FIFTY SHADES OF GRIFFIN 2 -CLEXA-

Capítulo 12

No sé cómo llegué a casa, pero me las arreglé de alguna manera. Y ahora, en el baño, mirando mi reflejo, estoy sorprendida por lo calmada que estoy. Sin alteraciones, sin rabietas, sin golpes en las almohadas; ninguna de las cosas habituales que hago cuando estoy estresada o molesta. ¿Esto significa que no estoy afectada por el "secreto" que Octavia me conto? Lo dudo. Debe ser una impresión tan grande que mi mente aún tiene que registrarlo, y es por eso que aún no he entrado en pánico.

Lauren. Quien lo hubiera pensado. La Srta. Griffin puede ser una princesa vampiro de-tres-siglos-de edad, pero yo sólo soy un humano. ¿Cómo se supone que maneje lo que sé? ¿Cómo se supone que voy a reaccione a ello? He estado dándole mi sangre a esta mujer. 10cc cada vez. 10cc de mi sangre, es entregada a la descendiente de Angelis. No sé cómo debo sentirme al respecto. ¿Sera algo insignificante? Tal vez. Pero no me importa. No estoy feliz con ese hecho y tengo todas las razones para sentirme de esta forma.

Mi habitación es mi escondite por el resto del día. Ni siquiera salgo cuando llega Raven a casa. Esto, es como una especie de capa oscura que ha caído sobre mí, acabando con toda la luz de mi mundo. Hablando claro, es una sensación muy, muy desagradable y lo odio. Trato de distraerme. Tengo juegos en mi teléfono que no he probado desde que conoció a la Srta. Griffin. Tengo mi cuaderno para dibujar y colorear. Tengo la cama, donde estoy acostada en este momento y música reproduciéndose. Pero no importa lo que haga, el agobio simplemente no desaparece.

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Una extraña brisa ha entrado en mi habitación. Arremolinándose alrededor de mí. Una presencia. Se envuelve a mí en un segundo. Me impide respirar. Y me derriba. Sea lo que sea, sé que está aquí en mi habitación, pero no puedo abrir los ojos. Estoy atrapada en mi sueño. No hay forma de salir de este sueño lúcido. Sólo yo sé, que esto no es un sueño. Trato de aferrarme a algo. Las sábanas, almohada, cualquier cosa, pero soy retirada de la misma. Y grito, dentro de mi cabeza.

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"Puedes abrir los ojos."

La voz es profunda y extrañamente familiar, es como el gruñido de un animal peligroso. Va acompañada de un tono suave, que contrasta con el sonido aterrador, y con esa percepción, me siento tranquila al intentar abrir mis ojos. El cielo se abre ante mí, siendo deslumbrada por la luz brillante de un millón de estrellas, en un mar azul que cuelga desde arriba.

"Guau . . ".

"El cielo te encanto. Ahora soy consciente de ello ."

Me incorporó, apartando la mirada del mar azul para conocer a mi captor. "¿Gu-Gutus?" Son los mismos cuernos color rojo intenso, en un enredo de pelos castaño y esos enormes ojos negros acerados, como balas de cañón, están iluminados por la luna y las estrellas. Él, es tan, intimidante, aunque esa palabra, se queda corta. Por otro lado, un instinto me dice que no estoy en peligro. "¿Qué haces aquí? ¿Y dónde estoy?"

"Estás en el matorral oscuro."

"¿El matorral oscuro? ¿Aún estamos en Shaw? "