28.

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Una carta de renuncia se posó sobre el escritorio del ojimiel, la rubia tras él sonreía con suficiencia. 

"Renuncio, señor. Encontré otro trabajo, lejos de aquí".  Zayn hizo una mueca. 

"Espero que te vaya bien, Gigi. Te transferiré a tu cuenta tu último sueldo, suerte en todo" habló cortés el moreno. La chica sonrió. 

"Gracias, Zayn" luego de otorgarle una última sonrisa, salió de la oficina. 

(...)

Ya era la segunda semana sin saber nada de Niall, no respondía a los mensajes, ni a las llamadas, cuando lo iba a buscar a la escuela, él ya no estaba allí, Horan era el mejor jugando a las escondidas. 

El chico hizo lo que prometió, le transfirió la última paga a su ex secretaria, y comenzó a revisar los constantes currículums que llegan a su oficina en búsqueda de trabajo, allí hallaría una secretaria rápidamente. 

A penas hizo eso, decidió tomarse el resto del día libre y volvió a su casa. Una pena lo estaba consumiendo. 

"Te amo y me desespera, te necesito y me atormenta."

(...)

Suaves golpes en la puerta interrumpieron al mayor, quien ya estaba preparándose para subir a su cuarto y leer tal vez. 

Abrió la puerta, encontrándose con aquél chico que le quitó el aliento desde el primer momento en que lo vio. 

Sus ojos cansados, su boca entreabierta, los jadeos debido al apuro y su cabello alborotado, todo le parecía perfecto. 

"Fui un imbécil, Zayn" fue lo único que salió de la boca del menor antes de saltar a los brazos de Zayn, uniendo ambos cuerpos en un anhelado abrazo, temblaban ante el tacto ajeno, sus rostros se encontraban cerca, sus respiraciones agitadas, los brazos de Malik rodeando su cuerpo, sosteniéndolo con fuerza, con el miedo de que se fuera otra vez. 

"Fueron las dos semanas más difíciles de mi vida. ¿Por qué te fuiste, Ni?" rogó por respuestas. 

"Sé lo que haces Zy, y no debes ocultármelo, me fui porque estaba aterrado, no sabía como reaccionar" susurró observando el suelo, dejando que algunas lágrimas cayeran en él. 

"¿A que te refieres?" 

"Eres traficante, Zayn, ¿por que no me lo dijiste?" el mayor lo observó, sus ojos azules estaban humedecidos, sus labios temblaban y su cuerpo parecía debilitarse. 

"Lamento no explicártelo antes... Sé que es difícil de aceptar, pero ya no puedo escapar de esto." susurró acunando el rostro del menor entre sus grandes manos. "No tienes la menor idea de como te extraño..." acercó sus rostros, cerró sus ojos y volvió a hablar. "No te vuelvas a ir" el rubio negó en respuesta, no volvería a escapar de aquellos brazos que lo sostenían con firmeza, con miedo. No podía escapar de lo mucho que amaba al pelinegro, cuéntenle sobre su dignidad, no la conoce. "¿Puedo?" pidió permiso acercando sus bocas, ahora el rubio asintió mientras una lágrima rebelde se deslizaba por su mejilla, chocando con el pulgar de Zayn. 

Sus labios rozaban, sus alientos se entrelazaban en una danza desesperada, los dedos del mayor acariciaban con cariño el rostro del ojiazul. 

La puerta seguía abierta, y una ráfaga de viento envolvió ambos cuerpos, haciéndolos estremecer y abrazarse con más fuerza, buscando el calor ajeno. 

Sus ojos fueron cerrados y sus labios unidos. 

chєrrч cσlα 🍒; ᴢɪᴀʟʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora