Capitulo 12

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Guillermo estaba como loco corriendo de un lado a otro en la cocina mientras Frank veía todo divertido recargado en una pared.

—Por que diablos no me ayudas Frank, yo sí te ayude a escoger el estúpido regalo de tu novio—reclamo Guillermo mientras metía el cordero al horno.

—Es que no tengo maña en la Cocina—se encogió de hombros.

—Eres el peor amigo del mundo.

Frank soltó una risa y se acerco a la mesada donde estaba un pastel de chocolate estaba apunto de tocar el postre cuando Guillermo golpeo el dorso de su mano con una cuchara.

—¡Ouch! ¿Por que a sido eso?—dijo molesto.

—No vas a ruinas el postre que con tanto trabajo hice—dijo Guillermo mientras veía la pasta.

—Lo compraste, no lo hiciste—reclamo el omega.

—Pero costó dinero, mi dinero y lo compre para Samuel no para ti.

—Así que le compras un pastel caro a tu alfa y a mi que soy tu mejor amigo no me das ni una rebanada...es bueno saber cuales son tus prioridades.

—Si sobra te llevare mañana—propuso Guillermo empezando a acomodar la mesa.

—Sí sobra...bien pero que sea rebanada doble—negoció  y Guillermo asintió— bien pues yo me voy, pasare a casa de Luzu para darle su regalo.

Guillerlo comenzó a reír—y no es el casco ¿cierto?... Se que la mama de Luzu tiene turno está noche, me pregunto que hará mi pequeño Frank con el cachorrito Luzito solos en casa—se burlo Guillermo y Frank se sonrojó a más no poder.

—¡¡¡Cállate Guillermo!!! Sabes que, mejor me voy—Sin más Frank salió corriendo de la casa.

Guillermo continuo riéndose mientras servía la pasta en unos platos y los colocaba sobre la mesa previamente arreglada, encendió las velas que había comprado y cuando estuvo todo listo subió corriendo a su habitación para arreglarse pues Samuel llegaría en 10 minutos, sólo se cambió la ropa y peino un poco su cabello, estaba bajando justo cuando el tiemble sonó, camino hasta la puerta sintiéndose nervioso aunque no tenia por que.

Abrió la puerta y se encontró con Samuel, un Samuel súper sexy en traje, esa imagen lo hizo pensar en escenas  un poco subidas de tono, como el y Samuel sólo en una oficina haciéndolo sobre un escritorio, Guillermo sacudió la cabeza para deshacerse de esos pensamientos que parecían salidos de una película porno.

—Hola—saludo alegre Samuel y beso de forma casta los labios de Guillermo.

—Ehhh hola—sonrió— pasa— Guillermo abrió más la puerta y le dio paso a Samuel y cuando ambos estuvieron adentro Samuel se quitó el saco y lo colgó en una percha juntó a la puerta, Guillermo se quedo mirando de más el torso de Samuel, y sí el Castaño lo noto no dijo nada.

Ambos caminaron juntos hasta la cocina y tomaron asiento, Samuel miro el plato de pasta frente a el y debía admitir que lucía delicioso.

—Prepare pasta y cordero—dijo Guiillermo y Samuel se dijo que el cordero aún estaba en el horno—pruébala—dijo el omega emocionado.

Samuel tomo el tenedor y enredó un poco de pasta en el para después llevársela a su boca y así poder probarla, al hacerlo cerró los ojos, era la cosa más deliciosa que había probado, además de los labios de Guillermo, no podía creer que Guillermo cocinara tan delicioso, cuando Samuel abrió los ojos se encontró con Guillermo que lo miraban con mucha atención y un poco de angustia.

—¿No te ha gustado?—dijo un poco triste—sí no te gusta podemos ordenar otra cosa, o puedo prepararte algo más no te preocupes...— comenzó a hablar Guillermo pero Samuel lo detuvo cuando colocó una mano sobre la del omega.

