El culo de Niall se apegaba perfectamente a los ajustados jeans negros que llevaba esa tarde. Zayn llegó antes que él a la cafetería, llevaba su traje negro y su corbata ya se encontraba dentro de su mochila, había tenido una "reunión de mierda", como las llamaba él. Cuando vio al rubio entrar al local, le sonrió de inmediato. Este se sentó en la silla frente a él, con una sonrisa coqueta en su rostro.
"Te ves bien" dijo el más alto. "Te compré una cherry cola, supongo que es tu favorita"
"Acertaste, gracias" tomó la bebida. "Por cierto, te ves muy atractivo con ese traje" relamió sus labios al finalizar el cumplido.
"Diablos" pensó el mayor. Niall lo estaba provocando.
"¿Quieres quedarte acá?" preguntó esta vez el ojimiel.
"¿Tienes algún plan?" preguntó interesado el menor de los dos.
"Tenía pensado ir a un bar que conozco, beber una cerveza tal vez, luego te puedo ir a dejar a tu casa" la idea cautivó a Horan, estar con Zayn en un ambiente así, ayudaba completamente en su plan de conquista.
"Podría ser... ¿me piensas violar?" preguntó sin pudor, para luego reír. Zayn se puso nervioso, la coquetería de Niall lo hizo olvidar que este tenía solo 18 de años. Pero por algún extraño motivo, eso lo calentaba aún más. "Maldito pervertido" pensó al sorprenderse pensando en lo excitante que sería romperle el culo a un chico más joven.
"Si tu quieres, ya no es violación" sonrió con complicidad Zayn.
"¿Quien te dijo que quiero?" preguntó Niall, alzando una ceja desafiante.
"Tu" soltó acomodándose en el asiento, posando sus codos sobre la mesa y juntando sus manos al final. "Con esos jeans, tus provocaciones y la manera en que relames tus labios luego de coquetear" sonrió victorioso al ver las mejillas del menor tomar un tono carmín. Tenía razón.
"Salgamos de aquí, ¿si?" dijo Niall sonriendo, mientras tomaba sus cosas.
Le mandó un mensaje a su mamá, diciéndole que tendría una cita, que llegaría tarde, pero que lo irían a dejar. Su madre aceptó feliz, su hijo nunca tenía citas.
Si supiera que no es una cita y que está yendo a un bar con un ojimiel de 23 años, independiente, jefe de una empresa de trabajo social. No sé si gritaría por el partidazo que tomó su hijo, o por los cinco años de diferencia.
Salieron del local, el más delgado llevaba su bebida rosada entre sus manos, con una bombilla, absorbía el delicioso líquido feliz, mientras el ojimiel le sacaba el seguro a su auto, para luego abrir la puerta del copiloto para él, permitiendo que se adentrara al auto.
Maratón 4/2
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chєrrч cσlα 🍒; ᴢɪᴀʟʟ
FanfictionPara Zayn Malik ya era una costumbre pasar por un té helado a aquella cafetería en el pueblo, luego de un largo día de trabajo, y tras un libro o su computador, poder observar a Niall Horan, un adorable adolescente, con penetrantes y curiosos ojos a...