, que se me acaba de bajar todo -dice Alba riéndose-.

— Jajajaja lo que no nos pase a nosotras -digo sonriendo.

¿Y después de OT?🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora