[#1] ﴾ Lоcцґa ﴿ ༼ Jevil x Seam Fanfic ༽ DR [TERMINADA]

𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊: 𝕯𝖊𝖘𝖈𝖔𝖓𝖙𝖗𝖔𝖑

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Los sollozos del diminuto príncipe se hacía escuchar en los alrededores de su recámara, presentes ahí el dúo quienes orgullosos de recién haber sido asignados a la corte, se percatan del llanto del menor, se miran entre sí como esperando respuestas del otro sobre qué hacer a continuación, jamás sabrían que apenas llegasen a la corte, movilizando cajas y sus utensilios de espectáculos, se toparían con situaciones como ésta, ¿qué se supone que deberían hacer si un bebé lloraba? Ambos tenían remota idea de las supuestas instrucciones para atender a un niño, no obstante, el de sombrero de pequeñas campanillas se aproxima a Lancer, quien extendía sus bracitos en señal de estar entre los brazos de su madre, mientras escurrían por sus infladas mejillas lágrimas de miedo al estar tan solo rodeado de oscuridad y tinieblas, algo que sería considerado en un futuro algo normal. Lo examina de pies a cabeza, no pesaría más de kilo y medio, totalmente igual a su padre, excluyendo que el monarca poseía gigantes colmillos y personalidad de ice berg, en opinión personal se vería bastante adorable, ¡qué va! Sería la cosita más adorable del mundo oscuro, sin embargo en un futuro su pureza será rebatada. El ya mencionado posa su codo sobre la barra de su cuna, lo observa con una sonrisa ligeramente burlona, y manifestando sus pupilas centelleantes de oro, hace repiquetear los dos cascabeles y dando su mejor sonrisa de choclo, finalmente se digna a mencionar.
—'¿Qué ocurre, qué ocurre, pequeño príncipe?'—Posa su puño en una de sus mejillas, moviendo su cola de manera alegre, sin embargo, aquel diálogo no dio mucho que aportar ante el llanto del crío, quien proseguía en su mar de lágrimas de terror, deseando sentirse protegido por algo o alguien, después de todo, era solamente un bebé.
—'¡Jevil, ni se te ocurra!-'—Exclamaba apresuradamente el minino, pensando en su pequeña y no-tan-loca cabecita, que su compañero, al ya presentar síntomas de ir cayendo lentamente en la locura, le haría daño al pequeñín, incluso siendo hijo del mismo rey, ¡sombras, qué loco estaría! Y no en buen sentido. Acelerando el paso, el mago se desplaza hasta la habitación, esperando encontrarse lo peor, lo que iría más allá de la imaginación, ¡qué clase de atrocidades era Jevil capaz de hacer! ¡Si le hacía algo a Lancer los matarán a ambos! Prosigue en sacar sus garras, siempre resplandecientes ante la noche, y se asoma erizando su pelaje. Grande es su sorpresa cuando divisa al chiquillo dejando salir varias risitas, pues figuritas luminosas que el bufón fabricaba para él lo entretenían y lo hacían sentir seguro, ya que alejaba la oscuridad de él. Seam suspira de alivio y vuelve a recoger sus garras y se peina a su estilo gatuno. Jevil había hecho un buen trabajo después de todo, por el monarca, ¿será acaso, que no es tan peligroso como la mayoría de sujetos decían?

El más bajo suspira, dando un último sorbo al cuenco rebosante de agua, estaba cansado tras haber dado el último show, el rey, como siempre, raras y muy raras veces mostraba algún que otro gesto ante su espectáculo, que requirió de tiempo de preparación y esfuerzo de parte de ambos.
—'¿Otra vez recordando cosas, Jevil?'—Cuestiona el minino colocándose su deslumbrante sombrero de mago, realizando así un gesto elegante frente al bufón, a quien se le estira accidentalmente el cuello como resorte ante el acto inesperado, Seam comenzaba a acostumbrarse a eso, a pesar de no saber la razón por la cual a su compañero se le estiraba de tal manera el cogote, tras el pasar de algunos segundos su garganta vuelve a su forma original.
—'¡Correcto, correcto! ¡Amigo mío!'—Intenta sonreír sin mostrar pizca alguna de nerviosismo, alzando sus manos a los lados en señal de aprobación total, no obstante, no consigue mucho resultando. El micho mueve sus orejas algo extrañado, puesto que jamás había visto a su amigo tan nervioso, al menos, no de forma tan exagerada, ¿debería preguntarle? La curiosidad lo estaba matando, ¿la curiosidad matará al gato? Aprovechando que ambos estaban dentro de la carpa donde almacenaban sus utensilios, el minino se acerca al petizo e intenta inclinarse a su altura, molestando un poco al recién nombrado. Llamándolo por su nombre se gana así la total atención que espera, próximo a preguntar.
—'¿Qué es lo que te pone tan nervioso?'—Interroga pacíficamente, Jevil al dar por hecho que fue tomado de sorpresa, no supo qué responder. Intentó mantener su característica actitud burlona y graciosa, pero en ésta ocasión sus risas y carcajadas sonaban más falsas que nunca. Su cola se descontrola y se agita sin remedio, ¿qué diablos respondería? ¡No quería perder su reputación! ¡No quería parecer un bichito frente a su amigo! Levitando intenta parecer más alto y reapareciendo sus pepitas de oro, encara a Seam.
—'¡Yo! ¡Yo...-!'—Se quedó sin ideas a decir verdad, siendo increíblemente extraño para su amigo.
—'¡Oh sombras, oh sombras! ¡Tierra viva trágame ahora, ahora, es todo lo que te pido, seré un buen bufón!'—Rogaba en sus adentros y al mismo tiempo descendiendo ambas orejas puntiagudas, adornadas con preciosos aros que llamarían la atención de cualquiera que los viese. Seam haciendo girar ambos ojos de botón, se cuestiona a sí mismo qué ocurría con Jevil, si acaso algo lo asustaba, o de por sí ya darlo por loco al cien por cien. Su compañero comienza a recrear formas de sí mismo, espejismos para ser exactos y confundirlo, seguramente para alejarse de una manera "disimulada", como lo entendía, qué erróneo. Extiende una de sus patas hacia el petizo e inicia a darle unas esponjosas y suaves caricias bajo su sombrero, entrelazando sus dedos por los cabellos del más bajo, y de vez en cuando entre sus pequeños cuernos, lo observa con una mirada serena y a la vez, mínimamente, una pizca de calidez, ¡oh, gatástrofe! Jevil se queda en total silencio al sentir las caricias del de pelaje azulino, lo único que movía de lado a lado era su cola.
—'¿Te quedarás quieto, por un momento? Así dejarás de estar tan nervioso.'—Lo extraño fue que no lo preguntó en tono amenazador o fastidiado, sino totalmente calmado, como si su estado de relajación hubiese sobrepasado los límites, el petizo estaba demasiado confundido, ¿desde cuándo Seam se comportaría de tal manera? Fácil su respuesta, querido amigo, pues el más alto había aprendido a comprender a su contrario, a pesar de lo loco que esté, seguirá siendo su querido, querido amigo. Jevil se queda silenciosamente semejante a una estatua, escondiendo sus brazos bajo su capa azabache y desvaneciendo sus pepitas de oro, no dejaba de sonreír nerviosamente al mismo tiempo que aquel fuerte y notable rubor de tonos lilas estaba a la vista, pensaría quizá que estaba enfermo o que inmediatamente necesitaba de rehabilitación, quizá sí, quizá no.
—'Oh no, creo que lo he averiado.'—Se dice el minino en sus adentros, pensando que había vuelto loco a Jevil, no obstante sí que estaba equivocado.

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  —'¡¡¡CaOs, cAoS, CaOs!!!'—Era la única que repetía su alocada mente una y otra vez, sonriendo como un bobo y ocultando aquella sonrisa de choclo del minino, su cola se movía extremadamente rápido debido a el ataque de euforia que estaba padeciendo, ¡no podía evitarlo! ¡Estaba tan, pero tan emocionado! Pero a pesar de su loco estado de ánimo, no se movió siquiera un solo centímetro, puesto que añoraba recibir más caricias de parte del más alto, ¡se sentía muy bien! Su sonrisa dorada jamás se iba y cerró sus pequeños y azabaches ojitos, ¿por qué estaba tan contento y eufórico? ¡Seam lo había acariciado! ¡Seam le había sonreído voluntariamente! Si el rey mandase a que realizaran ambos otro acto más, pues tardarían en ir, debido a que Jevil estaba demasiado ocupado disfrutando de su momento de alegría y euforia pura, sin necesidad de gastarle alguna broma pesada a alguien, decirle "muñeca" a Seam, o andar fastidiando al rey, simplemente no era necesario, no complejo de explicar. El más alto analiza cada gesto de su amigo, convenciéndose que solo estaba pensando, ¿qué pensaba? Reanudaba a analizarlo de pies a cabeza, dando por entendido que lo podía ver contento, sin que sea necesario que ría sin razones.

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—'¿Qué es lo que quieres?'—Cuestiona estando presente entre las tinieblas, oscuridad y la soledad en su estado más puro e inusual, supuestamente se hallaba completamente solo, no obstante, tras un rato de haber deambulado sin fin se ha topado con él nuevamente, a pesar de no saber su verdadero nombre, o tal vez algún apodo real que posea, sabía que era él, sabía que era aquel sujeto de la última vez, no cabía duda alguna, ¿cuál era su objetivo? Se preguntaba, ¿querrá hacerle daño? ¿Será tan solo un producto de su alocada mente? No sabía la respuesta de nada, solo se hacía preguntas dentro de su retorcida cabeza. El sujeto se aproximaba más y más a él, como acechándolo semejante a una feroz y abominable pantera negra, el bufón por su parte no muestra temor alguno, sino tan solo confusión y más confusión. Al ya estar ambos frente a frente, Jevil manifiesta su truco de levitar para que su contrario no deba agacharse para charlar con él, era molesto, sí, pero debía hacerlo para poder mirarlo a los ojos, si es que los tenía, o siquiera fueran visibles ante él. Logra oír cómo su contrario se acerca a él, finalmente, se miran y uno de ellos comienza a dialogar.
—'Sabes que no es culpa mía.'—El más bajo lo observa sin comprender a qué se refiere, alza una ceja y realiza un gesto de insistencia para que se explique mejor, el mismo nota esto y prosigue.
—'No es culpa mía que esté ocurriendo todo esto.'—Jevil le hace ver una expresión de la desaprobación absoluta, ¿a qué diablos se refería aquel sujeto? Se aproxima levitando cerca del suelo y responde.
—'Claro, claro que es culpa tuya, desde que apareciste, ¡todo se ha vuelto un caos!'—Intentaba no perder el control, no quería ponerse agresivo, no con él.
—'Yo solo vengo a advertirte, quien genera el caos eres tú y solo tú, yo no tengo nada que ver con esto, ¿no sabes, acaso, que yo no juego?'—Al parecer tan solo el bufón entendería aquello.
—'¡No me vengas con eso, con eso! ¡Ya te apareciste! ¿Por qué vendrías otra vez, otra vez? Mi amigo, el mago de la corte, ¡piensa que estoy loco!'—Sin embargo tan solo recibe un profundo y vacío silencio de respuesta, vuelve a la compostura y decide no exclamar ni vociferar más cosas, el sujeto lo mira y parece comprender que ya se ha calmado.
—'El juego va a terminar.'—Dicho esto, aquel extraño sujeto se desvaneció frente a sus ojos, ¿por qué le ha dicho todo eso? ¿Por qué jamás decía la veracidad de todo? Y sobre todas las cosas, ¿será él, acaso, un producto de su imaginación?

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wolfskuntler.