Capitulo Nueve: Punto de quiebre.

229 40 7
                                    

—Señor, creo que no debería intimar tanto con ese chico. —Volteé de forma violenta hacia Hong. —Lo digo porque se nota que él pues, le importa y si las personas se dan cuenta, puden verlo como su debilidad.

—Estas diciendo idioteces, Hong. Solo me interesa mi maldito antídoto. —Frunci el ceño. —Si no sirve, toda la maldita investigación que he hecho no habrá valido de nada y eso sí es importante para mi. —Frunci mi ceño, el solo observaba indiferente. —¿Acaso no sabes cuantas personas desearían tenerlo si es exitoso? —Me acerque un poco a el entrecerrando los ojos. —Nosotros crearemos un problema con el Banana Fish y adivina también quién va a vender la solución. —Creo que esa explicación hizo que el chico relajara un poco las facciones, sabía que tenía razón.

—Lo siento, señor. Solo que a veces, parece que es más hacia Shorter y no lo que hay en su interior. —Asenti, tome un respiro muy largo para soltarlo en un suspiro.

—Para eso entras tú ¿Qué hacen hablando en vez de hacer por lo que se les paga? —Encogió sus hombros para mirar por la ventana.

—Hay cosas que no controlo.

—Pues hazlo. —Me crucé de brazos, por nada del mundo podía sentirme expuesto ni muy cercano que sea la persona para mi.

Llegamos a la casa y me bajé de inmediato, los empleados me saludaban al llegar pero fui directo hacia dónde una de las cuidadoras me indicó. Llegue a una habitación en el segundo piso y cerré la puerta cuando estuve adentro, afuera había tomado lo que le habian examinado pero solo mostraba unas pocas anomalías y tampoco sabía si estaba despierto o dormido.

—Mira como estoy aquí por ti. —Negue, fue más un regaño para mi mismo que para el. Me senté a su lado y acaricie su mejilla con suavidad. —Levantaté, vamos. —Di varias palmadas, esperé casi dos minutos cuando abrió con lentitud sus ojos quedarse solo mirando los mios.

—¿Eiji? —Aprete mis puños para no darle una cachetada. Ni siquiera me parecía a ese asqueroso. —¿Eiji? No, no. —Empezó a removerse en la cama negando, me hice un poco hacia atrás sorprendido. Se tomo de la cabeza ocultando su rostro en sus piernas. —No quiero lastimarlo, no quiero, perdóname, Ash. —Repetía eso muchas veces, no comprendía que pasaba. Me acerque a tocar lo brazo pero me apartó con violencia y mirándome con miedo. —¿Eres el diablo? —Frunci un poco mi frente, Shorter no me reconocia.

—Soy Yut... Shorter. —Me acerque más a el de nuevo pero se movió hacia atrás recogiendo las piernas hacia el, necesitaba solucionar esto, no me sentía bien viéndolo así. —No me tienes que tener miedo. —Fui hasta donde estaba pero seguía viéndome de forma extraña, me arodille a su lado mirando sus ojos.

—Estás a salvo, nada te va a pasar. —Puse mi mano en la ajena, esta vez no se movió pero empezó a llorar, las lagrimas salían con violencia de sus ojos. Nunca aprendí a manejar a personas llorando, no sabia como consolarlas. Rodee incómodamente el cuerpo de Shorter en un intento de abrazo. Se aferró a mis brazos sin parar de llorar.

—No soporto esto... —Cerraba sus ojos con fuerza, mi corazón se estaba rompiendo, no quería verlo de esa manera porque realmente estaba sufriendo.

—MALDITO CARTER ¿DÓNDE ESTÁS? —Por la puerta uno de los empleados se asomó. —Dile que venga ahora. —El chico no se movía y me estaba mirando un poco con miedo.

—E-el doctor Carter no está. —Fruncí el ceño, seguramente hizo algo con Shorter para que le pasara esto.

—¡ENCUENTRALO! NO ME IMPORTA, QUIERO QUE ME LO TRAIGAN AHORA. —Shorter apretaba mis brazos aferrándose a mi, lo sentía húmedo pues no había aún parado de llorar. El chico se retiró y volteé a ver de nuevo al de cabello morado que por un momento no odiaba que fuera tan morado.

KING DRAGON [ WONGLUNG] BANANA FISH.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora