KING DRAGON [ WONGLUNG] BANANA FISH.

Capitulo Dos: Los Lee.

Como lo imaginé mi hermano no había llegado aún y era algo muy -pero muy- bueno.

Le indiqué a Sing que esperara en la oficina para ir a la habitación donde estaba Shorter, necesitaba saber en qué estado estaba; Hong-Li había seguido mis instrucciones, aparentemente estaba con las pulsaciones adecuadas y estaba dormido.

Puse el maletín encima de la cama dónde estaba Shorter para separar los documentos a mi conveniencia, tenía que separarlo en la información que me quedaría yo y la que tendría mí hermano.

—Lleva esto al laboratorio del Doctor Carter. —Hong tomando la faja de documentos que le pasé. —Dile que revise esta nueva información para que la utilice en el suero y luego regresas, quiero cuides de Shorter. —El chino que vestía un trajo clásico negro movía su cabeza de arriba abajo para retirarse.

Antes de salir de la habitación miré al chico de cabello purpura que reposaba con tranquilidad, era un milagro que siguiera vivo y sin duda, luego tendría que pagármelo, tendría planes para él si lograba salir adelante.

—Ash está muy enfadado. —A mis espaldas el chico estaba revisando su teléfono mientras yo mantenía mi mirada en las escrituras que estaba realizando para completar la información falsa que le daría a mi hermano, estaba manipulándola un poco a mi favor pues si intentaban copiarla lo único que le darían al desafortunado es un coctel letal de drogas. —De verdad, siempre eran las bandas que buscaban pelea contra él, pero está vez es diferente. Seguro la muerte de Shorter le ha alterado.

—Probablemente. —No le estaba dando demasiada importancia al más joven.

—¿Por qué no me cuentas qué le pasó a Shorter? ¿Por qué Ash quemó todo ese lugar? —Su presencia se hacia más cercana a mí, no me moví y me mantuve sereno. —Estoy seguro que Ash jamás mataría a su mejor amigo, tuvo que haber una razón. —Creo que Sing tenía muy idealizado a Ash como a Shorter, demasiado.

—El no lo mató. —Hice una pausa en mis palabras deteniendo mi escritura. —Lo liberó. —Intenté explicar sin voltearme a verlo, pero podía jurar que me estaría dando la peor de todas las miradas.

—Déjate de tonterías, no me sirven como respuesta. —Como si hubiera acumulado la rabia de no saber nada, Sing escupió esas palabras.

—Vivo en un infierno y Ash también. —Pude sentir como retuvo un poco el aire ante mis palabras, me volteé a verlo de arriba abajo, su boca un poco abierta hacía juego con la sorpresa en sus ojos. —Si no te cuento es porque no quiero arrastrarte a este infierno. —Soné más empático a lo que me hubiera gustado, pero creo que Sing era muy joven como para meter las manos al fuego.

—Que frase más estúpida. —Volteó a ver la pared con rabia, como yo, él odiaba esa incertidumbre de no saber algo. —Pero haces que suena real. —Confesó, apretó sus labios y luego ladeo su cabeza. —Ash y tú se parecen un poco. —Suspiré negando con un poco de asco en mí rostro.

—No me compares con ese bárbaro. —Miré las hojas que tenía al frente, que horror que pudiera verme como Ash.

—Lo odias porque eres como él. —Fruncí mi ceño para verlo mal, tenía esa sonrisa algo irónica, quería matarlo. —Oh, que miedo. —Levantó sus brazos como si se burlara de mi pasándolos detrás de su cabeza, apreté mis puños e inmediatamente la puerta se abrió.

—Mr. Hua-Lung ha llegado. —Uno de los subordinados anunció.

—No puedo con dos serpientes venenosas, me voy. —Me dijo aun con esa risita y con algo de asco a la vez, entrecerré un poco mis ojos tentándome a no tirarle algo.