Capítulo 11

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Miradas, muchos ojos que la observaban con repulsión.

— Nos has engañado. — Escuchó por lo bajo.

— ¡No es así! — Alzó la voz, pero luego se encogió de hombros, creyó que todo estaba perdido o eso pensó, hasta que se acercó el peli-naranja, lo que formo una ligera sonrisa nerviosa en el rostro de la chica, creía que él entendería su actuar. — Hina..

— Mentirosa. — La interrumpió.

En ese momento Natsuki sintió como si se rompiera en más de mil partes, su sonrisa se había desvanecido y en su cabeza solo resonaban esas dolorosas palabras. Sus ojos habían quedado en blanco para solo ver como la silueta del chico le había dado la espalda y se alejaba, volviéndose cada vez más pequeño. Su mirada bajo y todo el suelo a su alrededor desapareció haciéndola caer en una finita oscuridad.

Exaltada tomo asiento en su cama, sus ojos se centraron en su colcha intentando acostumbrarse a la oscuridad de su alcoba, después cubrió su rostro, había sido una pesadilla, retiro sus palmas de su cara. No era raro que hubiera tenido un mal sueño, ya que estuvo pensando todo el fin de semana en lo que podía suceder el presente lunes y todas sus ideas terminaban con un final malo.

El viernes al salir de la enfermería no quiso darles la cara a sus compañeros, por lo que se retiró, yendo directamente a su hogar para intentar tranquilizarse y pensar en una solución, pero no pudo conseguir ninguna de las dos.

Miró la hora en su celular, las 3:47 am, suspiró e intento conciliar el sueño, ya era la tercera vez que se levantaba, si seguía así llegaría al instituto como un zombi. Se volvió a recostar y miró el techo, para cerrar de a poco sus ojos, pero los volvió a abrir de golpe, no podía dormir, dado esto se quedo pensando en ese asunto y recordó que tal vez se perdería el partido contra Aoba Johsai, no sabía si su hermano jugaría por su lesión y no quiso preguntarle para que no creyera que estaba interesada, hasta lo estuvo evitando todo el fin de semana, encerrándose en su cuarto o yendo a otro sitio.

Sin pleno aviso ya había vuelto a dormir.

Se levantó otras 2 veces y cuando por fin había caído en un sueño profundo (que solo duro alrededor de 30 minutos) la alarma para salir a correr, de las 5 am, empezó a sonar. La castaña saltó en la cama y desesperada buscó su celular con la mano para apagarla, no había dormido casi nada. Empezó a quejarse mientras se cambiaba, era difícil no hacer ruido, además por un momento estuvo a punto de quedarse dormida en vez de ir a correr, pero como era parte de su rutina no podía simplemente ignorarlo.

...

Los nervios le habían ganado, pues había una junta del club en el gimnasio, no le habían informado sobre el tema que abordarían, pero lo único que podía pensar era en lo peor. Estaba indecisa entre si debiese o no entrar, pero se armó de valor y abrió la puerta, la mayoría de los integrantes ya estaba en el lugar, al igual que el maestro Takeda, del cual le platico Hinata mediante mensajes.

— Buenas. — Saludó mientras se acercaba a los contrarios que se encontraban sentados. Recibió un saludo de los demás con la amabilidad de siempre, lo que le causo una sensación de tranquilidad por un segundo.

— ¡WOAH! ¿¡Qué te pasó!? — Preguntó Tanaka una vez que la menor se había acercado.

— ¿Qué? — Natsuki se había puesto un poco de maquillaje para ocultar sus ojeras y cualquier rastro de cansancio, aunque parecía ser que no fue suficiente, pero no podía usar la cantidad normal porque lo podrían notar.

— Parece como si te hubiera arrollado un camión. — Comentó Hinata.

La castaña le lanzó una mirada fulminante. — Gracias. No pude dormir. — Le explicó al mayor, pero antes de que pudieran hacerle una pregunta más, se armó de valor. — ¿De qué es la reunión? — Intentó sonar lo más normal.

Haikyuu. No quiero ser una sombra.  [Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora