c a p í t u l o 3

1.5K 73 0
                                    

Pocos días después yo me encontraba jugando con un aro más específicamente haciendo que el aro de vueltas alrededor de mi cintura, y nuevamente Humbert se acercó y se sentó a observarme pero trate de ignorarlo, no fue tan difícil y logré jugar tranquila sin pensar en ello, aunque ese sentimiento de incomodidad seguía presente y solo pude soportarlo pocos minutos y me fui a mi cuarto.

Debido a estas "vistas" que él realizaba, por precaución puse un letrero que aunque sólo era un papel tenía indicaciones eran muy claras, ¡No entres!.

En la segunda semana una amiga mía, Clarisse vino a mi casa a jugar un rato. Recuerdo perfectamente estar jugando con raquetas y apodarnos con nombres de animales, fue muy divertido hasta que de pronto ella ya se iba a ir entonces dirigiéndome a mi casa voltee y vi a Humbert ya me había acostumbrado a él viéndome tanto así que me sentía como una famosa artista a la cual todos admiraban por su belleza, no sabía que él no solo me admiraba.

Por la noche de ese mismo día, me despertó una música y sonidos de la máquina de escribir, ¡era Humbert!. Fui hasta su habitación y le dije que me había despertado y que procurara no escribir ta tarde, un poco enfadada al parecer lo entendió y se disculpó. Cada vez que me despiertan por la madrugada me da hambre así que fui a comer un poco de helado frente al refrigerador sentada, escuché pasos que se acercaban pero imaginé que era Humbert y lo ignore para seguir disfrutando de mi helado y algunas frutas, estuvieron deliciosas pero ya me estaba haciendo frío quería irme de regreso a mi cuarto, sin embargo, Humbert seguía ahí y al parecer no se iba a ir, tuve que pararme y pasar al lado de él para subir las escaleras, no puedo explicar mi incomodidad, quiero creer que lo que voy a decir no es cierto pero sentía sus ojos en mi trasero, quería subir más rápido y salir de esa situación tan incomoda, des-afortunadamente era de madrugada y si hacia ruidos mi madre se despertaría y seguramente me castigaría.

Por la mañana mi madre gritaba ~Dolores, ¿ya tendiste tu cama?~ y no lo había hecho, en eso el señor Humbert estaba escribiendo y cuando me acerque me pregunto que como estaba le respondí que agotada por que él no me había dejado dormir. Él se río y siguió en lo suyo por un momento vi su expresión y me pareció simpática, la manera en la que sonreía era muy encantadora.

❤ L O L I T A ❤
la historia jamás contada.

Desde mi percepción : LolitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora