KING DRAGON [ WONGLUNG] BANANA FISH.

Capitulo Once: Alcohol.

Me desperté porque Hong-Li necesitaba que organizara y revisara algunos permisos sobre las empresas, me di una ducha para ponerme el vestido rojo que desde hace tiempo tenía olvidado. Me gustaba como me quedaba, me veía muy bien. Peiné mi cabello y lo amarré con una pequeña tira blanca para irme a la oficina. Duré casi toda la mañana metido ahi, no había señales de Blanca por ningún lado, lo que se me hacía extraño porque en serio pensé que vendría.

—¿Señor, va a almorzar ya? —Hong me preguntó y asentí dejando todo el papeleo.

—Llevalo a la sala de descanso. —Solo siguió instrucciones retirándose.

Me sentía algo desanimado, pero eso tampoco lo demostraría, solo quería volver a beber hasta perder la consciencia. Fui hasta el mueble esperando que trajeran la comida, se había tardado un poco. Escuché el timbre sonar seguido de que abrieran puerta de mi habitación. El cocinero -que tenía que conocer hace semanas- entró pero sin la comida.

—Buenas tardes, señor Yut. Soy su nuevo cocinero. —Se acercó a mi, entrecerré un poco los ojos pero no hice nada al respecto pues no tenía ni idea de sus intenciones.

—¿Y la comida? —Se inclino frente a mi y ni siquiera pude entender lo que pasó, escuché dos disparos pero no supe si fue en mi cuerpo o en dónde. Salió corriendo y lo miraba todo en cámara lenta, Hong-Li viniendo a mi arrodillándose al frente de mí, mi hombro sangrando ¿falló el segundo tiro?

—El medico ya viene. —Ni siquiera podía reclamarle que hiciera algo útil, el dolor era muy fuerte y la confusión mucho más. Tenia la mirada fija en el suelo y escuchaba unos pasos fuertes acercándose a mi, luego se arrodilló haciendo que mirara a Blanca... Sí había venido.

—Te dispararon muy de cerca. —Puso su mano en mi brazo apretando un poco, solo hice un mueca. —¿Lo conoces? —Me quejé, dolía mucho.

—Es el cocinero que contraté el mes pasado. —Intenté explicar tranquilamente.

—Resiste un momento. —Empezó a mover mi hombro y vendar, me sentía muy dolido pero jamás me permitiría llorar frente a nadie. —Era un profesional contratado. —Amarró el vendaje y miró mis ojos. —¿Alguna idea de quién podría ser?

—Tantos, no sabría. —Cerre mis ojos mirando hacia un lado, estaba indignado.

—Dicen que tus hermanos están siendo asesinado por los vietnamitas. —Esa voz, abrí mis ojos para ver a Sing y supe inmediatamente que mi impotencia la desquitaría con el. La rabía invadió mi cuerpo. —Por qué alguien difundió esos rumores. —Hablaba como siempre, seguro de si mismo con sus brazos cruzados y su mentón hacia arriba. No toleraba a alguien más altivo que yo y menos en estas circunstancias.

—¡Callate! Yo nunca te llame. —Me puse de pie rápido para acercarme a el, quería golpearlo pero el dolor me hizo poner la mano en mi hombro. —¡Vete!

—Vamos, intentó capturar al culpable también. —Blanca me cubrió con su chaqueta, miré muy mal a Sing. —Debes descansar. —Me volteé haciendo un "jum" me fui hasta mi habitación para acostarme en la cama, aun Blanca y Sing estaba detrás de mi. Me puse algo mas cómodo para que me acomodaran el vendaje en todo el cuerpo.

—Discúlpame por arrastrarte a esto, no fue planeado. —Miré a Blanca que estaba al lado de la cama, de pie.

—Tienes demasiados enemigos para una persona de tu edad. —Entrecerró los ojos y miré hacia el frente.

—Nací bajo las estrellas equivocadas. —Nos quedamos un rato en silencio.

—Entiendo, haré un trato contigo. —No pude evitar la emoción en mis ojos y la sorpresa que me llevé, lo miré casi sonriendo.