—Me ha encantado Guille— dijo con una gran sonrisa y Guillermo soltó un suspiro de alivio— cocinas delicioso.

—Eso lo dices por que me quieres— dijo sonrojado el pelinegro y Samuel sobrio mientras negaba con la cabeza.

Ambos siguieron comiendo mientras hablaban de varios cosas, mientras Guillermo hablaba de mil cosas y Samuel hacia uno que otro comentario, cuando terminaron la pasta Guillermo saco el cordero del horno y sirvió una porción para Samuel y otra para el, sobra decir que estaba delicioso.

—Hoy Frank compro una revista donde nosotros salíamos en la portada— menciona Guillermo mientras comían el postre.

Samuel se atragantó pero logró disimularlo y es que de lo último que quería hablar de eso, tal vez a Guillermo no le gustaba que lo fotografiaran y eso lo haría cambiar su opinión respecto a su cortejo.

—Mmmmm sí yo también las vi...¿te molesta?— pregunto nervioso.

Guillermo negó con la cabeza—No, es sólo que es raro, Frank me dijo que ahora sería famoso y que tendría que presentarle a mis amigos famosos— Dijo divertido el omega— pero yo no quiero ser famoso, es como raro.

—Sí quieres puedo prohibir que te tomen fotos— ofreció Samuel.

—No me molesta que lo hagan sí tu estas conmigo, sólo no quiero que la gente me siga cuando voy al instituto o salgo con Frank, eso me daría miedo.

Samuel asintió, prohibiría que su omega fuera fotografiado sí él no estaba con el, no era raro que los alfas poderosos hicieran eso pues entre más poderoso el alfa el omega era más acosado y para evitar problemas y enfrentamientos entre el alfa y los fotógrafos, en su mayoría betas, se ponía una orden para evitar las fotos individuales del omega y así su seguridad no se viera comprometida.

—Y que dices...¿que tal el trabajo?— pregunto Guillermo curioso.

Samuel frunció el ceño—pues todo está bien excepto por los McCain, no se cansan de molestar, siempre tratando de hacer negocios con nosotros cuando ya les deje claro que no me interesa.

—Por lo del incendio, ¿verdad?— dijo Guillermo sin pensar y cuando noto lo que había dicho abrió mucho sus ojos y después tapó su boca con una mano —¡¡¡oh dios!!! No puedo creer que dijera eso, no sabes cuanto lo siento Samuel yo no quería decirlo, lo siento de verdad aveces hablo sin pensar prometo que no volverá a pasar en serio no era mi intención decirlo así...

Samuel escuchaba las disculpas desesperadas del omega, pero no sabía que decir por primera oía a alguien mencionar lo del incendio y no se sentía triste y sólo en el mundo, todo por que ahora tenía a Guillermo con el, así que le mostró una sonrisa al omega para calmarlo.

—Está bien Guille, no pasa nada— dijo de forma suave el alfa.

—Yo lo siento Samuel, no tengo derecho a hablar de eso por que son tus cosas y es tu vida... Yo...yo en verdad lo siento— dijo al borde del llanto.

Samuel tomo el rostro del omega en sus manos—Está bien— le aseguro con una sonrisa—no dijiste nada malo.

—Pero yo no tenía derecho a decirlo— dijo Guillermo un poco más calmado.

—Como no vas a tenerlo sí tu eres mi omega, Guillermo— dijo besando la nariz del pelinegro.

Guillermo se sonrojó y enterró su cara en el cuello de Samuel—perdón— susurro bajito el pelinegro y Samuel beso su cabeza.

—Ya te dije que está bien.

Guillermo miro a Samuel y le mostró una pequeña sonrisa, Samuel odia ver que el pelinegro aún se sentía mal así que se inclinó para comenzar a besarlo y Guillermo de forma rápida siguió el beso del Castaño.

—Te quiero— dijo Samuel sobre los labios de Guillermo.

—Te quiero— dijo con una sonrisa Guillermo

Buscando el Amor(Omegaverse)(Wigetta)[Adaptación][Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora