𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖙𝖗𝖊𝖘: 𝕻𝖎𝖘𝖈𝖔𝖑𝖆𝖇𝖎𝖘 𝖉𝖊𝖑𝖊𝖎𝖙𝖔𝖘𝖔

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Una potente y terrorífica voz los llamaba, aquella voz perteneciente a uno de los más temidos reyes, los otros tres al parecer se habían desvanecido en la oscuridad y en la nada, nadie supo de ellos, tal vez sí en un futuro. Volviendo al punto, el monarca, teniendo su resplandeciente corona a vista de todo el mundo dando a conocer su más supremo poder, ordenaba al mago y al bufón cumplir un acto para él, por el simple capricho de estar aburrido, añoraba reírse un poco de algo, o mejor dicho, alguien. Los anteriormente nombrados no tenían opción, se debía conceder aquel capricho. A paso lento se aproximaban ante los ojos de su majestad, inclinándose así concluyendo una respetuosa reverencia. Acto seguido, daban un par de pasos hacia atrás para comenzar a crear o improvisar su magnífico espectáculo. Seam realizaba esferas de ardor demostrando los colores apasionantes y cálidos, iluminando sus cercanías, nadie sabía cómo podía realizar aquellas majestuosas y bellas canicas de fuego, el rey se impresionaba, ese era su deber. Por otro lado, el petizo bufón, malabares, ilusiones podía manifestar, preciosos trucos que difícilmente otro individuo realizaría, realmente era maravilloso el don de Jevil, exceptuando su comportamiento desequilibrado que dejaba ver de él algunas veces, lo cual el rey no toleraba. Ambos se intercalaban, un momento para uno, y otro instante para el otro, y así sin cesar. El más bajo demostraba gestos graciosos, no obstante, en algunas ocasiones sí que sus expresiones daban a entender la gran locura que se escondía en sus interiores. En cambio, el mago parecía estar bastante sereno y tranquilo durante su actuar ante su temido monarca. Avanzó cierto tiempo hasta finalizar el show, por suerte el dúo no se había quedado corto de ideas, de lo contrario, tendrían un especial pase ante la guillotina. Posterior a su jornada, ¿podrían marcharse? No lo sabían, a pesar de sus trucos y maniobras, no podrían adivinar los próximos antojos del rey, por lo tanto, tendrían que quedarse un par de horas más merodeando cerca, mientras puedan seguir oyendo aquella potente y terrorífica voz.

Entretanto el minino deambulaba moviendo su cola de lado a lado, se percató que alguien abrazaba a la misma, no era muy difícil adivinar quién era. El mismo se volteó para examinar, dirige su mirada hacia abajo, Jevil lo miraba con su característica sonrisa de choclo.
—'¿Qué crees que estás haciendo?'—Pregunta el más alto regalando una mirada algo seria al bufón.
—'Pareces un peluche, peluche.'—Rió, el comentario pareció enfadar un poco a Seam.
—'No me vuelvas a decir peluche.'—Advierte, Jevil sólo se dedicaba a reír y reír, finalmente deja el rabo en paz. Paseaban por un desolado lugar, oscuridad pura, la más grande de todas. ¿Existía acaso alguna estrella en ese lugar? Nadie lo sabía, Seam miró a su camarada una vez más.
—'Me parece que ahora ya no estás aburrido.'—Susurra el de ojos de botón, Jevil parece extrañado.
—'¿De qué, qué hablas?'—Pregunta ante el comentario recién dicho.
—'Te recuerdo que me dijiste que querías cambiar, notabas hastiado todo.'—Le rememora Seam a su compañero.
—'Quizá porque por fin pude ver tu casa, muñeca, muñeca, ¡uee je je!'—Ríe ante el último apodo, Seam vuelve a parecer enfadado como hace unos minutos atrás.
—'¡No me llames así, petizo!'—Exclamaba en un tono medio alto, sin llegar a gritar.
—'Está bien, está bien.'—Intentó aflojar la situación, no quería pelear con su querido compañero. Las horas pasaban sin la ayuda de un reloj para saber exactamente cuántas eran. Actualmente el dúo se hallaba a una de las orillas de un camino, posados contemplando el pulcro y magnífico paisaje cálido del bosque, se podía apreciar la danza de sus hojas chocando y rozando unas con otras, produciendo así su somnífera melodía que hacía dormitar a ambos camaradas. Jevil movía su cola, parece emocionado, no podía esperar a que su jornada acabara para seguir a Seam, quería definitivamente aprender a cocinar. ¡Jevil puede, y podrá hacer de todo! Al menos eso cree y piensa de manera estrecha por ahora. Se quitó su sombrero al estar sudando en exceso en la cabeza, sin duda debería ducharse en algún momento próximo. Su compañero devolvía la mirada a él, analizándole.
—'¿Otra vez mirándome, mirándome?'—Jevil sonríe juguetón.
—'Los ojos son para mirar, ¿no?'—Cuestiona el más alto.
—'Pero tú tienes botones.'—Le muestra una sonrisa juguetona al minino, no podía refutar contra eso. Seguidamente a aquella bulliciosa conversa, ambos se quedaron en completo silencio, no incómodo, sino agradable.

[#1] ﴾ Lоcцґa ﴿ ༼ Jevil x Seam Fanfic  ༽ DR [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora