Otoño, 2007.
El cambio de escuela, la mudanza desde Daegu, la sociedad que le rodeaba. Todo parecía demasiado, le estaba quemando los sesos el estar guardando un uniforme que sin duda era más caro que toda su ropa junta.
Pero no había quedado más opción.
Dejar Daegu no era ni por lejos una opción para él, estaba orgulloso de esa ciudad, de su distrito, pero después de todo lo que había sucedido, de como su mejor amigo había terminado en el hospital y las malas personas que habían aparecido para mancharlo todo, hicieron que sus padres tomaran la decisión de irse.
Sus buenas notas ganándole una beca en el mejor colegio de Seúl.
La llegada a la capital había sido normal, una casa lo suficientemente grande para tres personas, una buena ubicación cerca de la escuela. Vecinos dándoles la bienvenida y una lista de libros por comprar. Sin amigos y sin su piano.
Estaba seguro de que la escuela no sería lo mejor del mundo, estaba preparándose mentalmente para las miradas indiscretas criticando sus zapatos o su cabello, algunas burlas y de seguro malos comentarios hasta por su estatura o su piel. Pero no podría escucharlos reírse, no con la música estallando por medio de sus auriculares en sus oídos.
Un comité de bienvenida fue quien lo recibió, no el director ni mucho menos un profesor, sino un grupo de estudiantes de años superiores. Kim Ho Seok fue el designado para mostrarle los alrededores, su aula, su horario y hasta le hablo de los clubes extracurriculares.
No era muy activo en cuanto a situaciones sociales, lograba evitarlas bastante bien y en general no iba por la vida buscando amigos o agregando nombres a su lista de conocidos, entre menos nombres hubiera...mejor.
Pero Kim Ho Seok no se rindió, logro hacerle reír y no parecía una mala persona, era amable y bastante positivo, le explicaba todo lo que necesitaba y no dudo en sentarse junto a él en almuerzo.
Podría comportarse y parecer que no lo importaban las nimiedades de la vida, pero la verdad es que ganar un amigo no le parecía lo peor del mundo y el mismo chico pelirojo lo había dicho, podrían ser amigos. Era cómodo encontrar a alguien con quien hablar, incluso si era tan ruidoso como Hoseok. Y las semanas avanzaron bien, se regularizo en las actividades y hasta se unió al club de música, comía con Hoseok y sus compañeros de clase no parecían querer matarlo o hacerle objetivo de bullying.
Había notado las miradas de las chicas pero no les daba importancia y en cuanto los chicos, bueno, estaba acostumbrado, era constante centro de atención en Daegu por no ser exactamente masculino como se suponía que debería de ser si era un hombre.
Así que en resumidas cuentas no encontró más que un colegio normal, la única diferencia era la cantidad de dinero en las billeteras y en los accesorios atascados en diminutos diamantes o relojes que valían la mitad de su casa.
Y todo pudo seguir de aquella manera sino hubiera sido por el hermano de Hoseok, aquel ser había llegado durante la hora del almuerzo, lo había visto sentarse junto a Hoseok y no supo si sería buena idea acercarse, quizás tenían una platica que no debería interrumpir pero al final se acerco.
¿Y qué fue lo que obtuvo?
Pues Seokjin parecía ser bastante como su hermano, con muchas preguntas y temas al azar, le había preguntado si se había unido a algún club e incluso le pidió lecciones de piano.
Honestamente no esperaba eso de niños ricos pero, al parecer sorpresas hay en todos lados.
—¿Cómo va la escuela?— era la pregunta más común por parte de sus padres.
La respuesta seguiría siendo la misma no importaba cuál fuera la verdad.
—Bien.
—Te ha llegado una carta. —dijo su padre logrando captar su atención.
No lo pensó dos veces antes de correr hasta la mesa donde su madre dejaba la correspondencia. Llevaba unas semanas ya instalado en Seúl y su mejor amigo le había enviado una carta cada semana.
El muy ingenuo -en palabras de Yoongi- seguía amando esa clase de cosas aún cuando algo llamado correo electrónico ya existía y hacía las cosas más fáciles, pero su amigo disfrutaba de escribir a mano sin importar nada.
Y ahí la tenía, la última carta que había llegado, su nombre escrito demasiado grande y con muchas caritas felices adornando desde el sobre hasta la misma hoja donde se reunían un sin fin de la palabras.
Al parecer su amigo ya estaba fuera de peligro, los golpes habían sido malos pero sin ser mortales y ya podía moverse sin sentir los moratones como pulsaciones constantes. Le preguntaba por la escuela y por sus compañeros, le pregunta si ya había conseguido amigos y hasta si le gustaba alguien. Yoongi solo se reía, su mejor amigo le tenía mucha fe en cuanto a situaciones sociales.
Cuando termino de leer se acercó hasta su computador, no era nuevo pero si funcional aunque tardaba un poco en encender correctamente. Se sentó frente a este y comenzó a escribir su respuesta, endulzada un poquito y algo más positiva de lo que en realidad era su nueva vida. Pero solo para no preocupar al pobre chico detrás de las cartas.
Después de enviar el correo, se dispuso a ver su horario y el de Seokjin para compaginar al menos un momento para sus lecciones de piano. Era posible que el chico se rindiera en la primera pero no perdía nada.
Tal vez Seokjin podría ser otro amigo.
*
*
*
Cherry aquí dejando otro capitulo, espero que les guste y nos leemos muy pronto.
Gracias por el apoyo.
¿Qué les esta pareciendo?
¿Qué opinan de Yoongi?
¿Qué creen que pase en las lecciones?
Y bueno, ya saben pueden dejarme cualquier comentario.
-Cherry.
Fighting.
btw más de 40 votos asdjaskjda gracias.
ESTÁS LEYENDO
Obsession |SUJIN|JINSU|KSJ+MYG
Random¿Hasta donde es capaz de llegar Seokjin con tal de tener a Yoongi? Seokjin ha desarrollado algo más que un deseo por Yoongi. Yoongi no tiene intención de negarse a Seokjin.