Capítulo 33

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"¡Sera tu fin, peste insolente!"


"Ya no puedes tocarme."


Las llamas liberada por Ttrowtos parecen duplicarse en amplitud e intensidad a cada segundo. Puedo sentir a las bestias y a los vampiros a mí alrededor retirarse del intenso calor, sin embargo a mí, no me incomoda.


Desde lo profundo de mi mente, un campo de fuerza se proyecta para protegerme de cualquier peligro, manteniéndome inmutable en mi lugar. Ttrowtos no es capaz de tocarme.


"¡Acabare contigo!"


La imagen de un toro rabioso en llamas y tentáculos negros, por un momento me intimida y hay un lapso en mi proyección de campo, que se rompe. Un tentáculo viene directo atacarme, envolviéndose alrededor de mi cuello. Me estrangula rápidamente y por un momento, no sé qué hacer.


Con el suministro de aire cortándose, lucho contra el tentáculo desesperadamente por salvarme. Pero más tentáculos me toman por los tobillos y me levanta de cabeza sobre el aire. La sangre se eleva a mi cabeza en un instante, agravando mi dificultad para respirar.


Eso es todo. Voy a morir.


"¡Lexa!"


Una nueva voz pero sin embargo familiar, se filtra a través de la niebla de mi privación de oxígeno.


Mis ojos se abren de par en par. En frente, con los pies encima de su cabeza, está la Secretaria Camila.


Sus ojos están en llamas, y sus colmillos y garras se han desenvainado. Ella se lanza contra Ttrowtos y observo con un horror silencioso como ella lo golpea, hasta que es tomada por el cuello con fuerza.


Mi visión de la pelea se ve perturbada cuando los tentáculos que sujetan mis tobillos se aflojan, haciéndome caer al suelo con un duro golpe.


Gimo. El suelo no me da la bienvenida amablemente. Pero el alivio llega con un precio muy alto. Un grito agudo llama mi atención y veo las garras de Camila sacando sangre del cuello de Ttrowtos mientras él hunde sus colmillos en su brazo.


"¡Camila!" Corro en su dirección. En una carrera frenética. Una que tiene tirando de los tendones de mis piernas dolorosamente, con cada paso sobre la hierba que doy. "¡No!"


Toda mi rabia se acumula con cada centímetro reducido hacia adelante. Se eleva cada vez más alto, volviendo mi pulso más y más fuerte. Algo se hincha desde dentro de mí. Igual que el aumento de la marea. Como el encuentro de una tormenta. O el devanado de la primavera. Entonces algo se rompe.


"¡Ah!" grito con la energía derramándose de mi palma, igual que el agua liberada de una presa. Torrentes y torrentes de ella. Entonces, dirijo los torrentes directo a la horrible bestia que está lastimando a mi amiga. La fiel compañera de la Srta. Griffin. No lastimaras a Camila. No voy a dejar que toque a Camila. Cada onza que poseo. Hasta la última gota. Va directo hacia él.

FIFTY SHADES OF GRIFFIN 2  -CLEXA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora