Otoño, 2010.
Fuera de estudiar, las horas en clases y el expendio de exámenes parciales, la vida universitaria era pan comido. La libertad que otorgaba era sin duda la mejor parte.
No es como si Seokjin hubiera vivido mal o encerrado en casa, pero aquello de tener un toque de queda había quedado atrás tanto para él como para Hoseok.
La relación con Hoseok ahora era más orgánica, Seokjin había trabajado en su conducta a su alrededor, pues de una u otra forma, si alguien lo conocía era su hermano. Tantos años en la misma casa no pasarían por alto. Hoseok era muy abierto para hablar, le había contado secretos, como su primera borrachera cuando aún ni siquiera tenía 16, y Seokjin fue el primero en enterarse de su noviazgo con Joy.
Pero eso no era todo, esas charlas eran comunes e incluso tontas, las que de verdad preocuparon a Seokjin fueron aquellas en la que su hermano le contaba de cómo tenía cambios de humor repentinos en la escuela, de como lo había visto crecer en ambiciones y siendo casi un poseso por la admiración de otros. Hoseok lo había estudiado de manera inconsciente, se sintió perturbado de la capacidad de tener un ser en casa que podía sacar conclusiones muy bien acertadas de su persona si tan solo usara el cerebro de forma adecuada en lugar de estupidos videojuegos y la inútil danza.
Pero claro que esas cosas nunca saldrían de su boca, en su lugar convencía a su hermano de que estaba en un error, enmarañado su mente con sus explicaciones que parecían tener toda la lógica del mundo.
La vida universitaria era un factor de cambio para relación, creando un lazo importante y comodidad implantada.
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•La semana avanzó casi a fuerzas, Seokjin se debatía en cómo abordar al chico que tenía la última parte de Yoongi, aquella que no le pertenecía.
No sabía mucho de él, fuera de sus datos personales, un chico común, sin ningún deje de antecedentes médicos o penales, sin quejas escolares o malos reportes. Era un expediente en blanco.
Lo cual le pareció extraño, pues Yoongi le había contado a perfecta narración lo que le había sucedido para terminar en el hospital. Pero Seokjin no quiso excavar en ese lió. Era difícil, por no decir peligroso e ilegal. Su padre y su apellido podrían librarlo de muchas cosas, pero no era tonto como pata meterse en un terreno desconocido. Aún si tenía intención y planes para hacerlo.
Para cuando el viernes llegó Yoongi le parecía más un perro esperando por su dueño que un joven adulto. Estaba molesto, esas actitudes solo las demostraba para su persona y ahora otro era el chico que vería esas estupidas sonrisas y la desesperación en sus movimientos.
Namjoon no dejaba de fastidiarle y Hoseok parecía estar igual de emocionado que su novio.
Era sorprendente como logró no demostrar nada ante todos sus conocidos en ese lugar, sus compañeros de clase ni siquiera sabían del montón de ira en el que se estaba convirtiendo.
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•—Llegará esta noche. —mencionó el pequeño pálido. —Se que los fines de semana vamos con nuestros padres pero, puedes irte tú si quieres, puedo presentártelo esta noche y podrás irte el sábado temprano si gustas.
La idea sonada desagradable.
—Le avise a mi madre que no iría esta semana.
Solo de imaginarlo, su sangre hirvió. No dejaría solo a Yoongi por nada, suficiente era no tenerlo en sus mismas clases, y perderlo de vista en varios fines de semana. Pero era diferente sabiendo que estaba solo o en todo caso con su familia y cuando iba de vacaciones a Daegu sabía que pasaría la mayor parte del tiempo con los padres de Taehyung metidos en el mismo lugar.
No pensó, ni por medio segundo en dejarlo a solas con aquel chico. Mucho menos en su habitación sin ningún adulto a los alrededores. Era simplemente...imposible.
—No seas tonto. Me quedaré contigo, será bueno para conocernos bien y no solo saber cómo lucimos. ¿No crees? —habló tranquilo manteniendo cualquier reclamo ahogándose en su interior.
—¿En serio?
—Si tu quieres claro. —dejó de caminar. Habían estado en un paseo por los jardines de la universidad. —¿Eso quieres? —alzó el rostro de Yoongi para mirarlo a los ojos.
Como siempre, el sonrojo no tardo en aparecer. Yoongi aún no se acostumbraba a denostar su afecto en público, no del todo al menos. Y momento así le divertían a Seokjin, viendo la duda y el deseo en partes iguales en los ojos del menor.
—Si, será genial.
Seokjin no perdió el tiempo y lo besó. Dejando que sus respiraciones se hicieran una, tomando y acercando a Yoongi a su cuerpo tomándolo de la cintura, satisfecho por las reacciones del menor, quien apretaba entre sus puños el suéter que tenía puesto.
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La noche era fría. Su habitación se mantenía a una temperatura agradable gracias a la calefacción.Seokjin estaba en la cama acostado con un libro entre sus manos. Yoongi estaba inquieto sobre la silla cerca del escritorio.
Patético.
El sonido de un celular hizo que el mayor se pusiera alerta. El había apagado su teléfono después de avisar que no estaría en casa ese fin de semana. Así que era más que obvio que era el de Yoongi que tenía una notificación.
—Ya está aquí...
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•Hola. Cherry aquí, un poquito tarde.
Perdón por tardar en actualizar, pero tuve unos asuntos en la escuela que me pusieron en líos de tiempo haha.
Pero ya estoy aquí con un nuevo capítulo ojalá les guste.
—¿Qué creen que pase en el siguiente capítulo?
—Cherry. 🍒.
Fighting.
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Obsession |SUJIN|JINSU|KSJ+MYG
Random¿Hasta donde es capaz de llegar Seokjin con tal de tener a Yoongi? Seokjin ha desarrollado algo más que un deseo por Yoongi. Yoongi no tiene intención de negarse a Seokjin.